Monte Real Tempranillo Blanco 2021 es uno de tesoros desconocidos que esconde el vino de Rioja. Una gema que sorprenderá a más de uno y que sin duda abre las puertas al disfrute de los blancos en un territorio donde los tintos monopolizan hasta el 90% de la producción. Y que también aporta un perfil diferenciado, sutilmente floral, con matices especiados y una acidez contenida, que resulta una alternativa muy atractiva frente a la exuberancia de los verdejos y los punzantes albariños que dominan el mercado de los blancos vernáculos.
Bodegas Riojanas, la centenaria compañía vinícola asentada en Cenicero, que en su extensa trayectoria ha vivido no pocos avatares –fue fundada en 1890, que se dice pronto–, está actuando en los últimos tiempos con buen tino, a la altura de su prestigio histórico. Y buen ejemplo de ello es el lanzamiento de este Monte Real Tempranillo Blanco, que tiene el mérito de ser uno de los escasos monovarietales elaborados con esta uva , que no es otra cosa que una mutación de la variedad mayoritaria en Rioja, la tempranillo tinta.
El primer racimo «mutante» de tempranillo, con uvas blancas, fue descubierto en 1988 por Jesús Galilea Esteban, en sus viñas de la localidad de Murillo de Río Leza. El viticultor dio cuenta de este hallazgo a los expertos de la agencia gubernamental de La Rioja CIDA 2, quienes procedieron a injertar brotes de aquel racimo en su centro de investigación. Los estudios posteriores revelaron que, aparte de que las bayas eran ligeramente más pequeñas y el color de sus pieles era distinto, en el resto de los aspectos las nuevas plantas eran idénticas a las del tempranillo, según los análisis de ADN.
Seis años después, un grupo de investigadores del Instituto de la Ciencia y la Vid identificó la causa de la transformación que afecta a la tinta tempranillo, a través de la fragmentación masiva de algunos de los cromosomas de su genoma, para mutar y perder su color. Desde que se tuvo conocimiento de la existencia de esta uva, la DOCa Rioja ha admitido a la tempranillo blanco entre sus variedades reconocidas. Y casa vez son más las bodegas que se han sumado a experimentar con ella para explotar su potencial. Pero su presencia en el viñedo riojano es aún muy minoritaria. Según las últimas estadísticas (2021), apenas ocupa un 1,14% de la superficie plantada.
Quienes se espanten con este asunto de las uvas mutantes, deben saber que el caso de la tempranillo no es el único el vasto universo ampelográfico. Existen también una cariñena blanca, una garnacha blanca, una pinot blanca… Aunque el catálogo es más amplio.
Y si bien los enólogos, botánicos y genetistas no acaban de ponerse de acuerdo, el origen incierto de muchas de las uvas blancas que hoy se cultivan induce a pensar que su aparición se debe a fenómenos relacionados con la reproducción sexual –un cruzamiento parental durante la polinización de la flor; es decir, el polen de una vid fecundando la flor de a otra de distinta variedad– o con mutaciones genéticas que surgen de manera espontánea durante el crecimiento de la planta e impiden la coloración de los hollejos.
En cualquier caso, nada de esto nos quita el placer de disfrutar de Monte Real Tempranillo Blanco 2021 y descubrir la otra cara de la tempranillo.
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