Juan Gil cumple cien años. No se trata del título de una novela de García Márquez, sino de una buena noticia: la bodega de la familia Gil, una de las más emblemáticas de la D.O. Jumilla, celebra este año sus cien vendimias. El reciente hallazgo de un viejo diario de Juan Gil Jiménez ha dado lugar a la onomástica y servido de excusa para un merecido festejo, cuya guinda es el vino que aquí nos ocupa.
Juan Gil 100 Aniversario 2013 tiene la particularidad de ser un vino de añada única: jamás volverá a embotellarse. De allí que las 42.144 botellas de 75 cl, 5.000 de formato magnum y 150 doble magnum que salgan de la bodega de Jumilla tengan todas las cartas de convertirse en un fetiche para los coleccionistas. El capricho, dicho sea de paso, no resulta oneroso, ya que el formato más pequeño –el habitual de 3/4 l– se comercializa en España en torno a 15 euros. La mayor parte de la producción, sin embargo, viajará a los EEUU, donde Juan Gil tiene una importante presencia. De hecho, el chef José Andrés ya se ha hecho con las dos únicas botellas de 27 litros que se han embotellado de este vino, para exponerlas en sus restaurantes de Washington, DC, Las Vegas, Los Ángeles, Miami y Puerto Rico. No faltará algún sediento que quiera descorcharlas…
Amén de su potencial como objeto de colección, Juan Gil 100 Aniversario 2013 resume con precisión el estilo que ha desarrollado esta bodega, sobre todo en la última década, cuando apostó por dar un perfil más cosmopolita, moderno y accesible a los vinos tradicionales de Jumilla, elaborados principalmente a partir de la uva que reina en el viñedo murciano: la monastrell.
Al igual que sucede en algunos de los tintos más reputados de Juan Gil, –como el suculento Juan Gil 18 meses o el Clio que firma la bodega El Nido, de la misma propiedad– en el vino del 100º aniversario la monastrell se ve respaldada por cabernet sauvignon y syrah para completar el perfil goloso, exuberante, denso y estructurado que tan buenos réditos han dado a esta casa, rico en matices aromáticos de ciruela madura, café tostado y chocolate y un paso por boca a la vez arrebatador y amable, gracias sus taninos dulzones y sedosos, que resultan de una paciente crianza en barricas de roble francés y americano, durante 23 meses.
Sin duda, un buen broche de oro para el primer centenario de la vieja bodega de los Gil, hoy convertida en un poderoso grupo (Juan Gil Bodegas Familiares) que integra 10 bodegas en 8 denominaciones de origen españolas, produce cada año cerca de 8,2 millones de botellas y factura más de 30 millones de euros anuales. ¡Si Juan Gil Jiménez levantara la cabeza no daría crédito a lo que han logrado sus sucesores!
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