Algunos de los mejores menús del día de Madrid

Los menús del día en Madrid  no han perdido ni un ápice de vigencia. Un gancho para los hosteleros, una forma de garantizar a bares, casas de comidas e incluso restaurantes una fuente de ingresos estable a lo largo de la semana.  Los menús del día también son muy atractivos para una legión de oficinistas, estudiantes y trabajadores que se ven obligados a comer de lunes a viernes fuera de casa. Y una alternativa al aburrido y limitado tupper, que no siempre puede calentarse y tampoco admite todo tipo de platos (por no hablar de la falta de tiempo, y ganas, para ponerse a cocinar el día anterior).

Comer razonablemente y a buen precio un primero, un segundo, postre y/o café nunca ha dejado de tener interés. Tanto que incluso se premian los mejores. Así hacía recientemente la revista Time Out, que entregaba en Madrid los premios Food&Drink de este 2023 que entre otras categorías galardonaba  el mejor menú del día, que fue a parar al restaurante Treze, siendo finalistas Ponzano y Viavélez.

La historia detrás de los menús del día

Lo que empezó siendo una imposición de la dictadura franquista y del entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, en los años 60 del pasado siglo, se ha convertido en una costumbre para muchos y una forma de ganarse bien la vida para otros. Cuando se instituyó, no se pensaba en los trabajadores, sino el los turistas: un forma de darles de comer decentemente por poco dinero. La idea se la copiaron a los franceses y su conocido plat du jour (plato del día) una propuesta muy extendida en el país vecino para alimentar con proteínas, vegetales e hidratos de carbono, todo en el mismo plato, por un precio asequible.

En España la costumbre ha sido más de comer dos platos y postre –o fruta-, y por eso se estableció ese menú turístico que fue calando en la hostelería hasta constituirse en un hábito para muchos que no pueden permitirse el lujo de comer todos los días en casa. Cierto es que hay menús espantosos, de cocina de cuarta y producto de quinta (o viceversa), pero también lugares que lo hacen muy bien y en los que se cuida que el producto sea de temporada, los guisos ricos, platos de cuchara y otras recetas que perfectamente podría preparar nuestra madre.

Este año muchos establecimientos se han visto en la necesidad de subir un poco los precios, pero es lo que tiene la inflación. Con todo los menús que os proponemos van desde los 13,50 a los 21 euros del más caro, y son opciones completamente recomendables. Por supuesto, hay más. Te lo seguiremos contando.

 

Asturianos.

Vallermoso, 94. Tel.: 915.335.947. Precio: 14.50 euros  (15,50 euros en la terraza)

Esta taberna de toda la vida, en pleno barrio de Argüelles, se ha convertido con los años en un restaurante a tener muy en cuenta en el que no es difícil encontrarse a cocinero estrella e influencers gastronómicos (pero de los de verdad). Lo han conseguido los hermanos Alberto y Belarmino Fernández y su madre, Julia Bombín, al frente de una cocina auténtica, generosa, sin trampa ni cartón. Sólo tradición, productos de nivel y una buenísima mano para tratarlos, sean los guisos (verdinas, fabes, pote, carrilleras estofadas), u otros platos tan (re)conocidos como las croquetas de cabrales, las sardinas marinadas en vinagre de sidra, los berberechos en sartén o el flan de queso.

El menú del día que sirven entre semana permite acercarse a esta cocina guisandera y de casa de toda la vida. Tres opciones de primero y otras tantas de segundo, postre o café (también bebida y pan), que supone elegir entre su cuchara diaria (lunes fabada, martes patatas guisadas, miércoles cocido, jueves lentejas , viernes pote asturiano), y después  filetes rusos, bonito con tomate, revuelto de chorizo… Mejor ir a probarlo.

 

 

Terzio.

Gral. Pardiñas, 25. Tel.: 919.327.361. Precio: 14,50 euros.

Es la versión más desenfadada de la cocina que  Saúl Sanz practica justo enfrente  en la casa madre, Treze, restaurante que ya ha cumplido 13 años. Echó a andar en la calle San Bernardino (cerca de la Pza. de España) y trasladado al barrio de Salamanca ha consolidado su propuesta gastronómica. Su cocina de temporada y base tradicional puesta al día se ha afianzado en el menú diario que, ahora, ofrece exclusivamente en este bar informal (ya no lo da en Treze). Un menú premiado y muy solicitado (imposible comer sin reserva previa) y a precio muy razonable. Se empieza siempre con tres pequeñas tapas a modo de entrantes, para escoger después entre tres segundos y un par de postres ¿Qué se puede comer?

Las propuestas van variando, unas veces están más conseguidas que otras, pero en la trilogía de tapitas cosas como guiso de garbanzos de Vigilia, gyoza o un saam de ensalada Waldorf. Y después raviolis con salsa de setas, merluza asada con pisto o secreto con puré de patata ahumado. Para terminar, café o el dulce: pastel de melocotón o torrija.  Difícil dar más por menos. El precio incluye pan y una bebida.

