Bélgica es uno de los países de Europa con más cultura gastronómica. A los belgas les gusta comer y tienen criterio, por eso sus ciudades suelen tener un alto nivel gastronómico. La ciudad de los diamantes no es una excepción. Junto a su patrimonio artístico (catedral, fortaleza, plaza del Ayuntamiento, estación de ferrocarril y un buen puñado de museos, además de teatros) en Amberes hay restaurantes de alta cocina que merece la pena conocer. Pero no hay que olvidarse de las cervecerías, los locales de patatas fritas, las pastelerías y las chocolaterías. Este es un recorrido rápido por una ciudad que cada vez está más atractiva… Y no solo para comprar diamantes. Un destino ideal para un fin de semana.
Loppemsestraat, 52. Tel.: +32 3 269 90 90. Precio desde: 250 euros por persona. Cierra domingo y lunes.
Gert De Mangeleer es uno de nuestros cocineros favoritos de Europa. Comenzó en Brujas, pero se ha trasladado a Amberes, al único hotel del 5 estrellas de la ciudad, el precioso Botanic Sanctuary. La enorme sensibilidad de Mangeleer le ha llevado a construir su propio invernadero, colmenas y un jardín de hierbas para cocinar. Sus platos siempre elegantes y equilibrados tienen un punto de irreverencia y sorpresa que se agradece. Combinaciones poco usuales, frescas y sabrosas componen un menú de 14 pases. El local no es tan bonito como el que tenía en Brujas, rodeado de huerta, pero es acogedor. De la bodega se ocupa su socio y fiel amigo, el sumiller Joachim Boudens. El restaurante tiene dos estrella en la guía Michelin.
Lange Gasthuisstraat 41. Precio desde: 60 euros. Cierra: domingo y lunes.
Es el bistró de De Mangeleer y Boudens. Una opción informal para comer francamente bien, ya sea en el interior o en la agradable terraza del jardín. Platos de corte francés que se mezclan con especialidades españolas como las croquetas de ibérico, raciones de jamón de bellota Maldonado. No hay que olvidar que De Mangeleer es un forofo de los productos españoles. El steak tartar es delicioso, lo mismo que sopa de cebolla, el coctel de gambas o la tarta tatin. Ofrecen un menú muy atractivo por 59 €.
En el mismo jardín botánico de Amberes, antes de llegar a la entrada del hotel Botanic Santuary está esta pequeña casita de cuento rodeada de flores que se ha hecho famosa por los excelentes postres del chef Roger Van Damme (Mejor Pastelero del Mundo en 207) que comenzó sirviendo un menú dulce, pero que ahora hace también platos saldos, de corte creativo muy refinados. Su estilo preciosista a la hora de componer los platos ha creado escuela porque hasta los bocados salados parecen piezas de pastelería. Ojo al solomillo Wellington y otras piezas con hojaldre… excepcionales.
Paradeplein, 1. Tel.: +32 3 808 44 65. Precio: desde 250 euros. Cierra lunes, martes y miércoles.
Os otro de los restaurantes de alta cocina de Amberes. Ubicado en la antigua capilla del hospital militar, está en uno de los barrios de moda: Groen Kwartier. Una puesta en escena espectacular gracias a los altísimos techos de los que cuelgan lámparas muy vistosas. Más que una iglesia ahora tiene aspecto de teatro. Una cocina vista se asoma a todas las mesas que se reparten por la nave central. El chef Nick Bril empezó como lavaplatos a los catorce años y apenas tenía diecinueve cuando se puso a las órdenes de Sergio Herman, de quien heredó la dirección de The Jane. Cocina viajera que recoge influencias diversas y muestra las vivencias del cocinero pero que no aporta ninguna visión nueva a la alta cocina. Los pescados y mariscos son los protagonistas del menú, siempre en composiciones complejas, algo rebuscadas. Buena carta de vinos y servicio a la altura de un dos estrellas Michelin.
Lange Gasthuisstraat, 11. Precio desde 120 euros. Cierra: martes y miércoles.
