El Celler de Can Roca ha presentado su gama de destilados, Esperit Roca, compuesta en principio por seis bebidas. Aunque vendrán más.
No por otra cosa andaba Josep Pitu Roca como niño con zapatos nuevos por el backstage de Madrid Fusión, luego de presentarse en el escenario junto a sus hermanos (algo que por cierto no ocurría desde 2017). La ocasión lo merecía, ya que la puesta en largo de Esperit Roca supone concretar un largo proyecto que nació con la vocación de «encapsular el paisaje», partiendo de la cocina líquida de El Celler de Can Roca, «para ponerlo al alcance del público en general, no solo de los que visitan el restaurante», explica el sumiller.
Para comprender su entusiasmo en la presentación, hay que saber que la pasión espirituosa del responsable del apartado líquido del Celler viene de lejos. «El universo de los aguardientes y licores siempre me fascinó. Desde crío, en el bar de nuestros padres, viajaba a países imaginarios contemplando las etiquetas de las bebidas destiladas. Y ahora vivo con gran ilusión la oportunidad de compartir naturaleza líquida, paisajes embotellados y recuperar memoria antigua».
Como muchos otros proyectos que han emprendido los hermanos Roca, Esperit Roca surge de la curiosidad, la investigación y la necesidad de relacionarse con el entorno. Hace siete años, en colaboración con el botánico Evarist March, comenzaron a «interpretar el paisaje, reconocer la tierra y reivindicarla», desarrollando una propuesta de destilaciones, maceraciones y fermentaciones de la que surgieron más de 150 referencias, con las que trabaja El Celler de Can Roca.
En el escenario de Madrid Fusión, los hermanos Roca mostraron que muchos de esos destilados, macerados y licores no solo cumplen con el papel de bebida en el restaurante, sino que también se integran a la cocina, como ingredientes o fuentes de inspiración a la hora de concebir los platos. Los espirituosos de la casa son, asimismo, un buen recurso para el maridaje en los postres, como aseguró Jordi Roca.
La buena noticia, en cualquier caso, es que seis de las bebidas que conforman el singular universo de la «cocina líquida» de El Celler de Can Roca ya han salido al mercado y están disponibles para los paladares curiosos en la tienda de Casa Cacao, el Hotel Casa Cacao en Girona y el popup de Casa Caco en el Mandarin Oriental Hotel de Barcelona, además de la web de Esperit Roca. Las primeras referencias de la gama que se comercializan al público incluye dos series.
La Sèrie Paratge, el eje que vertebra el proyecto y que tiene gran relevancia para los Roca, porque implica la representación de paisajes. Inicialmente incluye una Ginebra de Té de Roca (95 euros) y un Aiguardente de Garrofa (aguardiente de algarroba, 85 euros). La primera es una ginebra minimalista, que recomendamos degustar sola, destilada con una base de vinos blancos del Penedès y macerada con una rara planta aromática, la jasonia glutinosa. El segundo reivindica la pureza austera de una fruta ignorada en el Mediterráneo. Pronto se unirá a esta serie el Vi amb Arrels (vino con raíces), vino aromatizado con botánicos.
El gama inicial de Esperit Roca se completa con la Sèrie Cacau, en donde es evidente la relación con Casa Cacao, la fábrica de chocolate de El Celler de Can Roca. Esta serie está compuesta por tres referencias, que interpretan la misma materia prima desde una perspectiva diferente: Licor de Cacau (60 euros), Esperit de Cacau (60 euros) y Ginebra de Cacau (55 euros).
Sin duda, la «cocina líquida» de los hermanos Roca es un aporte valioso y original al universo de las bebidas espirituosas que sabrán valorar los paladares sensibles y bien vale la pena probar.
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