Adiós a Thierry Servant, el hombre que soñó la mejor enoteca del mundo

El año 2015 se nos ha ido con una tristísima noticia: el lunes 28 de diciembre fallecía en Suiza Thierry Servant, tras sufrir un desgraciado accidente.

La muerte de Servant, a los 64 años, representa una gran pérdida para el mundo del vino, considerando el papel del empresario francés como mentor, cofundador (junto a Pascal Chevrot) y presidente del grupo Lavinia, que en 1999 rompió con el formato tradicional de las tiendas de vinos inaugurando en Madrid un espacio que aborda el tratamiento del vino desde una perspectiva cultural, enfocada al consumidor final con una filosofía en la que conviven los aspectos pedagógicos, la experiencia de compra y el respeto por el vino. Todo ello, en un local de más de 1000 m2, con una situación privilegiada –en la calle Ortega y Gasset, en plena milla de oro de la capital de España– y con una gama de más de 4.500 productos, entre vinos del mundo, destilados y accesorios.

Tras la revolución que supuso la apertura de Lavinia en Madrid, Servant impulsó el desarrollo de tiendas de similares características y el mismo concepto en Barcelona (2001, cerrada en 2011), París (2002) y Ginebra (2005), además de otros formatos en Kiev, Odessa, La Moraleja (Madrid), en diversos aeropuertos españoles y comercios on line.

Justamente, el desembarco de Lavinia en internet me permitió conocer a Thierry Servant en el año 2000, cuando la empresa me contrató para poner en marcha la primera tienda on line del grupo, que inició su actividad en el 2001. Puedo asegurar que el desafío de trasladar la filosofía de Lavinia al ámbito del comercio electrónico no hubiera llegado a buen puerto si no fuera por el apoyo de Servant, que se involucró personalmente en la revisión de todos los contenidos de aquella primera versión de lavinia.es. Recuerdo las largas reuniones que mantuvimos en los meses previos al lanzamiento de la web, en las que Thierry me apuntaba meticulosas correcciones en la información que habíamos desarrollado para los productos de la gama, dando muestra de su enorme cultura vinícola. Y también de su calidad humana, ya que aún en su papel de responsable máximo del proyecto, jamás percibí en sus observaciones el más mínimo reproche: siempre realizaba sus aportaciones con sabiduría y el mejor espíritu crítico.

Desde entonces siempre he mantenido una colaboración muy cercana con Lavinia, lo que me ha permitido coincidir con Thierry Servant en numerosas ocasiones y disfrutar de sus modos elegantes y refinada cultura –era también un gran coleccionista de arte–, de su inteligencia empresarial, su generosidad y, por supuesto, su profunda pasión por el vino. Lavinia es el legado de esa pasión a todos los que amamos el vino: el sueño de la mejor enoteca del mundo.

Muchas gracias, Thierry.

 

 

Federico Oldenburg

Periodista especializado en vinos y destilados, colaborador de numerosos medios internacionales y jurado de los más prestigiosos certámenes vinícolas.

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