Hace unos años, Ana Acín se hacía cargo del restaurante familiar La Venta del Sotón, una referencia de la cocina oscense. Al poco tiempo se convertía en presidenta de la Asociación Jóvenes Restauradores de Europa, en un momento en que el asociacionismo profesional vive tiempos complicados. Su arrojo, su talante y su buen humor la han ayudado a cambiar cosas tanto en su restaurante como en la asociación. Nos lo cuenta en esta entrevista.
Los cambios generacionales en cada caso son diferentes pero todos tienen un mismo denominador que es la puesta en común de la visión que las distintas generaciones tienen de cómo organizar los restaurantes y eso implica paciencia y constancia.
Como yo casi no pude disfrutar de trabajar con mi padre siempre animo a mis compañeros a que intenten dar su punto de vista desde un modo de respeto pero con tesón y siempre entendiendo primero como se ha hecho siempre para poder mejorarlo si es el caso.
Los argumentos siempre tienen que ser objetivos y medidos por los resultados para convencer a la generación anterior pero al final todos tenemos que comprender que el ensayo-error existe en cualquier generación y que todos tenemos que tener la oportunidad de equivocarnos pero siempre aprender de ello y que todo sirva para mejorar.
Hacerlo como mínimo igual y si se puede mejor que nuestros padres para que los clientes sigan disfrutando del restaurante por muchos años más.
Crear algo nuevo es duro pero mantener un restaurante que tiene una historia y una personalidad vinculada es muy complicado y hay que hacer un esfuerzo extraordinario ya que como todo el mundo sabe las comparaciones son odiosas y el imprimir tu personalidad conlleva ser fuerte y no siempre es fácil. La responsabilidad de mantener un negocio por el que han luchado y han trabajado tanto tus padres es mucha, por eso, hay que tener claro que hay que esforzarse, trabajar duro y sobretodo tener cariño, pasión por tu restaurante, respeto por tus clientes y estar orgulloso por poder continuar con el legado de tus padres.
Si pesa si, pero es algo que tienes que verlo como normal y saber qué le pasará lo mismo a la siguiente generación…jajaja
Aprendizaje constante, paciencia, tesón y acompañarte de un equipo que crea en tu proyecto y trabajo, trabajo, trabajo…
El reto de avanzar según los gustos del cliente y de no decaer porque los restaurantes familiares tienen una historia que no debe perderse.
Uff, magnífica pregunta…los despidos en general no gustan a nadie y son psicológicamente duros, así que cuando además tienen un factor familiar esto se duplica, por lo que hay que hacerlo desde un punto lo más profesional posible y siempre teniendo en cuenta que es lo mejor para la relación familiar y sobretodo para el negocio.
En los negocios por muy duro que suene la familia tiene que entender que por encima de ese vinculo está la empresa y todas las decisiones que se toman son por el bien de esta.
JRE es una asociación joven en la que internet es nuestra vía de comunicación con nuestros clientes y potenciales asociados. Al ser una asociación a nivel europeo internet es la mejor forma de expandirnos y darnos a conocer como también relacionarnos entre nosotros por las diferentes redes sociales.
En general el asociacionismo está pasando por unos momentos complicados por el individualismo que se ha originado por la crisis que ha hecho que cada uno mire por si mismo y no encuentre el tiempo para compartir, aunque por suerte la globalización en nuestra asociación es positiva, ya que JRE cada día se está expandiendo más por Europa y poco a poco la necesidad de relacionarte con colegas de tu misma profesión y compartir vivencias hace que sintamos la necesidad de buscar en una asociación un respaldo, unos amigos y una familia en la que nos apoyamos unos a otros y además encontrar colegas de otros paises con tus mismos problemas o inquietudes es muy enriquecedor.
No creo que el problema esté tanto en buscar su sitio, porque realmente las mujeres que se dedican a la hostelería creo que siempre han tenido y tienen su sitio muy claro, si no en como romper esa barrera más generacional porque la hostelería y sobretodo la cocina era vista como algo muy duro y sacrificado y eso hacía que la dedicación de la mujer fuese menor.
Si comparamos el número de mujeres y de hombres obviamente hay diferencia en número, pero realmente creo que nadie está mirando si es hombre o mujer quien está detrás de los fogones, si no el trabajo desempeñado. De verdad creo que por lo general no es un problema de género sino de las decisiones que cada uno toma en su vida profesional y personal que conlleva a tomar un camino u otro.
Instaurar unas bases reguladas en el trabajo que ayudase tanto al trabajador como a las empresas para facilitar tanto económicamente como laboralmente esa conciliación y así ambas partes pudieran salir favorecidas sobretodo para poder contratar más personal y así aumentar turnos.
No obstante hace falta mentalizar a la sociedad de la importancia de la conciliación.
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