Siuralta Gris 2013, garnacha gris para un blanco radical

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Hete aquí un vino para paladares curiosos, que ha sido también uno de los triunfadores del primer Salón de Vinos Radicales (celebrado hace unos días en Madrid).

Para explicarlo como se debe, e inducir a su inmediato consumo, mejor ir por partes. A saber:

Este Siuralta Gris 2013 es uno de los rarísimos –sino el único– vino español que se elabora al 100% con garnacha gris, la uva más escasa y exótica de la amplia familia de las garnachas (que integran la extendida garnacha negra, la garnacha blanca y las menos habituales garnacha tintorera y garnacha peluda). Como el resto de las variedades grises –las hay también en el grupo de las pinots y sauvignon– esta garnacha presenta granos de piel rosácea, lo que permite producir vinos de coloración ambigua, a medio camino entre el blanco, el tinto y el rosado, que los franceses gustan llamar gris de gris.

Como bien indica su nombre –y también su insólito color grisáceo, justamente– este nuevo Gris 2013 puede considerarse perfectamente como un vino gris. Aunque técnicamente es un blanc de noirs; es decir, un blanco vinificado a partir de uvas tintas.

Hay que decir, no obstante, que su condición exótica no es su único atractivo. El prestigio de su hacedor es otro de los reclamos que invita a probarlo: Siuralta Gris 2013 es una de las tres cartas de presentación de Vins Nus, el nuevo proyecto del inquieto arquitecto Alfredo Arribas, que en su faceta de viticultor es el responsable de los grandísimos vinos de Portal del Priorat (su Trossos Blanc es uno de los mejores blancos catalanes. Y españoles, también).

En busca de la expresión que ofrecen los viñedos más altos y remotos del Montsant, Arribas encontró una vieja parcela de garnacha gris, que le ha permitido elucubrar este maravilloso vino desnudo: un blanco de tono anaranjado, fino y mineral, con recuerdos de manzana asada, piel de naranja y paladar vibrante. Un vino de imponente personalidad, subrayada por su condición de vino natural, ya que no contiene sulfitos añadidos.

Es, además, un vino radical bien entendido, porque representa “los valores de singularidad, autenticidad y diversidad que consideramos fundamentales para invocar al placer cada vez que descorchamos una botella de vino”, que proclama el Manifiesto de los Vinos Radicales y que ha dado pie al Salón en cuestión.

Dicho esto, no me queda más que aconsejar a los asiduos al Bar de Gastroactitud.com que busquen este vino. Y lo disfruten con placer.


 

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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