Ya está: se acabó el despilfarro de las navidades y ahora toca sobrevivir estoicamente, para muchos con un presupuesto exiguo. Pero como la gastroactitud es un credo irrenunciable, ni siquiera en tiempos de vacas flacas somos capaces de transigir y flagelarnos con comestibles y bebestibles indignos. De allí que, cuando escasea el peculio, lo que hay que hacer es mirar bien los precios, rebuscar en mercados y enotecas y atender a sabios consejos para continuar disfrutando a lo grande sin tener que dilapidar lo poco que nos queda.
En estas circunstancias, en plena cuesta de enero, un tinto como este monovarietal de bobal que firma la bodega valenciana Dominio de la Vega se antoja una elección perfecta: es un vino noble, rotundo, goloso, generoso y maduro, que se bebe con facilidad, se comparte con alegría y se paga sin sufrimiento: apenas 6,90 euros la botella.
Sin duda, el DV Bobal 2012 responde con creces a lo que se espera de un buen tinto mediterráneo, sin mayores pretensiones, pero que atesora todas las virtudes de esta variedad que tiene en los viñedos de Utiel Requena, Valencia y Manchuela su habitat más preciado.
En cualquier caso, este vino es un grato descubrimiento y también un consuelo: podemos beber Bobal con alegría, al menos hasta que las arcas vuelvan a estar llenas.
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