Lo saben bien los adultos abstemios de paladar exigente: las bebidas refrescantes, sin alcohol, convenientemente saludables, que prescindan de azúcar o edulcorantes, son una deuda pendiente de la industria alimentaria. Aún cuando en los últimos años se haya multiplicado el lanzamiento de toda suerte de bebedizos que se apuntan a la tendencia healthy y recurren a ingredientes exóticos para seducir a aquellos consumidores de hábitos responsables y alma viajera. La amplia mayoría de mejunjes isotónicos, cardiotónicos, energéticos, detox, antioxidantes y tantos otros que alardean de beneficiosas propiedades, cual mágicos elixires, se olvidan de la cuestión del sabor: alcanza con echar un solo trago para toparse otra vez con sensaciones más propias de saborizantes artificiales que de los componentes naturales de los que tanto presumen.
Para colmo, prácticamente todas estas bebidas recurren al dulzor para convencer a cándidos y sedientos: ya se sabe que en el maremagnum del diseño alimentario, el azúcar –y sus sustitutos– son un anzuelo universal. Aunque no para los foodies más exigentes, aquellos que son conscientes de que los bebestibles dulzones se llevan rematadamente mal con cualquier comida.
De allí que sea una buena noticia el espaldarazo que ha recibido Umaicha en la reciente edición de Alimentaria, donde ha recibido el premio Innoval al mejor producto en la categoría Aguas, Refrescos y Cervezas.
El galardón permitirá seguramente que esta nueva bebida –elaborada fundamentalmente a base de tés verdes japoneses por la empresa Umai Drinks, startup afincada en Barcelona– pueda potenciar su distribución y llegue hasta aquellas bocas y papilas que llevan una eternidad esperando un refresco saludable, de sabor natural ¡y sin dulzor alguno!
Umaicha no es precisamente un té embotellado, sino más bien un agua de té que ha nacido con un objetivo tan sencillo como revolucionario: hidratar al sediento y acompañar cualquier comida.
Se oferta en una gama de tres variedades:
– Ryoku Cha (elaborado con ichibancha; es decir, hojas té verde japonés de la primera cosecha, caracterizado por un sutil amargor).
– Houji Cha (té verde tostado, bajo en teína y de delicado sabor torrefacto).
– Genmai Cha (combina hojas de té verde ichibancha con arroz integral tostado, lo que redunda en un fino matiz terroso y almendrado).
En la cata, los tres Umaicha resultan quizás excesivamente sutiles. Se echa en falta un poco más de intensidad en el sabor. Pero es una bebida honesta, elaborada con tés verdes auténticamente japoneses –procedentes de Kagoshima, en el sur de la isla de Kyushu, la segunda región más importante en la producción de té verde en Japón–; no sabe a otra cosa porque no contiene más que té y agua (ya arroz, en el caso del Genmai Cha). Parece poco, pero es mucho. Porque en este caso bien vale el axioma minimalista: Menos es más.
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