Es vino jerezano pero no es un fino, es Finolis

El Marco de Jerez va ganado paulatinamente en vinos cada vez más interesantes, más allá de las tipologías tradicionales admitidas por el Consejo Regulador de la D.O. Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar. Ya se sabe: fino, manzanilla, palo cortado, amontillado, oloroso, pedro ximénez, cream…

Una rareza bastante excéntrica

Hete aquí un ejemplo de ello. Una rareza bastante excéntrica: un vino blanco no generoso de uva palomino –la variedad más extendida de la región–, pero (y aquí viene el truco) elaborado con granos sobremadurados, primero en la cepa y luego mediante asoleo, de modo que el mosto resultante contenga el azúcar suficiente como para no requerir el fortificado con que habitualmente se encabeza a finos y manzanillas.

Otra particularidad de este Finolis –cuyo nombre da pistas de su filiación estilística– es que se cría de manera estática (y no mediante el sistema de criaderas y solera, como finos y manzanillas y otros vinos del Marco); es decir, en barrica única de 600 litros, donde genera espontáneamente el velo de flor de levaduras.

Es, por tanto, un vino de añada (2016). Y se embotella rigurosamente en rama, si filtrar, directamente desde la bota.

En Montilla-Moriles es habitual encontrar finos elaborados sin encabezado de alcohol vínico: el sol de justicia que somete a los viñedos de estas localidades cordobesas obra el milagro en estos casos (y nos libra de un añadido etílico en pos de una graduación natural, que bienvenida sea).

Aquellos finos cordobeses comparten lejanamente esa expresión más natural, si se quiere, con el recién llegado Finolis. Aunque este último tiene unos rasgos de terroir bien determinados que lo hacen bien diferente.

Y eso es porque se elabora con palomino de cepas viejas de la Viña Dos Mercedes, del mítico Pago de Carrascal, uno de los más preciados del Marco jerezano.

Esto aporta una salinidad muy característica de este terruño, además de un cariz punzante, algún acento floral, almendrado y acerado y que hacen únicos a los vinos de esta parte del mundo.

Un capricho asequible

Vino singularísimo de edición limitada, se antoja un capricho asequible que bien vale la pena probar si se presenta la ocasión.

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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