Luis Irízar, el cocinero donostiarra célebre por su actividad profesional y docente, ha fallecido esta mañana a los 91 años de edad.
Así hablaba de sí mismo en su biografía, publicada en febrero de este año:
«Soy cocinero de vocación, amante de mi oficio. He trabajado mucho, muchísimo, he hecho prácticamente de todo. He cocinado para presidentes y jefes de Estado, para premios Nobel, ministros, diplomáticos, aristócratas y políticos de todas las ideologías. Y con el mismo cariño y ganas de agradar, he preparado el alimento cotidiano de obreros en sus fábricas, de estudiantes en sus cantinas, de enfermos en hospitales, de ancianos en sus residencias… Soy un hombre agradecido por lo mucho que el oficio me ha dado. He podido viajar, tratar con personas y con personalidades, dominar idiomas, vivir experiencias apasionantes….¨
La suya ha sido una vida larga y movida profesionalmente. Nacido en La Habana en 1930 -sus padres eran donostiarras emigrantes en Cuba– con sólo tres años regresó a San Sebastián.
Como aprendiz empezó a trabajar en el hotel María Cristina. A mediados del siglo pasado recaló en Madrid, concretamente en el restaurante Jockey, y de ahí se fue a trabajar a alguno de los grandes hoteles de Europa, como el mítico Hilton de Londres como jefe de cocina.
Su vocación docente le llevó a crear en 1967 la primera escuela de hostelería del País Vasco. Fue en Zarautz, en el hotel Euromar. De allí salieron profesionales tan reconocidos como Pedro Subijana, Carlos Arguiñano, Ramón Roteta y un largo etcétera.
Junto a ellos el propio Irízar formó parte del movimiento culinario bautizado como la Nueva Cocina Vasca, que a finales de los 70 del pasado siglo fue el preámbulo de la revolución gastronómica finisecular protagonizada por Ferrán Adriá .
Todavía siguió liderando las cocinas varios años en su tierra y en Madrid, como en el hotel Alcalá, donde fue director gerente. De vuelta a Donostia, funda en 1992 la famosa escuela de cocina que lleva su nombre, y que cerró este mismo año 2021 a causa de la pandemia del Covid-19.
Considerado como gran maestro de cocineros, Luis Irízar formó a más de 650 profesionales a lo largo de su vida. Poseía numerosos premios como profesional y como docente, entre ello el que le otorgó la Real Academia Española de Gastronomía en 2013 a «Toda una vida». También el Tambor de Oro de su ciudad.
Hace poco tiempo Irízar había padecido el coronavirus, del que se repuso (no así su segunda mujer, Virginia Alzugaray, fallecida este mismo año). No obstante su delicado estado de salud le ha producido el fallecimiento esta mañana en su ciudad, San Sebastián.
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