El ron es una bebida viajera. Mestiza, que nació de fórmulas diversas –el ron agrícola, el ron industrial– y admite crianza en barricas de distinto origen. Y de variopintos sistemas: el añejamiento puede ser estático o dinámico, al estilo de los vinos y brandies jerezanos.
De allí que existan tantos rones diferentes, incluso si nos circunscribimos al área de las Antillas y Centroamérica. La influencia cultural, desde luego, determina el estilo de los rones de las antiguas colonias francesas, el de las británicas, y también el de las españolas.
La República Dominicana no es excepción en este sentido y valga Ron Barceló como ejemplo. La compañía fundada por el mallorquín Julián Barceló en 1930 en la isla caribeña se posicionó primero en el mercado local con rones más jóvenes, como el Barceló Blanco y Barceló Dorado, hasta que en la década de 1970 comenzó a sacar partido de tradición española en la crianza de aguardientes vínicos para presentar su Barceló Añejo, que con el correr de los años se consolidaría como el ron dominicano con más presencia en los mercados de exportación.
En la década de 1980, ron Barceló apostó por dar un salto cualitativo y presentó al mercado Barceló Imperial, situándose en la gama Premium (cuando aún no se conocía esta absurda terminología).
En cualquier caso, es esta gama Imperial la que hoy suma esta nueva serie que tanto nos interesa, Rare Blends. Y que tiene en este Imperial Porto Cask su primer lanzamiento.
Según explica la marca, Rare Blends Collection apuesta por «el uso de barricas de diferentes latitudes, creando tres rones de extraordinarios perfiles, organolépticamente complejos».
El primer ron de este este lanzamiento es este Barceló Imperial Porto Cask, que resulta de una selección de destilados de azúcar de los propios cañaverales, y de un doble añejamiento del aguardiente resultante: las primas partidas se maduran en barricas de bourbon con diferentes grados de tueste, y la mejor selección de estas vuelven a madurarse en botas de Oporto Tawny 10 años.
Este proceso da lugar a un ron totalmente inusual. Barceló Imperial Porto Cask se presenta en la copa luciendo un color brillante, ligeramente rojizo. Y una expresión aromática exuberante, en el que los matices más propios de la bebida caribeña –miel, higos, especias– se fusionan con notas más vinosas y frutales: cerezas, frutos rojos, vino añejo… El paladar, por su parte, es profundo y único, sedoso y persistente. Muy gastronómico, invita a repetir el trago. Sin duda, un ron sin parangón.
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