Hay innumerables restaurantes para disfrutar en Murcia pero queremos los que aparecen en esta lista porque los consideramos especiales. No son las únicas direcciones a tener en cuenta, hay más (sobre todo en el interior). Pero estos establecimientos están entre los mejores restaurantes de la Región de Murcia y ¡por supuesto! en nuestra lista de favoritos. Estilos diferentes, locales distintos, un sabroso potpourri para que cada cual elija el que más le cuadre: para cenar en pareja, para ir con amigos, para conocer la cocina tradicional, para disfrutar del vino… Productos de cercanía en casi todos y raíces murcianas, aunque con concesiones a la despensa global. Una muestra del potencial gastronómico de la región, que viene desarrollándose desde hace unos años y que cada vez apunta más alto.
Floridablanca, 23. Tel.: 968 41 34 21. Precio medio: 40-65 euros. Cierra domingos noche y martes.
José Rodríguez «Poli» cerró su restaurante de Águilas en 2017. A finales de 2022 lo volvió a abrir con Juanfran Paredes (El refugio de Juanfran) al frente. Poli como buen administrador sigue yendo a la subasta -es una de las personas que más saben de pescado que yo conozca- y controlando la compra, pero ha cedido el mandil a su amigo. Se han repartido las funciones: empresario uno, cocinero el otro. Aunque en la carta una mezcla de la cocina de ambos. «Los platos clásicos que convirtieron el Poli en una referencia de Águilas no los vamos a perder, pero hemos incorporado recetas nuevas», explica Juanfran. Así que los amantes de las musinas, la fideuá de fideo fino, o los picos de cherna están de suerte. Además las mejores gambas rojas, el atún rojo escogido, «quisquillicas»… El local de ambiente marinero sigue conservando el encanto de siempre.
Av. Luis de los Reyes, 7. Tel.:968 65 26 41. Precio medio: 50 euros. Cierra lunes y martes.
De todo lo que el elegantón Borrego ofrece en su menú degustación: tres cosas llaman la atención sobre el resto: las huevas de mújol, el arroz macerado en vino de Bullas y las gambas rojas a la sal preparadas en la mesa ante el comensal. El resto de la cocina mantiene un excelente nivel tanto por técnica como por la originalidad de las propuestas. Croquetas frías de aguacate y piñones; huevos fritos con morcilla marina; bocata de atún y todo sin apartarse de la cocina popular. Salvador es capaz de mirarla con otros ojos y encontrar en ella cosas que los demás no ven. La tarta de queso azul merece mención especial lo mismo que la torrija con crema de tofe. Una dirección imprescindible en el noroeste murciano, con una estupenda bodega repleta de vinos de las comarcas cercanas (Bullas, Jumilla…) y de otras latitudes.
Carretera de subida al Faro, 50. Tel.: 968 56 45 63. Precio medio: 50-70 euros. No cierra ningún día.
Si hay un restaurante con una historia bonita en la Región de Murcia, es este. Fundado por un matrimonio de pescadores en los años 50 del siglo pasado, ha pasado de generación en generación y superado no pocas vicisitudes hasta convertirse en lo que es hoy gracias al tesón y al excelente trabajo de Sergio de la Orden, nieto de los fundadores. Un local popular y bullicioso que sin perder su carácter ha sabido adaptarse y en la actualidad ofrece una de las cocinas contemporáneas con más personalidad y proyección de la región. «Hemos reducido la carta de 120 platos a 20, pero la receta del caldero no ha cambiado, la de mi familia es diferente a todas» explica sonriente De la Orden. Con excelente criterio ha ido modernizando recetas de la tradición popular hasta convertirlas en platos de alta cocina. Un camino similar al que siguieron Dani García, Nacho Manzano, o Santi Taura en sus respectivas regiones. Ahora el menú degustación es una de las estrellas de la oferta. Interesantísimo su trabajo con las salazones.
Plaza Doctor Vicente García Marcos, 5. Tel.: 629 98 02 57. Precio medio: 120 euros. Cierra domingo y lunes.
María Gómez (cocinera) y Adrián Marcos (sumiller) han puesto Cartagena patas arriba. Magoga ha sido uno revulsivo para toda la comarca. Cocina contemporánea, elegante y sofisticada que ha merecido numerosos reconocimientos, a la que se une una exquisita atención en la sala y una bodega cuidadísima, además de una excelente selección de quesos. Un restaurante redondo, que va más allá de las modas, que ha convertido la ciudad en un destino gastronómico. Platos con raíces murcianas, con verduras y pescados como eje central, que exploran nuevas formas gracias a las técnicas actuales pero que no pierden la esencia de lo auténtico. Cocina rigurosa elaborada con criterio que permite al comensal descubrir el verdadero sabor de Cartagena a través de la carta y el menú degustación (120 euros).
