Iniciamos esta sección de Hoteles Gourmet con Eunice Hotel Gastronómico, una novedad en el casco viejo salmantino donde el adjetivo gastronómico no es un reclamo publicitario sino la esencia del establecimiento. Para su propietario, el cocinero José Manuel Pascua, que regenta también el restaurante Bambú a poco metros del hotel, el cuidado de la oferta culinaria fue, desde el comienzo del proyecto, prioritario. «En general, hay muchos hoteles, pero pocos donde se coma y se desayune bien. Salamanca no es una excepción. Quería hacer algo singular», explica Pascua.
El nombre del hotel rinde homenaje a su abuela, con quien se crió y empezó a trastear en los fogones, y es al tiempo una declaración de intenciones. Eunice se llamaba la amante de Petronio, el árbitro griego de la elegancia según lo describe el historiador Tácito, que cayó rendido ante la belleza y gracia de la esclava. Y el icono del hotel, el botón charro, es un guiño a la tradición salmantina que se repite en infinidad de detalles, desde los bordados serranos de los cojines a las obras de arte que salpican los salones. Todas ellas de artistas como Jaume Plensa o el portugués José Pedro Croft que han tenido alguna relación con la ciudad.
Situado junto al palacio de Monterey – propiedad de la casa de Alba-, a 3 minutos de la plaza Mayor caminando, el hotel dispone de 13 habitaciones (375 € habitación por noche) decoradas en estilo clásico contemporáneo. Cálidas y confortables, casi todas ellas con vistas y acceso al coqueto jardín interior desde el que se contempla la imponente fachada del palacio. Si en la calle todo es bullicio -ya sabemos lo animada y fiestera que es la ciudad de Salamanca, sobre todo cuando han comenzado las clases en la Universidad, en el interior el silencio y el sosiego inundan el ambiente. En cuanto te has instalado te sientes como en casa de unos amigos, donde todo es fácil, accesible… Lo extraordinario convertido en cotidiano.
Para terminar de redondear la sensación de paz, unas camas grandes y comodísimas que te acogen y de las que no quieres escapar porque las sábanas son tan suaves que te acarician; amenities de The Lab Room con un aroma agradabilísimo; buenos espejos e iluminación en el baño; productos de cortesía en el minibar, y un puñado de detalles más que en ocasiones se echan en falta en establecimientos de esta categoría.
La preocupación por la buena cocina se intuye nada más llegar, cuando el joven y eficiente equipo de recepción ofrece al huésped zumos naturales y pequeños bocados a modo de refrigerio. También se percibe en la oferta del servicio de habitaciones muy cuidada y apegada como toda la gastronomía de Eunice al territorio.
El restaurante abre de jueves a domingo para almuerzos y cenas y ofrece dos menús: Celemín ( 58€) y Media Fanega (72€).Una interesante propuesta para el primer cinco estrellas GL de la ciudad. Esto hasta que, en breve, se inaugure Pascua, el restaurante gastronómico con el que José Manuel Pascua sueña desde que llegó a Salamanca desde su pueblo para trabajar en Bambú, el restaurante familiar del que se hizo cargo hace 17 años y que hoy es lugar de referencia para disfrutar de carnes a la brasa.
Un equipo de sala capitaneado por la sonriente Silvia Gaspar, se ocupa de que a los huéspedes no les falte de nada una vez que se sientan a la mesa. Productos seleccionados que llegan de la dehesa salmantina, las huertas cercanas y también los mares que nos rodean, que aunque no próximos siempre han estado presentes en el ideario culinario de la meseta. Platos sencillos y sabrosos, muy bien ejecutados, con algunos guiños llamativos cuya única intención es captar a la atención del comensal y seducirlo.
El desayuno es un símil de menú degustación. Comprende tres estaciones y requiere un tiempo aproximado de hora y media para disfrutarlo. Comienza con el Mundo Líquido: cafés de diferentes orígenes; tés e infusiones; limonada; un zumo de temporada que hoy es de naranja, y una copa de cava. En la segunda etapa se puede escoger entre lo salado y lo dulce. El Mundo Salado incluye pan de molde, chacinas ibéricas, pastas untables (paté ibérico y sobrasada con farinato), y tomates confitados con hierbas aromáticas. Mientras que el Mundo Dulce, incorpora fruta cortada, bollo maimón con crema de leche, bamba rellena de chantilly, pan de molde y de cereales tostados, además de yogur griego, mermeladas, compotas y dos mantequillas. Todo elaborado a diario en el hotel con ingredientes de temporada.
Si algo hace diferente al desayuno de Eunice es que se elabora a la vista de los comensales. Para desayunar es imprescindible hacer una reserva. Si no se quiere tomar el menú todos los días que dure la estacia, se puede optar por un desayuno abreviado que se sirve en el habitación, en un salón interior o en el jardín cuando el tiempo lo permite. Solo 7 mesas en un pequeño comedor junto al vestíbulo de entrada se destinan al desayuno degustación. Al fondo, detrás de una cocina económica impecablemente restaurada, el equipo cocina para los huéspedes. Un hermoso espectáculo que se convierte en una experiencia inolvidable.
Pero la aproximación gastronómica no acaba ahí. Del mismo modo que se ofrecen vistas con guías especializados en diversas temáticas por la ciudad de Salamanca, también brindan la posibilidad de que los huéspedes se acerquen a la dehesa de la mano de La Hoja del Carrasco, la empresa que les abastece de productos del cerdo ibérico. Si te interesa la gastronomía y quieres ampliar tus conocimientos, matricúlate en nuestros cursos online.
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