En Aklla, un pequeño local que hace esquina en el barrio de Pueblo Nuevo (Madrid), Eloísa Vereau prepara tapas al estilo madrileño, pero con el sabor de su tierra, Perú. El nombre del restaurante, proviene del idioma quechua y significa “la elegida”. Aunque ella no lo habla bien -se defiende mejor en español- esta lengua precolombina simboliza sus raíces y, de algún modo, el nombre refleja el desafiante camino que ha recorrido hasta hacer realidad el sueño de abrir su propio restaurante.
Eloísa tardó varios años en descubrir su verdadera pasión, “crecí en una familia que vendía comida ambulante, creo que eso hacía que nunca quisiera irme por ese camino”, comenta recordando sus primeros pensamientos a cerca del mundo de la cocina. Aunque siempre tuvo claro su deseo de emprender, las circunstancias económicas y familiares también se lo pusieron difícil. Fue en 2016, en su segundo viaje a España, cuando comenzó a trabajar en el restaurante de su hermano, Sabor Norteño.
La reacción de su hermano fue de sorpresa al escuchar que quería encargarse de la cocina: “¿Tú de qué vas a trabajar aquí?”, le preguntó. “Yo cocino”, respondió ella. “¡Pero si no sabes cocinar!”, replicó él dudando de sus habilidades.
Sin embargo, Eloísa confiaba en su instinto, “cuando cocinaba en casa para mis hijas y mi familia, me encerraba en mi mundo, disfrutaba, sentía esa tranquilidad y ese amor por lo que hacía”, aclara. Se propuso demostrar que era capaz de hacerlo y, de ese modo, trabajando en la cocina, traer a su familia a España.
A los pocos años su hermano tuvo que cerrar el restaurante y volvieron las dificultades y el desasosiego. Entre tantas sombras, encontró una luz de esperanza: “vi que Acción Contra el Hambre ofrecía programas para emprendimiento”, explica. Eloísa no dudó en apuntarse a esta iniciativa gracia a la que pudo acudir a diversos talleres. Aprendió gestión de ventas, marketing y tuvo encuentros con una psicóloga: “con ella saqué lo que tenía guardado, fue muy importante”. Para Eloísa, esta etapa fue clave y reforzó en ella aquella idea de emprender.
La pandemia fue otra piedra en el camino, “tuve que posponer el proyecto casi dos años” explica. Aun así, sabía que no podía dejar pasar la oportunidad que le brindaba Acción Contra el Hambre. “Después de tanto luchar, de tanta incertidumbre… Por fin nos lo merecíamos”, menciona en referencia a la ayuda que recibió. Tras un tiempo de reflexión durante el confinamiento, en 2021 por fin pudo inaugurar Aklla. “A día de hoy estoy súper agradecida porque ha sido una lucha conmigo misma, una lucha contra todo”, recuerda Eloísa emocionada.
Hoy, 15 de noviembre, finaliza la 15ª edición de “Restaurantes contra el Hambre”. Esta campaña, impulsada por Acción Contra el Hambre, destina los fondos recaudados a apoyar a familias en situación de vulnerabilidad en España. Por segundo año consecutivo, Aklla ha sido parte de los más de 400 restaurantes que han colaborado con esta causa, ofreciendo platos solidarios. Para Eloísa, su papel tiene un valor personal, pues desea ayudar a quienes hoy atraviesan una situación similar a la suya. “Quiero devolver ese granito de arroz, como decimos en la cocina, a otras personas que quieran emprender,” comparte.
Los platos solidarios que ha seleccionado, el lomo saltado de pollo y la causa limeña de atún, han tenido una acogida estupenda entre sus clientes. Eloísa eligió estas recetas, ya que, tienen un significado especial para ella. “Cuando era pequeña, en mi familia comer pollo era un lujo. Por eso quise ofrecer este plato solidario a la gente,” dice sobre el lomo saltado, un plato tradicional peruano que, más que ingredientes complejos, lleva su cariño y dedicación.
Eloísa ve el futuro de Aklla con ambición y quiere expandir el concepto de tapas peruanas, llevando su cocina a nuevos espacios. Además, en este 15º aniversario de “Restaurantes contra el Hambre”, ella extiende un mensaje a otros emprendedores que buscan su lugar en el sector: “que tengan mucha confianza en lo que quieran hacer. Si saben hacer algo, que lo exploten, que lo hagan sin miedo”. Aunque recalca que no ha sido fácil, pero “cuando tienes algo que realmente te gusta, te caes y te levantas con fuerza”.
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