 

 

 

Viavélez.

Avda. del Gral. Perón, 10. Tel.: 915.799.539. Precio: 21 euros (22 en la terraza)

Paco Ron lleva ya tres lustros en este pequeño bar restaurante que ocupa una esquina con terraza en el buen tiempo. Y siempre esa misma cocina reconfortante, apetecible, de producto bien trabajado, actual y razonable, contemporánea pero sin grandes modernidades  (ni falta que le hacen). Su menú diario es uno de los que también está siempre encaramado a las posiciones más relevantes en las listas.

Tiene una versión que sirve abajo, en el comedor (aperitivo, tres entrantes, principal y postre, a 35 euros; sin bebidas y de martes a viernes al mediodía). Un menú que en formato reducido se sirve arriba, en la taberna, para comer más rápido con un primero, un segundo, postre o café, el pan y una bebida. Y en él platos como su magnífica fabada, ensaladilla rusa, purrusalda, merluza romana, cachopo o carrilleras guisadas, para terminar con una crema de vainilla, por ejemplo. Imprescindible reservar.

 

Ponzano.

Ponzano, 12. Madrid. Tel. 914.486.880. Precio: 18 euros.

Seguimos con otros de los top ten en menús diarios, sobre todo los miércoles, cuando ofrece su famoso cocido en tres vuelcos (más mollete de pringá y ensalada de escarola) que incluye el relleno y, también, las piparras, a una relación calidad-precio difícilmente superable. Buen producto, bien tratado, en una cocina que hunde sus raíces en la tradición, seña de identidad del restaurante desde hace más de 30 años. Ese alma de las casas de comidas, las tabernas de siempre, se manifiesta más si cabe en el menú de lunes a viernes que incluye primero, segundo, postre, café y una bebida. Siempre ofrecen varias opciones para elegir, entre ellas judías verdes, alubias de Tolosa, coliflor rebozada, salmorejo, lentejas, osobuco guisado, bacalao a la vizcaína, lentejas, flan, natillas… Lo dicho, como en casa.

 

 

Desguaces La Torre.

A-42 km. 24. Torrejón de la Calzada. Tel.: 918.609.100. Precio: 18 euros.

En la carretera de Toledo, pasado Parla, se encuentra esta impresionante planta de desguace y reciclado de piezas automovilísticas que pasa por ser la mayor de Europa. Y ahí, sorpresivamente, funciona un restaurante que ha salido a la palestra por su cocina inesperada. Al menos porque resulta sorprendente encontrar un nivel culinario como el que tiene en un lugar como éste.  Una cocina refinada que desde el comedor del piso superior mira a una inmensa explanada abarrotada de coches. El cocinero Manuel Sandonís sirve un menú degustación, pero también de lunes a viernes dos propuestas dignas de tener muy en cuenta: el de temporada (aperitivo, entrante, pescado, carne, postre y café, 26 euros, sin bebida), y el menú del día, con 1º, 2º, postre y café (no incluye bebida), conformado a partir de cuatro opciones por pase.

Se puede elegir entre arroz con bogavante, salmorejo con fresas y ahumado, pasta fresca a la putanesca, ensalada de burrata, para empezar.  Y con los principales, taco de cochinita pibil, lomo de vaca con papas aliñás, caballa escabechada con naranja o huevos fritos con parmentier de patata y chistorra. Para acabar, pastel de cuajada, arroz con leche, tarta de queso, pudin de caramelo, fruta. Merece conocerse.

 

 

 

Da Giuseppina.

Trafalgar, 17. Tel.: 914.458.539. Precio: 19,95 euros.

Esta encantadora trattoria del barrio de Chamberí –dirección discreta y muy recomendable-hace años que mantiene incólume su oferta de cocina italiana gustosa, en la que no faltan las buenas pastas y los productos más emblemáticos de Italia, desde la trufa a la mortadela boleñesa,  el parmesano de 24 meses de curación o una bodega de mucho nivel. Pero a diario al mediodía sirve un menú con entrante, principal, helado o café. Habitualmente hay un par de opciones para cada pase, entre las que nunca faltan cremas de verduras o legumbres de temporada, calientes o frías (por ejemplo papa al pomodoro, una sopa de tomate con pan, versión toscana del gazpacho) y alguna ensalada –una caprese o similar-.

Con los segundos pasta, claro. Puede que horneada con verduras, penne a la puttanesca o un risotto. Con la posibilidad de añadir un suplemento extra al plato principal. Para terminar, helado o café, incluyendo el pan y una bebida con el menú. Una cocina de mamma y nonna, confortable y casera.

 

 

La Tajada.

Ramón de Santillán, 15. Tel.: 912.322.204. Precio: 16 euros.

