Desde que el inquieto Bill Lumsden se hizo con la dirección técnica de Ardbeg, esta prestigiosa destilería de Islay ha mutado su monolítica condición de progenitora de los single malts más potentes y ahumados del mundo a un nuevo perfil: hoy esta casa el origen de una larga serie de whiskies curiosos, plenos de personalidad, que combinan el carácter rotundo y pleno que ha dado fama a Ardbeg con novedosos matices, que no hacen más que enriquecer el universo organoléptico de esta destilería.
Buena muestra de ello es Ardbog, la última edición especial que ha sacado de la chistera el equipo de Lumsden: un delicioso single malt de producción limitada que combina una crianza de diez años en dos tipos de barricas, iniciando su envejecimiento en roble americano y culminándolo en botas que previamente albergaron manzanilla de Sanlúcar de Barrameda.
Gracias a ello, Ardbog suma a su tradicional perfil ahumado y rico en recuerdos de fruta blanca madura el matiz salino propio de la manzanilla, lo que redunda en un destilado con gran poder de seducción.
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