La idea de concebir bebidas espirituosas de ida y vuelta, que se destilan en algún lugar del mundo para criarse en el otro extremo del globo, no es nueva.
Y mucho menos en Jerez, donde las singulares condiciones y métodos de añejamiento, siguiendo el sistema de criaderas y soleras, han contribuido históricamente a generar un intenso tránsito de toda suerte de aguardientes, así como de botas envinadas en olorosos, palo cortado, finos, PX y demás especialidades del Marco, en busca del distintivo sherry touch, que tanto se valora en el diseño del perfil aromático de whiskies, rones y demás bebidas sometidas al añejamiento en roble.
Pero hoy no son muchas las bodegas jerezanas que conservan el interés por producir destilados en otros orígenes para añejarlos luego en casa. La mayoría no llega más lejos que Tomelloso –la ciudad manchega donde se concentra la mayor destilación industrial de brandy– y prefiere completar su gama de bebidas espirituosas asegurándose la distribución de marcas ya consolidadas elaboradas por proveedores externos, mayormente extranjeros.
De allí que resulte muy meritoria la labor que mantiene Williams & Humbert con la gama de rones Dos Maderas, que combina la esencia de los mejores destilados de este género en el Caribe con los métodos de envejecimiento propios del buen hacer jerezano.
Tras la iniciativa de aunar estos dos mundos está la voluntad de Paola Medina Sheldon, Directora Técnica, Enóloga y Master Blender de Williams & Humbert (que además pertenece a la saga familiar de los actuales propietarios de la centenaria compañía).
El más básico, Dos Maderas 5+3, nace de un blended de rones de Barbados y Guyana, que se añejan en su origen durante 5 años para luego viajar a Jerez y someterse a una crianza de 3 años en botas de palo cortado (de 20 años).
Le sigue el que aquí reseñamos, Dos Maderas 5+5, quizás el más representativo de la colección, que prolonga el añejamiento de los rones caribeños en su tierra, durante 5 años, y, una vez en Jerez, suma a los 3 años de maduración en las botas de palo cortado, otros dos en botas de PX (de 20 años, también).
Dos Maderas Selección –el de lanzamiento más reciente: llegó al mercado en 2019– resulta de un blend entre rones de Guyana y Barbados, envejecidos durante 10 años, y el ya descrito Dos Maderas 5+5.
Finalmente, el más exclusivo, Dos Maderas Luxus, también parte de la base de los rones caribeños con 10 años de añejamiento, que a su llegada a Jerez completan su proceso de crianza madurando 5 años en botas que han contenido previamente uno de los vinos más excelsos de Williams & Humbert, el PX Don Guido.
Si bien no es el más ostentoso –tampoco el más sencillo– en El Bar de Gastroactitud elegimos Dos Maderas 5+5 para reseñar esta semana porque entendemos que es muy probablemente el que mejor resume los principios de estilo y concepto de toda la gama.
Lo primero que hay que subrayar es el carácter del ron, nítido, potente, agudo y bien marcado, intenso sin llegar al arrebato y goloso rehuyendo del empalago.
La crianza en las botas de palo cortado (Dos Cortados), le aporta complejidad, rasgos especiados, vinosos y profundos; mientras que el añejamiento adicional en barricas de PX (Don Guido), le brinda sensualidad y multiplica sus registros y persistencia. Un ron como no hay dos.
Pero hete aquí que Dos Maderas es noticia, también, porque desde el año 2014 la compañía jerezana destina parte de los beneficios generados por Luxus a la conservación de las tortugas carey, que se encuentran en peligro de extinción. Williams & Humbert inició su contribución colaborando con ICAPO (Iniciativa Carey del Pacífico Oriental) y continúa trabajando con las organizaciones Sos Nicaragua y See Turtles.
Esto le ha permitido participar de la campaña Billion Baby Turtle, que logró salvar a más de un millón de tortugas implicando a 500 voluntarios que participaron en más de 4.000 patrullas de conservación, dando formación al mismo tiempo a más de 10.000 estudiantes.
La misma organización puso también en marcha la campaña Too Rare to Wear para sensibilizar a los turistas y poner fin al comercio de objetos elaborados con el carey extraído ilegalmente de los caparazones de las tortugas.
Contribuyendo con estas acciones, Williams & Humbert estrecha lazos con el territorio de origen de sus rones.
Bien hecho. Porque a estas alturas ya no se trata tan solo de beber, o de vender –en este caso– un buen ron (o cualquiera sea la bebida que toque en suerte).
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