En tiempos recientes, FONDO Supper Club se está llevando el gato al agua el tema gastronómico en las presentaciones para firmas de lujo. Algunos de sus clientes: Swatch, Loewe, Bang & Olufsen, Suot Studio, Bimba & Lola… Pero que nadie se confunda, porque FONDO no compite en la liga de los servicios de catering al uso. Nada tiene que ver con ellos.
Su definición le sitúa en otra dimensión: «FONDO Supper Club es un estudio gastronómico que traduce conceptos a situaciones comestibles. Investigamos prácticas artísticas y desarrollamos nuestra investigación a través de la comida. Nuestro objetivo es comunicar a través de los alimentos, generando circunstancias gastronómicas como formato expositivo legítimo».
Lo que puede parecer un enunciado quizás un poco críptico fluye muy bien en las cenas que organizan desde mayo de 2022 estas cuatro jóvenes madrileñas, que apenas superan los 25 años: Nora Silva es artista, curadora de arte y se graduó en el Royal College de Londres; Marta Moya, cocinera, también ha recogido experiencia como creadora de arte y food designer en la capital británica; Belén Cabello, diseñadora, también desarrolla su interés en el universo de los cócteles; finalmente, Sara Oldenburg es sumiller y una apasionada y firme defensora de los vinos naturales.
La apuesta por los vinos de pequeños productores, que no admiten el añadido de sulfitos, es solo uno de los rasgos que identifican a FONDO. «También proponemos solo menús vegetarianos porque es nuestra forma de entender la sostenibilidad, asumiendo que tenemos que adoptar una postura responsable en la industria alimentaria. Y creemos en el feminismo, entre otras cosas porque hay que contrarrestar la falta de reconocimiento que sufren las mujeres en el sector hostelero», apunta Belén Cabello.
Con estos argumentos, las cuatro integrantes de FONDO Supper Club se lanzaron hace dos años a realizar sus primeros encuentros en galerías de arte. «Nora ya había tenido experiencias similares en Londres y en Madrid avanzamos de a poco, a ver si encontrábamos nuestra sintonía», explica Marta Moya.
Por lo visto, la sintonía surgió: desde mayo de 2022, las chicas de FONDO han desarrollado hasta hoy 11 cenas de su Supper Club (que han repetido en tres ocasiones cada una), a las que hay que añadir las 25 presentaciones que han realizado para clientes especiales. «Es un negocio que surgió después», explica Sara Oldenburg. «Son clientes que nos llegan con propuestas muy específicas y a los que les sugerimos proyectos a medida. Nunca repetimos ni los mismos platos ni los mismos vinos, ni los mismos cócteles, tampoco los mismos diseños de soportes. Pero tampoco admitimos servir carnes ni pescados, claro».
Visitando a las cuatro dinámicas socias de FONDO en su base general en el barrio de Tetuán de Madrid y revisando los menús de las cenas que han realizado en su trayectoria, queda claro que su gran fuerte es la conceptualización.
Para una cena que realizaron en septiembre de 2023, en torno a la obra de la artista chileno-peruana Ivana de Vivanco, presentaron un plato titulado «El disfraz de yegua», que describían en estos términos: «Ponerse el disfraz de yegua, un disfraz brillante y bonito para confrontar un tema doloroso e incómodo. Tras el tuille de higo chumbo que elevamos a través de técnicas de alta gastronomía se esconden ingredientes humildes como los nopales y el queso cotija con los toques picantes y adormilantes de los chiles y la pimienta de Szechuan».
En el encargo que realizaron para la marca de relojes suiza Swatch, en cambio, debieron trabajar sobre cinco pilares relacionados con la identidad de esa casa: Joie de vivre, Provocación positiva, Democratización del arte, Innovación y Swiss Made. «Cada uno de estos principios dio lugar a un plato», explica Cabello.
Mientras preparan las nuevas cenas del Supper Club –que tendrán lugar en Madrid los próximos días 23, 24 y 25 de mayo y a las que se puede acceder reservando a través de la newsletter de FONDO Supper Club– estas emprendedoras del nuevo escenario gastronómico de este país también estrenan Club de vinos on line para «compartir lo que disfrutamos». Al fin y al cabo, tal como señala Nora Silva, «en FONDO utilizamos la comida como medio de comunicación porque creemos que la alimentación es la metáfora universal».
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