«Hay que comer un aguacate al día», «el aguacate no engorda», «solo están frescos en verano», «la grasa del aguacate es la más saludable» , «la mejor dieta para adelgazar es la del aguacate». Todo esto oye y se lee sobre el aguacate, pero no todo es verdad.
El aguacate lleva varios siglos con nosotros, pero nunca se había consumido tanto como ahora. Tal vez porque España es uno de los países productores y empieza a notarse el efecto de las campañas de marketing y publicidad. También porque muchos famosos se han rendido a sus encantos. #avocado, #avocadolove, #avocadotoast, #AvocadoLife, #avoholic o #HoldMyAvocado. Estos son algunos de los hashtag sobre aguacate (avocado en inglés) que encontramos en Instagram. Y es que esta fruta rugosa, de forma sugerente se ha convertido en un icono para los instagramers.
Sube una foto a tu cuenta y verás como los seguidores crecen como la espuma. Pero el furor del aguacate no se queda ahí. La última moda son los restaurantes especializados en recetas con aguacate como AÜAKT , AVOHAUS, o AVOCADO LOVE, abiertos en Madrid y de los que rápidamente se han hecho eco todas las revistas cuquis. Veremos lo que dura la fiebre… Pero ¿qué sabemos del aguacate? ¿Cual es su origen? ¿Como se cocina? ¿Su grasa es saludable?
El aguacate es el fruto de la Lauraceae o Persea Americana, planta originaria de Mesoamérica y Sudamérica, emparentada con la Persea de África. Según los arqueólogos, se tiene evidencias de que esta fruta ha sido consumida por los humanos en América Central desde el 10.000 a.C. Los aztecas lo llamaban en lengua náhuatl «ahuacatl” que significa testículos de árbol. Los españoles que llegaron a tierras americanas lo llamaron aguacate, aunque en muchos países de Latinoamérica (Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Uruguay…) se conoce como «palta», palabra del quechua.
Parece probado fue el español Fernández de Oviedo el primer europeo en probar uno a principios del siglo XVI. En el diario que escribió durante su periplo por tierras americanas describe lo que percibió al probarlo: “En el centro de la fruta hay una semilla, como una castaña pelada, y entre ésta y la cáscara está la parte que se come. Es abundante, similar a la mantequilla y de muy buen gusto”.
El consumo de aguacate se ha ido popularizando por todo el mundo. En la última década el aumento ha sido espectacular. En Europa, a lo largo del año 2018 se vendieron 650 millones de kilos de aguacate, es decir, 140 millones más que en 2017. Ese mismo año España batió su récord de consumo de aguacates, con nada menos que 74 millones de piezas (unos 15 millones de kilos) vendidas a lo largo del año. Esto supone un aumento del 35% ya que, a diferencia de 2017, se vendieron 19 millones de piezas más. Y, lo que es más, según la Organización Mundial del Aguacate, es el único producto agrícola cuyo consumo aumentó en España durante el pasado año.
Sin embargo, a pesar de este aumento a nivel general, los españoles consumimos una media de 1 kilo de aguacate al año frente a los 2-2,5 kilos de nuestros vecinos noreuropeos. España es, además, la cuna del aguacate en Europa. El cultivo se inició a finales de los años 70 en la zona de la Axarquía (Málaga) donde gracias a sus condiciones climáticas se produce la mayor parte de la producción total de nuestro país. Ahora también hay plantaciones en Canarias, Asturias, Valencia y Galicia.
En la actualidad, el número de variedades existentes de aguacate se eleva a unas 400. Entre ellas hay frutos que no superan el tamaño de una ciruela y otras que pueden llegar a alcanzar los 2 kilos. Las principales variedades se clasifican en base al comportamiento floral y los hay de dos tipos: A y B. Las flores tipo A, dan lugar a las variedades Hass, Lamb-Hass, Pinkerton, reek y Carmen ®. Mientras que de las flores tipo B floran Zutano, Bacon y Fuerte. Cada uno de estos tipos cuenta con unas características diferentes, así como una forma y una rugosidad de piel distinta unos de otros. Están frescos todo el año ya que se producen en climas tropicales donde no hay estaciones, sin embargo es fácil que a Europa lleguen en más condiciones ya que se recolectan verdes, antes de que maduren, y pasan mucho tiempo en cámaras.
Estas son sólo algunas de las variedades más conocidas y de las que más consumimos en España, pero no las únicas. Existen también los aguacates enanos que no tienen semilla y se comercializan por lo general en Francia; el Edranol y el Ryan que llegan de Sudáfrica; y el Wurt y el Nabal que provienen de Israel, siendo éste último el que menor contenido en grasa contiene de todos los aguacates, entre un 6 y un 8%.
