Amén de ser el vino más singular, excelso y –qué remedio– caro de Ànima Negra, Son Negre es también un vehículo para la expresión de un artista genial, Miquel Barceló, que desde 1999 viene realizando una etiqueta diferente para cada añada de este tinto de culto mallorquín.
La colaboración de Ànima Negra con Barceló no surge de una aguzada operación de marketing, lo que jamás encajaría con el perfil del pintor ni tampoco con el estilo de la bodega. La contribución que hace el artista a la imagen de Son Negre nace, en honor a la verdad, de la amistad que mantiene Miquel Barceló con los propietarios de Ànima Negra, Miquel Angel Cerdá y Pere Obrador. Y también, sin duda, del orgullo que todos ellos sienten por Son Negre, un tinto de pura esencia mallorquina.
Porque Son Negre, al igual que casi todos los vinos de esta bodega fundada en 1994, cerca de Felanitx, ofrece el protagonismo a las variedades autóctonas de Mallorca. Especialmente, a la tinta callet, que monopoliza el 95% del coupage, acompañada por pequeños porcentajes de mantonegro y fogoneu.
En el caso concreto de Son Negre, las uvas proceden de viñas viejas, con un rendimiento muy bajo. La viticultura, respetuosa con el medio ambiente, y una vinificación rigurosa y paciente, con fermentación en barricas, procuran preservar el fino carácter que ofrece la callet, con una expresión elegante de fruta fresca y marcadas notas minerales. Los veinte meses de crianza en barricas, sin embargo, aportan acentos especiados que llegan a eclipsar parte la riqueza natural de este vino. Al menos en su estadio actual.
Quien tenga la paciencia de conservar este Son Negre 2011 durante al menos tres o cuatro años disfrutará sin duda de un vino mucho más cabal, con la madera mejor integrada y la fruta en el primer plano que le corresponde.
Mientras tanto, puede aplicarse al gozo estético admirando la etiqueta de Barceló, que en esta añada propone también una experiencia lírica y fonética. Porque el pintor reproduce en Son Negre 2011 el poema Visió Smaragdina, de Juan Eduardo Cirlot. Se trata de poesía experimental fonética, por lo que se sugiere leer el texto en voz alta para comprender "la belleza que nos rodea" y "la intensidad del color del alma".
Por lo visto, en el caso de Son Negre 2011 no es necesario descorchar la botella para empezar a volar.
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