Aires de Garbet 2018, la garnacha que se asoma al mar Mediterráneo

Hay muchos vinos de garnacha en España. Algunos bien diferenciados, de calidad excelsa y muy representativos de su terruño de origen. Pero no hay tantos que, como Aires de Garbet 2018, tengan la singularidad de proceder de uno de los viñedos más bellos y espectaculares de la península Ibérica.
Quien haya pasado por este delicioso rincón del Empordà puede dar fe de que son privilegiadas las vides que crecen en la finca Garbet, asomadas a un empinado acantilado y gozando de las mejores vistas del Cap de Creus, que se encuentra unos kilómetros más al sur. Este precioso viñedo de 12 hectáreas, plantado en 1997, al igual que todo su bucólico entorno, es propiedad de la familia Suqué, los dueños de la bodega más relevante de la comarca ampurdanesa: Perelada.

En la finca se cultivan unas cuantas variedades tintas –cabernet sauvignon, merlot, syrah y garnacha–, beneficiándose de la compensación térmica y la luminosidad que aporta la proximidad del mar, amén del efecto «purificador» y refrescante que imprime el poderoso viento local, la Tramontana.

El viñedo de finca Garbet, en la DO Empordà

Finca Garbet y sus aires mediterráneos

Con estas uvas se elaboran varios vinos de la amplia gama de Perelada, aunque son solo dos los que se producen exclusivamente a partir de racimos procedentes de Garbet. Uno de ellos es el tinto estelar de la finca, llamado justamente Finca Garbet. Cien por cien syrah, es un vino suculento, cálido y mediterráneo que exige unos años de guarda para ofrecer lo mejor de sí: tonos de fruta roja madura, especias y acentos de hierba de monte.

El que más nos entusiasma en El Bar de Gastroactitud es seguramente más sencillo, pero representa con mayor fidelidad –creemos– los rasgos de este terroir agreste y extremo. Aires de Garbet, 100% garnacha, con sus tonos de romero, tomillo, fruta roja fresca y gran personalidad, es un tinto diferente incluso en el amplio contexto de las garnachas. Así lo demuestra Aires de Garbet 2018, la añada que se encuentra en el mercado, que ya desarrolla todas sus virtudes tras 15 meses de crianza en barricas de roble francés de segundo uso y 300 litros, secundados de un par de años largos en botella.

Perelada y su nueva bodega modélica en sostenibilidad

«¿Y por qué no un ensamblaje entre syrah y garnacha, las variedades que mejor se han adaptado a Garbet?», se preguntará el enómano curioso (tomando seguramente como referencia a los grandes tintos del Ródano). La idea está en la mente de Delfí Sanhauja, enólogo de Perelada. Y lo mejor es que ahora cuenta con los mejores medios para concebir nuevos vinos, así como afinar el perfil de los que ya se encuentran en gama.

Porque desde la cosecha 2020 Perelada está vinificando y criando sus vinos en una nueva y lustrosa bodega. Que es seguramente una de las más avanzadas de España en términos de diseño, eficiencia energética y sostenibilidad. Las nuevas instalaciones, proyectadas por los arquitectos el estudio RCR –premio Pritzker 2017– tienen entre sus fundamentos el empleo de la geotermia y el consumo eficiente de agua y electricidad. También la elección de materiales y procesos sostenibles, el aislamiento térmico y el predominio de la iluminación natural. Todo ello ha permitido que Perelada haya sido reconocida, en 2021, como la primera bodega europea en obtener la calificación LEED® Gold, la certificación más relevante en términos de edificación sostenible, que concede el U.S. Green Building Council (USGBC).

 

La nueva Bodega Perelada, proyectada por RCR arquitectos

Hoy, en las tripas de esta bodega ultramoderna –una de cuyas principales virtudes es su discreción: es un modelo de integración con el paisaje– duermen los vinos de Perelada del futuro. Que seguramente serán mejores que los del presente. El paisaje, eso sí, que no nos lo toquen y siga siendo el mismo. Al menos en Garbet, cuna de este Aires de Garbet 2018, deliciosa garnacha con la firma de Perelada.

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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