En el distrito de los teatros y la moda, esta taberna izakaya que lleva la firma del cocinero Sergio Herman es uno de los puntos calientes de la ciudad. Al frente de la cocina la joven Jaclyn Kong, que interpreta con maestría las directrices de Herman y combina sabores japoneses con técnicas francesas y viceversa. El resultado son platos mestizos que convencen de manera irregular: unos excelentes, otros quedan a medio camino. Llama la atención la cuidada decoración del local presidido por una enorme chimenea con embocadura antigua. Se puede comer en el salón o en la barra.
A los habitantes de Amberes les encanta disfrutar del buen tiempo. En cuanto sale un rayo de sol llenan las terrazas de la ciudad, los parques y los jardines. Las cervecerías y las tiendas de patatas fritas son perfectas para una comida rápida. Si lo que buscas es un regalito para llevar de vuelta: queso o chocolate belga. ¿Saldo o dulce? Tú eliges. No todo en Amberes son restaurantes de alta cocina.
Groenplaats 12 y otras ubicaciones.
Es una de las tiendas de patatas fritas más populares de Amberes, además de la más antigua. Bélgica se considera la patria de las patatas fritas aunque en el mundo entero se conozcan como «french fries». Es esta tienda las preparan a la manera tradicional y las sirven la clásica bolsa en forma de cono. Si eres una persona curiosa, no dejes de subir al museo de las frietkot. En él podrás conocer la historia y la cultura de la patatas fritas en Flandes, a donde llegaron desde las Islas Canarias. El mundo es un pañuelo.
Korte Gasthuisstraat, 32
En un artículo dedicado a la alta cocina no podían faltar las patatas fritas de uno de los grandes cocineros de esta región: Sergio Herman. Nacido en Países Bajos siempre ha estado vinculado a Flandes. La suya es una freiduría de patatas de lujo. Esta pequeña cadena abrió sus puertas en Utrecht y La Haya y el local de Amberes es el primero que han abierto en Bélgica. Aquí no se come una simple patata frita, sino una «frite» especial, con acento holandés y un precio ligeramente superior a la media.
Blauwmoezelstraat, 1
Una de las mejores tabernas de Amberes, el sueño de los amantes de la cerveza, por eso no es fácil encontrar sitio ¡Hay que tener paciencia o subirse al balcón! Cuentan con una gran selección de cervezas trapenses, gueuzes y cervezas de temporada. El local tiene mucho encanto con un precioso mueble bar de madera y elegantes vidrieras.
Mechelsesteenweg 291, Distrito de Haringrode
Desde hace casi doscientos años, las cervezas De Koninck, incluida la famosa «Bolleke», se elaboran en un edificio histórico situado en la periferia sur de Amberes. Para ponerse al día en el pasado y futuro cervecero, nada mejor que adentrarse en el museo interactivo y descubrir el mundo de la cerveza belga. Durante la visita podrás catar distintas cervezas de barril. Al rededor otros negocios culinarios artesanales (chocolate, quesos, embutidos), además de bares y restaurantes.
Meir, 50
Es la tienda del famoso y controvertido chocolatero belga Dominique Persoone. En el impresionante edificio histórico «Palacio de la Meir», podrás comprar cientos de variedades distintas de bombones, con combinaciones para todos los gustos. Además veras en directo como se elaboran porque los artesanos trabajan de cara al público en la antigua cocina de Napoleón.
Wiegstraat, 28
El primer hotel de cinco estrellas de Amberes, Botanic Sanctuary lo forman 108 habitaciones que se abren a los patios y jardines de un antiguo monasterio en el centro de la ciudad, junto al recoleto Jardín Botánico. Un edificio muy bien restaurado y acondicionado en el que las descarnadas paredes de piedra encuentran su contrapunto en el uso de los textiles y la madera para dar calor y confort, logrando un ambiente sereno que invita a quedarse en la habitación. Merece la pena el desayuno con una amplia selección de productos de calidad y elaboraciones al momento. Dispone, además, de un buen Spa y de varios restaurantes de alta cocina entre los mejores de Amberes.
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