La Calma 2010, la grandeza sosegada de uno de los mejores blancos de España

Vaya uno a saber por qué, pero lo cierto es que en el viñedo español apenas se ha hecho caso a la chenin blanc, noble variedad autóctona del valle del Loira, que da lugar a blancos secos de delicados aromas florales y cítricos y boca viva y fresca en su tierra de origen, a interesantes espumosos e incluso a curiosos vinos dulces en Sudáfrica, a donde llegó en el año 1655 y se la conoce con el nombre de steen.

Uva viajera, la chenin ha llegado hasta viñedos tan remotos como los de Argentina y California, pero en España apenas hay rastro de ella. Por lo visto, ni los viticultores ni los consejos reguladores de las D.O. la tuvieron en cuenta cuando les asaltó la fiebre por las variedades foráneas y se lanzaron a plantar chardonnay y sauvignon blanc donde les vino en gana.

Ignorada por la mayoría, la blanca del Loira fue capaz de seducir, sin embargo, a un irredento loco del vino, Carlos Esteva, mentor de Can Ràfols del Caus, cuya curiosidad ampelográfica le ha llevado a experimentar con incontables variedades (actualmente, cultiva ¡28 uvas distintas! en los viñedos de su propiedad).

En 1982, cuando le tocó probar con la chenin, Esteva tuvo la buena idea de plantarla en una parcela prácticamente abandonada, de nombre muy sugerente –Vinya La Calma–, con suelos extremadamente calcáreos y ricos en fósiles de conchas marinas. La alianza entre el fino carácter de esta uva y el peculiar terruño del macizo del Garraf resultó tan extraordinario que allí nació uno de los mejores blancos de cuantos se producen en España: La Calma.

La añada 2010, excelente, confirma que se trata de un blanco tan serio como seductor, cuya aparente delicadeza –es muy fino en su expresión aromática, con matices de flores y minerales en primer plano– esconde una fuerte personalidad y estructura suficiente como para soportar con nobleza un largo reposo en la botella.

Quien tenga la suerte de echar mano a una añada antigua de este blanco tan singular podrá comprobarlo: aún cuando resulta delicioso recién embotellado, La Calma es un vino que potencia sus virtudes con el paso de los años. Una señal inequívoca de su grandeza.  

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

Abadal Sagristia C-1, un noble vino rancio para la sobremesa navideña

El vino rancio Sagristia C-1 es una de las joyas líquidas que conserva la familia…

3 días

Retiro, el vermut con estrella de Retiro da Costiña

El restaurante gallego Retiro da Costiña celebra su 85º aniversario y la segunda estrella Michelin…

1 semana

Angelita del Challao 2021, el tinto de pueblo riojano según Manu Michelini

El más joven de la familia de viticultores argentinos Michelini presenta este singular tinto riojano,…

1 mes

La Suerte de Arrayán 2023, blanco de albillo real para beberse el paisaje toledano

Arrayán, bodega puntera en la DO Méntrida, renueva la imagen de su blanco de albillo…

1 mes

Izadi El Regalo 2021, el Viñedo Singular riojano también puede ser blanco

Izadi presenta uno de los raros blancos calificados como Viñedo Singular en la DOCa. Rioja,…

2 meses

Cartoixa Scala Dei 2019, el tinto emblemático de la bodega pionera del Priorat

Scala Dei, que en 1974 embotelló el primer vino certificado por la D.O. Priorat, celebra…

3 meses