Nos encanta el champagne pero ¿sabemos abrir una botella? ¿y servirlo? ¿y beberlo de la manera correcta? Estas son las claves de la Maison Lurent-Perrier para servir y descorchar el champagne correctamente.
Los más finos abrirán la botella dejando escapar un ligero susurro. La botella se mantiene inclinada a 45 grados, cerca del pecho, con una mano sujetando el corcho con el alambre previamente aflojado, y la otra mano girando la base de la botella.
Admitimos que es fácil perderse entre el glamour de la copa “Gatsby” y la flauta de toda la vida.
La más recomendable es la copa tulipán: bastante parecida a la copa de vino, es ligeramente más estrecha. Su cáliz abombado permite que se expresen y se concentren los aromas. Es muy importante recordar que siempre se sujeta por el tallo para que la mano no temple el vino. En el cine, no siempre se hacen las cosas bien…
El champagne se degusta idealmente entre 8 y 10°C, aunque en España nos gusta un poquito más frío porque se calienta rápido en la copa. 30 minutos en una cubitera con hielo, agua y un puñado de sal, o 4 horas en una nevera permitirán alcanzar la temperatura perfecta. El congelador es un mal aliado, aunque a veces es imprescindible: deprisa, deprisa…
En cambio, champagnes tan finos como Grand Siècle, que goza de más de 10 años de envejecimiento en bodega, se revelan con dos grados más, entre 10 y 12°C. De esta manera, se abren todos los aromas más complejos, en este caso de cítricos, frutas confitadas, pan de especias y miel.
Servir el champagne es un juego de destreza: la mano derecha inclina la botella sujetándola por la base, mientras que la mano izquierda inclina la copa.
Para darle un toque más festivo, este fin de año, Laurent-Perrier viste por primera vez Grand Siècle. El brillo del vino y su escudo en forma de sol, han inspirado el vestido resplandeciente que cubre la botella negra. Además de irradiar de luz las cenas navideñas, asombrará a todos los invitados por su elegancia y su delicadeza.
Una botella de champagne se conserva durante varios años en posición horizontal y en la oscuridad de una bodega a 10°C.
Una vez abierta, ninguna cuchara ni remedio de la abuela permitirá conservar el champagne como un tapón hermético. Es tan fácil conservar la botella abierta como taparla con un tapón adecuado, y mantenerla en frío.
El champagne es un vino, por lo que es el compañero perfecto tanto de los aperitivos como del resto del menú. Grand Siècle, con su explosión aromática de cítricos, frutos confitados, pan de especias, y miel, armonizará perfectamente en las cenas navideñas. De aperitivo, con unas ostras recién abiertas, y una cucharadita de caviar, elija una botella de Grand Siècle n°24. Para acompañar un risotto de bogavante y trufa negra, opte por un magnum de Grand Siècle n°22. Por fin, con vieiras ligeramente doradas al horno y finas láminas de trufa, Grand Siècle n°17 Les Réserves será espectacular.
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