Polígono Dos Mares, Parcela 37. Tel.: 968 14 32 14. Precio medio: 40-60 euros. No cierra.
En un lugar privilegiado de la costa con vistas al Mar Menor, la mestiza es un chiringuito, con hechuras de restaurante, que se eleva en varias alturas y ambientes sobre la cala del Turco. Buen ambiente y servicio diligente a pesar de que en verano los llenos son diarios. Cocina sencilla que bascula entre el producto apenas tocado y platos viajeros cuando no de rabiosa fusión. Tampoco faltan los arroces. José Cremades, propietario y cocinero, se esfuerza por ir un punto más allá. Bajo petición ofrecen el menú Garum Sociorum, un interesante acercamiento al mítico aderezo romano, basado en investigaciones llevadas a cabo con la universidad. También por encargo arroz con langosta y piezas grandes de pescados del litoral murciano. Por derecho propio se sitúa entre los mejores restaurantes de la Región de Murcia.
Campoamor, 1. Tel.: 968 18 15 15. Precio medio: 50-60 euros. Cierra domingos noche y lunes.
Un clásico del Mar Menor que se renueva y crece sin perder su esencia. Cocina popular con los pescados y el arroz en calderocomo bandera. En Murcia todos lo conocen. Para los que llegan de fuera al entorno del Mar Menor es una visita obligada. Punto de encuentro de amigos, de veraneantes, de familias con ganas de celebrar, el restaurante Venezuela es una institución. Casi cuarenta años de trayectoria lo avalan. El servicio acelerado y el bullicio no importan porque cuando preguntas a los murcianos dónde tomar un caldero, Venezuela es la respuesta. Pero hay mucho más que caldero. Un expositor rebosante de pescados y mariscos recibe al comensal y le incita a olvidar el presupuesto y darse un homenaje. No falta la hueva de mújol y el marisco es otro de los imprescindibles de la casa. Excelentes las gambas, tanto blancas como rojas que llegan desde la propia lonja de San Pedro del Pinatar y otras cercanas. Hervidas resultan siempre más finas.
Calle del castillo, 18. Tel.: 968 97 36 07. Precio medio: 40-60 euros. Cierra lunes y martes; domingos noche; miércoles y jueves medio día.
En la vieja fortaleza de Molina del Segura se esconde este singular restaurante rodeado de chimeneas de las viejas fábricas de conservas hoy abandonadas. Las vistas son magníficas, sobre todo al atardecer, el personal encantador y la cocina está llena de sorpresas agradables. Cundi Sánchez y Tomás Écija cocinan la tradición murciana con un lenguaje personal en el que se cuela algún deje asiático, que es lo que menos convence, aunque ellos se empeñen en traer Oriente a su pueblo. Sin embargo, merecen atención el tratamiento de las huevas que se maduran envueltas en alga kombu, los fiambres de gallina en los que llevan varios años investigando y sus recetas con productos de la huerta murciana: las habas con caldo de ibérico; el guiso de trigo o las conservas de vegetales su última línea de trabajo. Inquietud, ilusión, conocimiento y talento. Una dirección a tener en cuenta.
Madre de Dios, 15. Tel.: 868 06 95 57. Cierra domingos y lunes. Precio medio: 100 euros.
El cocinero Juan Guillamón se ha hecho un hueco en el panorama local con sus propuestas cosmopolitas y viajeras en las que aplica técnicas contemporáneas al producto local de temporada, aunque no renuncia a incluir algunos ingredientes «exóticos». Platos vistosos, bien concebidos en los que salen a relucir sus viajes por Italia, Francia, Marruecos o el sudeste asiático. El local es muy agradable, amplio y luminoso, distribuido en dos alturas. El personal amable, siempre pendiente del cliente, y la lista de vinos está bien elegida. Además de la carta amplia y sugerente, ofrecen un menú degustación por 90 euros sin bebidas.
Obispo Sancho Dávila, 8. Tel.: 968 27 15 22. Precio: 60-80 euros. Cierra: domingos noche.
Es difícil visitar Murcia y no acabar comiendo o cenando en este local «de toda la vida», inaugurado en 1955, que es uno de los favoritos de los locales que han hecho de él un lugar de encuentro gastronómico. La barra, como manda la tradición murciana, es un espectáculo. Situado en el centro de la ciudad, en plena zona comercial. Cocina tradicional, sin muchos cambios, elaborada con buen producto, no solo local, sino de cualquier rincón de España. Para empezar un mojete murciano, torreznos de chato o unas alcachofas en temporada. Es magnífico el gallopedro frito entero, el denton con salsa de caldero y el tartar de atún rojo. Entre los platos más famosos sus paletillas de cabrito al horno. No te dejes asustar por la presentación un tanto ochentera de los platos, aquí prevalece el fondo sobre la forma. Olvídate de los desfasados cordones salsa hechos con biberón y fíjate en lo que importa.