Las croquetas, los arroces, los guisos, los callos, los escabeches, son platos insoslayables en esta casa, versión desenfadada y asequible de la cocina de Iván Sáez (artífice asimismo del gastronómico Desencaja). La Tajada es un local de aire industrial con terraza en el buen tiempo que viene funcionando desde hace más de tres años. Su culinaria gustosa, de sabores reconocibles, producto de temporada y fondo de cocina, se traslada al menú diario.

Con él pretende también un equilibrio nutricional, buscando que entre los entrantes y plato principal siempre haya una cuchara (fría o caliente, según la estación), alguna verdura e hidratos de carbono. Después siempre se puede elegir una carne o un pescado, para rematar con un par de postres hechos  en la casa (o si no, café). Incluye bebida, agua y pan. Ejemplos de lo que aquí se puede comer: lentejas guisadas, brócoli salteado con jamón, cintas con boloñesa, estofado de ciervo con arroz blanco, lubina con patatas panadera, natillas o arroz con leche. Todo apetecible.

 

Alitas deshuesadas de La Tajada

 

El Quinto Vino.

Hernani, 48. Tel.: 915.536.600. Precio: 13,50 euros.

Esta taberna castiza a espaldas de Nuevos Ministerios ha hecho de platos como la ensaladilla, las croquetas, las albóndigas de novillo o los callos reconocidos iconos de la casa. Al mismo nivel que la oferta vinícola (de altura). Productos de temporada y cocina tradicional están en su ADN, argumentos que se trasladan al menú diario que les ha dado fama. Tanta que pergeñan un menú mensual, con distintas propuestas cada día, al que los clientes pueden suscribirse a través de la web, de manera que puedan estar informados de qué se puede comer de lunes a viernes a lo largo de 30 días.

Las propuestas son muy variadas: arroz con gambas, potaje, alitas al tomillo, porra antequerana, cocido, atascaburras, calabacines a la griega, higaditos de pollo al amontillado, canelones, crema de verduras, costillas de cerdo, manzana asada, cuajada o arroz con leche. El menú incluye pan, bebida y postre o café. Todo casero, todo madi in Spain. No hay que decir que tiene numerosos y fieles seguidores.

 

El Quinto Vino

Le Café de L’Intitut français.

Marqués de la Ensenada, 12. Tel.: 917.004.834. Precio: 14,20 euros (10% más en la terraza-jardín)

El antiguo palacio de Arenzana, un elegante edificio frente a la Pza. de las Salesas es también la sede el Instituto francés. Dentro, en un precioso patio ajardinado lleno de árboles y vegetación, se ubica la terraza de Le Café, en el que a diario desayunan, comen o ejercen el tardeo no sólo los alumnos, sino también cualquier madrileño que conozca este rincón secreto.

Con la esencia de un bistrot sirven una cocina sencilla y casera, de base francesa tradicional, de sopa de cebolla, quiches o vichysoisses, con estilo más mediterráneo y algún toque internacional cuando hablamos del menú del día, que incluye pan y jarra de agua. Sirvan de muestra propuestas como la ensalada niçoise, el tabulé, la sopa oriental, el pollo yakitori o el hachis parmentier, el clásico pastel de carne picada y patata. Un remanso de tranquilidad en pleno centro de Madrid.

 

 

La Renta.

Rosalía de Castro, 1. Majadahonda. Tel.: 916.381.243. Precio: 17,70 euros.

Cocina de producto y temporada en una de las direcciones más fiables al oeste de Madrid. Su artífice, Tomás Hinojal, se ocupa de buscar los mejores proveedores, las setas, las verduras, las carnes, pescados o mariscos con indicación de procedencia, que luego sirve en esta taberna venida a más, donde el vino tiene también un papel determinante. Se cuida la materia prima y se trata como merece, dándole un toque de actualidad. Se ve en el menú que sirven de lunes a viernes (1º, 2º, postre o café, pan y bebida): dos primeros a elegir entre una verdura de temporada y un plato de carbohidratos, y después carne o pescado.

Como muestra, los guisantes sofritos con cebolla roja y chipirones, el arroz verde con berberechos, la berza rellena de manzana, morcilla y almendras o los garbanzos fritos con langostino. En los principales, carrillera avileña con mole y crema de coliflor, sofrito de atún en tacos con ajetes y patatitas, bocartes rebozados con pimientos asados o el escabeche a la antigua con pollo de corral. Para finalizar, pudin casero, macedonia  fresca o yogur con miel. Tan apetitoso como suena.

 

 

 

Formación en gastronomía

Raquel Castillo

Periodista gastronómica, colaboradora habitual de Metrópoli (Diario El Mundo) y de otros medios españoles. Hace 20 años que observa la evolución de la gastronomía española y lo cuenta a través de sus reportajes y entrevistas.

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