El local de Barcelona sigue las mismas directrices estéticas que su hermano mayor: madera clara, mucha luz, mobiliario de inspiración nórdica (una pena que las sillas de algunas mesas no encajen bien y te obliguen a comer a más distancia de la mesa de la deseada), una larga barra y cava de maduración a la vista del cliente que es un espectáculo… Un ambiente agradable en el que es fácil dejarse llevar por un personal bien formado que aconseja e informa en profundidad sobre la oferta gastronómica, sobre todo en lo que se refiere a los quesos: procedencia, características, propiedades, armonías.
Como se explica en la carta, el equipo de Poncelet controla todo el proceso, desde la selección de las piezas en origen (trabajan con los mejores productores del mundo) hasta su correcto servicio en el restaurante (corte, temperatura), pasando por el afinado, momento crucial que salvaguarda la calidad del queso a la hora de su degustación.
Además de una selección de recetas básicas, pero siempre con un toque creativo (falsos ñoquis de queso zamorano, croquetas, risotto de setas con Sbrinz, coca de cuatro quesos, rabo de toro con queso Altejo, cheesburguer de vacuno), ofrecen tablas, ya diseñadas, pero también dan la posibilidad de que el cliente componga la selección a su gusto, en función del tipo de leche, la densidad de la pasta, etc. En Barcelona las dos novedades exclusivas son la selección de quesos catalanes y la de quesos americanos, que hasta ahora no se comercializaban en España, ambas con variedades muy interesantes, poco conocidas.
En la parte de cocina, echamos de menos algunas recetas clásicas algo olvidadas pero deliciosas, cuya elaboración requiere no poca pericia como el soufflé de queso o la quiche Lorraine, hitos de la cocina con queso que deberían estar presentes en un establecimiento como este. No flatan las fondues y hay que destacar la deliciosa mantequilla con pimiento de Espelet, elaborada en casa.
La selección de vinos es más que correcta, muy bien pensada para establecer armonías y es una pena que el pan no esté a la altura esperada, sobre teniendo en cuenta que Barcelona es una ciudad con magníficas panaderías.
No tienen zona de venta de quesos, pero preparan tablas para llevar a casa.
Dirección: Avenida de Sarrià, 50. Barcelona. www.ponceletcheesebar.es
Precio por persona desde: 20€
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