Ya estamos sufriendo la temida cuesta de enero. Y como cada año en estas fechas no sabemos qué nos hará sudar más: si ese gimnasio al que acabamos de apuntarnos o la subida de Índice de Precios al Consumo (IPC), que en total en 2021 se sitúa en una media del 3,1% interanual en España. La cifra se ha visto afectada por los aumentos de precio en los últimos meses del año, especialmente los del mes de diciembre (6,5%), que han llegando a niveles de 1992, pero esta vez sin Juegos Olímpicos de por medio.
El aumento del precio del gas y los carburantes, y en consecuencia de la electricidad, son algunos de los motivos más nombrados. Pero no vayamos a pensar que todo se queda allí: este año el sector de la alimentación se está viendo especialmente afectado, superando niveles históricos y volviendo a cifras similares a la crisis de 2008.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en diciembre de 2021 los precios de alimentos y bebidas fueron un 5% más caros que el mismo mes de 2020. Algo nunca visto en alimentos y bebidas no alcohólicas desde septiembre de 2008.
Si durante esta cuesta de enero llevas semanas leyendo noticias sobre lo mismo y no terminas de entender qué está pasando, aquí tienes las 5 claves que explican este momento de inflación que nos ha tocado vivir.
Todos los expertos apuntan a que existe una fuerte correlación entre el aumento del IPC y la evolución al alza del precio de la electricidad en el mercado mayorista, que es donde las comercializadoras de la luz que nosotros conocemos acuden a comprar la energía que posteriormente nos suministran a nosotros.
El precio de los carburantes también se ha visto afectado al alza. Desde enero llenar el depósito nos cuesta este año entre 14 y 16 euros más que en 2021, y eso no solo nos afecta si tenemos coche: si el transporte sube, aumentan los precios de todos los bienes que se mueven, ya sean de proximidad o del otro lado del mundo. De hecho, el Informe sobre transporte marítimo más reciente de la UNCTAD (Naciones Unidas) asegura que, si “se mantiene la actual subida de los fletes de transporte de contenedores, los precios de importación a nivel mundial aumentarán un 11%”. Esto nos afecta a todos, pero en especial a economías pequeñas que dependen de las importaciones, y a países de América del Norte y Europa desde donde compramos mucho en Asia Oriental.
Además, al aumento del coste de las materias primas, hay que unir la subida del precio del gas y también a la situación coyuntural de la reducción del consumo generalizado fuera de casa. Hay por otra parte un aumento de otro tipo de consumo – a raíz de la Covid 19- que ha obligado a las empresas a rediseñar sus cadenas de suministro, recalcular sus cantidades y barajar nuevos escenarios que no se esperaban.
Si estás haciendo el planning de comidas para estos primeros meses del año toma nota, porque no hablamos solo de productos de difícil acceso o de importación. Muchos productos básicos del día a día están hoy más cerca de empezar a considerarse “pequeños lujos”.
El índice de precios de los alimentos, que elabora mensualmente la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y que recoge la evolución en todo el mundo, acabó el 2021 con un aumento del 28,1%, con subidas registradas en todas las categorías. Al parecer éstas han supuesto una reacción al hecho de que en 2020 muchos alimentos se mantuvieran o incluso bajaran de precio.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el aceite de oliva es ahora un 26,7% más caro que en diciembre de 2020, la pasta un 15,2%, la margarina un 11%, la fruta fresca un 9%, las legumbres y hortalizas un 8% y el pescado fresco un 6,6%.
De cerca le siguen la carne de ave con un aumento del 6,5%, los huevos un 6,2%, la carne de vacuno un 6%, la leche entera y desnatada un 5%, el café un 5,6% y hasta el pan un 3,8%.
No es de extrañar que, a la vista de estos datos, la OCU haya vuelto a publicar su listado de los supermercados más baratos.
La pandemia de la Covid 19 ha puesto en bandeja el caldo de cultivo ideal para la tormenta perfecta de precios. Ha aumentado el coste de los carburantes – que afecta directamente al precio de la electricidad-, y el oligopolio de las navieras supervivientes a la pandemia. A esto hay que sumar la crisis de la cadena de suministro con los fabricantes, que están pagando más por las materias primas y manteniendo a marchas forzadas unos niveles variables e impredecibles de demanda.
Este tipo de situaciones son críticas y suelen aparecer siempre después de momentos de bonanza. Sin embargo, en este caso, la situación se está alargando más de lo previsto, aunque la gran mayoría de expertos coincide en apuntar que este temporal amainará a partir de la segunda mitad del año.
Aunque las proyecciones del Banco de España sitúan la inflación prevista para 2022 por encima de la de 2021, llegando un 3,7% de promedio, otros analistas como la OCDE la sitúan en un 3,2% y la Comisión Europea en un 2,8%; hay un quórum general en los análisis de todos estos expertos que apuntan a que este brote de aumento de precios es transitorio y que vamos a ir a mejor.
La mayoría de analistas coinciden en defender que, a partir del segundo semestre del año, la demanda del gas descenderá y que al mismo tiempo aumentará la oferta del sector energético, lo cual tendrá un impacto directo en los precios. Además, con un mayor control de la pandemia, gracias a la cada vez más generalizada inmunización, que lleva a los Gobiernos a instaurar restricciones cada más laxas y compatibles con el desarrollo de sus economías.
El verdadero problema con la inflación no está en el aumento de los precios per se, sino en la pérdida de poder adquisitivo debido a que el aumento de los salarios no es equitativo al del coste de la vida. Es decir, todo cuesta más, pero la mayoría de nosotros ganamos lo mismo, con lo cual debemos reducir nuestro gasto en todo aquello que no suponga una necesidad vital.
El incremento salarial pactado en convenio para 2021 ha sido del 1,47% de media, es decir que, si lo comparamos a los niveles de inflación, está un 5% por debajo y supone una terrible pérdida de poder adquisitivo. No nos va a quedar otra alternativa que en esta larga cuesta de enero apretarnos el cinturón.
¿Cómo afecta a los restaurantes? ¿Son más caros ahora que en 2021? Te lo contamos la semana que viene.
Después de 365 días recorriendo restaurantes estos son algunos de los platos que más nos…
Estos son los roscones de Madrid que más nos gustan. Además de La Duquesita, campeón…
Analizamos algunas de las iniciativas que los supermercados pueden incorporar en su operativa.
Ligeros o tochos, de recetas o de pensamiento, esperamos que encuentres el que buscas entre…
Crianza en dehesas y curación artesanal son la seña de identidad de este producto inigualable.
Criados en el campo como lo hacían los abuelos son un placer reservado a estas…