Calle Soledad,1, Murcia. Tel.: 697 91 44 92. Cierra: lunes, martes y miércoles. las noches de domingos y jueves. Precio medio: 70 € a 90 €
Antonio Nicolás y María Egea lideran «Frases», un bistró minúsculo situado en el centro de Murcia, donde presentan una visión contemporánea del recetario murciano. Pequeño espacio, gran cocina. Con Nicolás casi trabajando solo en la cocina, logran ofrecer platos que reflejan memorias y vivencias personales. Cocina de corte contemporáneo, minuciosa y delicada, técnica y muy bien elaborada. Sus platos parten de la tradición y la despensa murciana para zambullirse en la modernidad bien entendida. Un homenaje al sabor de la huerta y el mar sin renegar de las técnicas más complejas aprendidas de maestros como Ferran Adrià. Los postres mantiene el buen nivel. Bodega pequeñita pero elegida. Además del menú degustación llamado Fábula ofrecen una carta variada, aunque no atienden opciones vegetarianas o veganas debido a limitaciones de recursos. La crítica completa aquí.
Radio Murcia, 4. Tel.: 968 21 61 52. Precio medio: 50 euros. Cierra sábados y domingos.
Un clásico de la ciudad que va camino de cumplir 100 años. Los hermanos Abellán se han encargado de mantener el espíritu del bar familiar pero lo han ido adecuando a los tiempos con mucho acierto. Por este elegantísimo local han pasado todos los personajes famosos que la han visitado la ciudad. En la barra se puede disfrutar sentado (como es tradición en Murcia) de buen marisco, pescados, salazones y verduras en temporada. En los comedores se sirve una carta de corte tradicional con algunas especialidades remozadas en las que el producto local de calidad siempre está presente. No hay que perderse el carro de postres, como los de antes, con una selección de tartas caseras que hipnotiza.
Pl. de Sta. Isabel, 6. Tel.: 968 22 07 30. Precio medio: 50 euros. No cierra ningún día pero cambia de horario.
La familia González lleva décadas cuidando el producto para ofrecer a sus clientes un tapeo de calidad para comer en la barra, al estilo murciano. La incorporación de María González, última generación, a la gestión ha provocado algunos cambios en la cocina y en el ambiente: un soplo de aire fresco que le ha sentado estupendo al local. Junto a las especialidades de siempre se pueden probar otras de hechuras contemporáneas, equilibradas y muy bien elaboradas. Productos de calidad y cercanía que se tocan poco y se aliñan muy bien. Una carta sugerente y apetecible que no defrauda en un ambiente desenfadado. Puedes leer la crítica completa aquí.
Policía Ángel García, 20. (Puente Tocinos) Tel.: 968 24 70 54. Precio medio: 85 euros. Cierra domingos noche, lunes y martes.
El cocinero David López Carreño ha consolidado su propuesta gastronómica en este elegante localito de las afueras de la capital. Recetas murcianas y manchegas se visten de alta cocina en sus manos. A través de técnicas contemporáneas convierte en bocados sofisticados platos que antes fueron alimento de labradores o marineros. Un trabajo muy bien desarrollado en el que los vegetales y los hongos adquieren especial importancia. Para redondear el conjunto el buen trabajo del sumiller y del equipo de sala, joven y entusiasta. Una dirección segura cuando se quiere disfrutar de una gran cocina en un momento especial, ya sea comiendo a la carta o menú degustación (65€). Para algo más informal ha Ajo y agua, el otro establecimiento de López Carreño.
Calle Navarra, 4. Tel.: 722 65 10 57. Precio medio: 25-40 euros. Cierra domingos noche, lunes y martes.
En el barrio más multicultural de la ciudad, este restaurante es un viaje por el mundo a través de la cocina. Acogedor y cálido, todo aquí invita a volver, también el buen talante y la simpatía del personal capitaneado por los patronesMaría Crespo en la sala y Miguel Ángel Albadalejo en los fogones. Cocina de fusión elaborada con criterio, conocimiento y una buena dosis de humor, qué falta hace en estos tiempos. Desde el tartar de atún a su personal versión del suquet, un recuerdo de infancia, todo está sabroso y rico. Platos viajeros que denotan mucho desparpajo y no poco dominio técnico. También los postres son acertados, aunque resulten demasiado dulces. Buen pan y estupenda carta de vinos. Un local al que se puede ir con frecuencia porque si sabes pedir bien, comerás sin salirte del presupuesto.
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