¿Has oído hablar de Gyotaku?


No es la primera vez que surgen una exposición y/o talleres de Gyotaku en España, pero no por ello no deja de ser tremendamente interesante para los amantes de la gastronomía. Lo primero sería aclarar qué es, que tampoco es tan popular. Gyotaku es una técnica de grabado nipona a través de la cual se tintan pescados y moluscos para después imprimir su huella o relieve en papel de arroz y, como bien destaca esta exposición en el Museo de Pintura de Sant Pol de Mar, ansia capturar “el alma de los peces”. 

El término nació en 1955, en la primera exposición de estos trabajos que se organizó en Japón, y significa “frotar pescado” (gyo-tah’/koo), pero la técnica surgió en la época Edo, en el siglo XIX. Un pescador quiso dejar un registro de su gran noche de capturas y la creó. El nombre de este hombre de mar no se recuerda, pero, sin lugar a dudas, lo que inventó ha quedado para la posteridad.

A partir de ese momento, el Gyotaku fue evolucionando paulatinamente para convertirse en mucho más que un registro visual en un tiempo en que la fotografía y la taxidermia todavía no estaban desarrolladas y culminó transformándose en un arte. Hubo un momento en que se pasó de la simple impresión a la composición y multiestampación, no solo de peces sino de muchos elementos de la naturaleza que rodean al mar haciendo que esa huella de la pesca captara mucho más que el trofeo obtenido.

Tradicionalmente se utilizaba tinta Simu, que al surgir de un carbón vegetal influía positivamente en el posterior destino culinario de la captura. No obstante, como suele ocurrir en Japón, el uso de este pigmento tenía y tiene un significado más profundo, ya que esta tinta siempre se le han atribuido poderes para captar el alma de lo representado, de ahí que “el alma de los peces” subyazca en cada impresión. Los tiempos cambian y la tinta china, las acuarelas y otras tinturas se han abierto camino para dar nuevas formas y variados significados, mas el fin sigue siendo el mismo.

Así, en esta exposición es Victoria Rabal, la artista y directora del Museo Molino Papelero de Capellades, quien aborda desde su visión personal esta técnica de grabado japonés. Tras varios viajes a Japón conoce el Gyotaku y se convierte en especialista en la materia, luego decide buscar alma de la pesca que llega a Mercabarna. Abre un espacio de creación allí mismo y comienza el registro documental del que ahora se disfruta en esta exposición Gyotaku, capturar el alma de los peces. Una forma inigualable o si se prefiere diferente de conocer especies marinas y de ver la ictioalma de la captura. En la muestra hay más de 70 peces y moluscos realizados entre el 2011 y el 2014 y ha utilizado tinta china y sobre papel artesanal de fibras de Gampi y Misumata (arbustos japoneses) en la que es, sin duda, una singular aproximación a Gyotaku.

Además, Rabal ha organizado talleres para que aquellos que lo deseen den rienda suelta su vena más artística y puedan aprender la técnica. 

Alejandra Yañez

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