Espero que los visitantes asiduos de EL BAR de Gastroactitud.com perdonen el atrevimiento que me he tomado para incluir en nuestra espirituosa selección de brebajes, por vez primera, una bebida sin alcohol. Lo que normalmente conocemos como "refresco".
En propia defensa, argumentaré que lo he hecho porque Indi Black no es un refresco sin más, sino una bebida deliciosa –sin alcohol, qué le vamos a hacer– elaborada de manera artesanal, con los parámetros cualitativos que puede tener un destilado de categoría Premium o una gran cerveza.
Quienes hayan tenido la oportunidad de probar las otras tres referencias que ha presentado hasta hoy Indi Botanical Drinks saben a qué me refiero: tanto Indi Tonic –la primera en llegar al mercado, que irrumpió en el superpoblado mundo de las tónicas esgrimiendo un matiz muy puro de la corteza de quino, enriquecido con notas de piel de naranja y acentos exóticos: kalinji, flor de kewra, cardamomo… – como las que le siguieron, Lemon Tonic –con un expresión muy nítida de los limones del valle del Guadalquivir, enriquecida con el aporte de lima persa (kalamasi), yuzu (el cítrico japonés), quino y flor de azahar de Sevilla– y Seville Orange –que incorpora un 31% de zumo de naranjas de Sevilla, amén de la piel macerada de este y otros cítricos, como kalamansi y mandarina y un sutil matiz de flor de azahar– está elaboradas siguiendo un proceso preciso y riguroso, con largas maceraciones de los botánicos, destilaciones en pequeños alambiques de cobre y, finalmente, un medido añadido de carbónico, para culminar la obra maestra con una burbuja fina, exacta.
El último integrante de la familia Indi es Black, refresco de cola que se presenta como la alternativa más natural y exquisita a los grandes gigantes del universo de las bebidas carbonatadas (cuyos nombres no mencionaré, porque son de sobra conocidos).
Como sus hermanas de gama, Indi Black nace en una antigua destilería de El Puerto de Santa María por iniciativa de la empresa Casalbor y contiene tan sólo extractos botánicos 100% naturales de nuez de cola, limón, lima y violeta. ¡Nada de polvitos mágicos!
Seduce por su exótica expresión aromática, herbácea y especiada, y fina burbuja, amén de un equilibrado dulzor: es menos empalagosa que el resto de las colas del mercado. Quien la deguste y eche de menos el punto espirituoso que tanto gusta en este BAR, ya sabe como arreglarlo: una medida de vodka, ron o lo que sugiera el capricho personal, y la negra Indi se transforma en el combinado perfecto.
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