Las encañizadas del Mar Menor constituyen un espacio natural protegido dedicado a la pesca artesanal único en el mundo. Aprovechando la salida natural del Mar Menor al Mediterráneo (había dos pero la otra se convirtió en puerto deportivo), los pescadores, desde época de los fenicios, instalan una barrera de cañas -de ahí el nombre- que corta la huída de los peces hacia aguas más frías aprovechando las corrientes. Esta empalizada submarina los conduce a un laberinto donde quedan atrapados y son capturados mediante pequeñas redes enganchadas a un palo.
Tras una breve travesía desde el puerto de Lo Pagán, llegamos al muelle de La torre, donde el fondo alcanza escasamente el metro de profundidad. Aguas clarísimas por las que nadan peces y arenas en las que corre una especie de cangrejos de mar, llamados popularmente "tranca peluda" que nos juran son más finos que las nécoras. Lástima que ya no sea temporada de los deliciosos langostinos del Mar Menor.
Una vez instalados salimos en un bote a remo hasta las jaulas donde están atrapados los peces. Allí, Jacinto, uno chavalín de la familia, es el encargado de pescar. Cobradas las piezas, volvimos y a tierra, donde Pablo González -cocinero del restaurante La Cabaña- y Juan Echanove -socio del FoodiesClub– limpiaron los mújoles que comimos en sashimi, apenas aderezados con tomate picado y aceite de oliva virgen extra, y al horno. Su carne blanca y finísima nada tiene que ver con la de los ejemplares que habitan en los puertos y chupan petróleo. "En Galicia se horrorizan cuando se enteran de que en Murcia se comen el mújol, que allí llaman lisa -comentaban Echanove y Capel- pero es porque no han probado los del Mar Menor, que viven en aguas limpias". "El mújol de este mar es un acontecimiento gastronómico -sentenció Capel– un pescado finísimo mejor que la dorada y la lubina, mucho más delicado"
Angel León, quien estaba previsto que nos acompañara, aunque finalmente no pudo hacerlo, es uno de los cocineros que mejor trabaja el mújol, conocido en Andalucía como albur, abundante en las costas gaditanas.
El menú se completó con pulpo con crema de patata y sobrasada, receta de David López Carreño profesor del CCT de Murcia; dorada y mujol frito, arroz de caldero y de postre: paparajotes, según la receta de la huerta.
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