Fallece Alejandro Fernández. El mundo del vino español despide a uno de sus personajes más auténticos. El viticultor y bodeguero, creador de Tinto Pesquera, falleció a los 88 años el pasado fin de semana cuando visitaba a una de sus hijas en Santander.
La noticia conmocionó a todo el sector del vino, aunque cayó como una bomba en su localidad natal, Pesquera de Duero, donde Fernández inició su aventura en la elaboración de vinos en 1972, junto a su mujer, Esperanza Rivera, adquiriendo y adaptando para ello un lagar del siglo XVI. Antes de consagrarse a la viticultura, este hombre inquieto fue carpintero y herrero, dejando la impronta de su genio creativo en dos patentes de máquinas para recoger la remolacha.
Pero fue en el vino donde desarrolló su máximo potencial. Especialmente a partir de 1975, la primera cosecha embotellada de Tinto Pesquera. Desde entonces, su vino fue ganando fama y en 1982 se convirtió en uno de los pilares de la recién nacida D.O. Ribera del Duero. Tres años más tarde, el gurú Robert Parker Jr. se fijó en él destacándolo como «el Pétrus del Duero». Y entonces la celebridad ya fue mundial… Siempre con una etiqueta tan sencilla y emblemática que el propio José Peñín llegó a analizar como «un ejemplo sugestivo: una etiqueta sin el más mínimo criterio estético, obra del capricho del mismo Alejandro Fernández en la segunda mitad de los setenta, que dejó de ser ‘rural’ para convertirse en un icono del diseño vinícola».
En los años siguientes, Tinto Pesquera presentó su cuvée más ambiciosa (Janus Pesquera) y la bodega se expandió hasta convertirse en grupo, abriendo filiales en la misma Denominación de Origen Ribera del Duero (Condado de Haza), en los viñedos de Zamora (Dehesa La Granja) y hasta en tierras manchegas: El Vínculo. En 2011, el conglomerado se diversificó, inaugurando un hotel en Peñafiel, AF Pesquera.
Apartado al final de sus días de la gestión del grupo Familia Fernández Rivera, la figura de Alejandro Fernández fue puesta en valor por el presidente de la D.O. Ribera del Duero, Enrique Pascual, quien declaró «su forma de interpretar y amar esta comarca caló en las siguientes generaciones, contribuyó al crecimiento y prestigio de nuestra D.O. Admirado por la crítica y profundamente respetado por sus iguales, deja una gran huella”, concluyó el responsable de la Denominación de Origen castellana.
Alejandro Fernández fue también merecedor de la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo, una de las últimas condecoraciones que otorgó el rey emérito Don Juan Carlos I. Quien encuentre alguna buena añada de Pesquera, la descorche y eche un trago (o dos) en honor a este buen valedor del vino español.
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