Estos son cinco mitos falsos sobre alimentación que hacen dudar a los consumidores y provocan inquietud. Creencias equivocadas que no se destierran con suficiente contundencia. Suposiciones erróneas que un romanticismo trasnochado se encarga de perpetuar. Ideas absurdas que no tienen en cuenta las evidencias científicas. La farmacéutica Gemma del Caño, experta en divulgación científica, aporta luz sobre territorios en los que reinan las sombras.
¡NO! La leche cruda puede tener bacterias que pueden suponer un riesgo importante para nuestra salud. Desde una gastroenteritis fuerte hasta meningitis o incluso abortos si lo toman mujeres embarazadas. Hervirla en casa, además de nada práctico, no asegura haber eliminado todas las bacterias. Lo que sí hace es disminuir el número de vitaminas casi un 80% porque debemos hervirlo 3 veces, con ese tiempo, nos hemos “cargado” cualquier cosa nutritiva que hubiera. Lo que mejora garantiza los nutrientes sin bacterias patógenas es la pasteurización.
No negaremos que algunas vitaminas disminuyen en un 10% (comparen con el 80% de hervirla), pero la leche no es la fuente de vitaminas que necesitamos, para eso hay otros alimentos. Tomar leche cruda puede recordarte a tiempos mejores, pero correr riesgos no te traerá a tu abuela de vuelta (ojalá) y sí una potente gastroenteritis.
¡NO! Dentro de la fruta hay fibra soluble y fibra insoluble, cuando hacemos zumo, la fibra insoluble se queda fuera. Una de las tareas de esta fibra es “retener” a los azúcares para que no vayan libres, sino que se liberen poco a poco al torrente sanguíneo. Si eliminamos esta fibra, los azúcares entrarán directos a la sangre y la insulina tendrá que actuar rápidamente sacándolos de allí y convirtiéndolos en grasa. Así no sólo no equivale a una pieza de fruta, sino que engorda. El zumo es una gran opción para sustituir un refresco azucarado, pero nunca una pieza de fruta.
Aquí hacemos un dos por uno y eliminamos otro mito, por este mismo motivo, la fruta no engorda la tomes a la hora que la tomes.
¡NO! Hay que comer pescado porque es un alimento muy saludable, solo se trata de tomar algunas precauciones. A la hora de tratar el pescado con anisakis, de momento, y hasta que se encuentre un método de eliminación (ojalá tuviéramos pasteurización para el anisakis) debemos cumplir varios requisitos: limpiar bien el pescado, eliminando bien cualquier resto de tripas para que las larvas no lleguen al tejido muscular. Congelar a -20ºC durante 48 horas, esto no es que se congele durante 48 horas, esto significa que tiene que estar todas esas horas a -20ºC en todo el producto. ¿Cómo lo hacemos? Pues teniéndolo al menos 5 días en nuestro congelador. No llenar el congelador demasiado, no abrir mucho la puerta y poner el pescado al fondo. Y por último, cocinar bien, muy bien, asegurando que estará a más de 60ºC.
Salvo que tengas alergia al anisakis (en cuyo caso sí es cierto esta recomendación de no comer pescado), con estas recomendaciones no habrá bicho que se te resista.
¡NO! Ningún aditivo es nocivo para nuestra salud en las cantidades que están analizadas, revisadas y autorizadas por los máximos organismos en cuanto a seguridad alimentaria. Igual que no pondrías lejía para beber en la comida y sí añades un poquito cuando lavas la ensalada (2 mitos en uno: no es necesario, la lejía no mata esporas, lo que hay que hacer es frotar bajo el agua cada hoja). Pues lo mismo ocurre con los aditivos, todos son seguros en esas dosis.
De hecho, son tan seguros que los límites rondan unas 100 veces menos que el valor que pudiera tener algún efecto nocivo. Lo que puede ser malo es el producto, no el aditivo. Unas patatas fritas con glutamato son malas por ser patatas fritas, no por llevar glutamato. El tomate también tiene glutamato y bien rico y sano que es. No lo olvides, es el producto, no el aditivo.
¡NO! Ni en épocas de cansancio, ni en exámenes ni necesitamos alimentos con vitaminas “extra”. Nuestra dieta diaria tiene las vitaminas necesarias para el ritmo de vida que llevamos. Con un buen consumo de frutas, verduras, legumbres, pescado, frutos secos… tenemos todas las necesidades cubiertas. Estarás pagando dinero por algo que no necesitas, y ojo, supervitaminarse le venía bien a superratón pero no todas las vitaminas se eliminan rápido y a veces podemos tener efectos no deseados (por ejemplo, temblor en las manos por exceso de vitamina B o cálculos en el riñón por exceso de vitamina C). Come bien, no necesitas más.
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