El aguacate aporta entre 130 y 160 calorías por cada 100 gramos. Aunque su nivel calórico es alto, su composición está formada por diferentes tipos de grasas (monoinsaturadas y poliinsaturadas), que son beneficiosas para nuestro organismo, tales como las monoinsaturadas y los ácidos oleicos. Aunque la mayoría de las calorías de los aguacates proceden de sus grasas, éstas son saludables y ayudan a mantener a tu estómago saciado. Y es que, cuando consumes grasa, tu cerebro recibe una señal que le insta a apagar el apetito. Este tipo de grasas mejoran la absorción de vitaminas solubles, minerales y otros nutrientes e incluso pueden llegar a estimular el sistema inmunológico.
Pero la grasa es grasa y, por muy buena que sea, engorda. Así que ojo, que nadie piense que el aguacate por sí solo ayuda a adelgazar. Tampoco es cierto que haya que comer un aguacate al día. Aun siendo una fruta, es la que más calorías tiene. Desde el punto de vista nutricional, una pieza contiene un cuarto de las calorías que deberías ingerir a lo largo del día.
Lo que sí es verdad es que conviene incluirlo en la dieta como un ingrediente más por su contenido en ácidos grasos saludables y minerales. Los aguacates contienen un alto contenido de potasio (alrededor de 485 mg, o lo que es lo mismo un 15% de cantidad recomendada) y de fibra contribuyendo a la pérdida de peso, a la reducción de los picos de tensión arterial y favoreciendo la reproducción de las bacterias intestinales. En cuanto a vitaminas, los aguacates poseen riboflavinas, niacina, ácido fólico, ácido pantoténico, magnesio, potasio y vitaminas C, E, K y B-6. A.
Uno de los problemas más importantes, a nivel medioambiental, que está generando el aumento del consumo de aguacate, son las nuevas plantaciones . Al consumirse cada vez más kilos en mundo, los productores necesitan aumentar el terreno de siembra. Esto no es un problema cuando se cuenta con terreno suficiente para hacerlo, pero empieza a serlo cuando surgen plantaciones donde antes había bosque. Existen productores furtivos que, para apropiarse de un terreno, introducen poco a poco la deforestación paulatina en zonas de pinares, encinos y las selvas medias, porque son lugares donde la fruta crece mejor. O, lo que es peor, provocan incendios con el fin último de que esa zona termine por convertirse en una tierra de cultivo de aguacate.
Según publicaba el diario La Vanguardia «Entre 2001 y 2010, la producción de aguacate en el estado mexicano de Michoacán, que abarca más del 70% de las cosechas del país, se triplicó, y las exportaciones se multiplicaron por diez, según un informe publicado en 2012 por el instituto Tapia Vargas. El informe sugiere que la expansión causó la pérdida de tierras forestales de aproximadamente 690 hectáreas al año entre 2000 y 2010″. De estos datos se deduce que si el consumo sigue aumentando el cultivo puede ser insostenible en términos medioambientales.
El problema del agua también afecta al aguacate. Se le acusa de consumir gran cantidad, sin embargo esto no es del todo cierto, ya que lo que ocurre es que precisa un riego diario pero en total no precisa más riego que un cítrico, solo que el cítrico se riega semanalmente y el aguacate a diario.
Otro problema es la huella de carbono que generan los aguacates, según estimaciones de la organización Carbon FootPrint, la de dos piezas duplica la de un kilo de plátanos. Dicha huella corresponde a la totalidad de gases de efecto invernadero que emite, de forma directa o indirecta, un producto. La de los aguacates alcanzaría los 846,36 gramos de CO2, mientras que la de los plátanos es de 480 gramos, según esta investigación. Esta cantidad de dióxido de carbono proviene de su cultivo, almacenaje y, sobre todo, transporte. Aunque España es el único productor Europeo de aguacate y exporta una parte de sus cultivos al resto de Europa, la inmensa mayoría de aguacates llega desde México. Amigos de la Tierra alertó en su informe “Alimentos kilométricos”, sobre el problema del transporte de los alimentos.
La WAO, por sus siglas en inglés – World Avocado Organization-, es la Organización Mundial del Aguacate. Se estableció en febrero de 2016 como una organización multinacional sin ánimo de lucro, cuyo principal objetivo es promover y aumentar el consumo de esta fruta y su valor. Con sede en Washington DC, es un lobby en todo regla que representa a algunos de los mayores productores, exportadores e importadores de aguacate del mundo: Estados Unidos, México, Colombia, España, Perú, Zimbabwe, Sudáfrica, Tanzania y Mozambique. Ante la poca actividad en promoción de la organización España la abandonó en 2020 y ya no forma parte de ella.
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