La revista Time ha definido a Joel Salatin como el granjero más innovador del mundo. Hablando con él parece que añorara tiempos pretéritos, sin embargo su mirada se proyecta en el futuro. Sueña con un mundo basado en la comunidad, donde lo práctico sea fruto de la reflexión. Sin olvidar el pasado se ha convertido en un icono de la modernidad. Arremete sin piedad contra la administración Trump y los métodos intensivos (ganadería y agricultura) sobre los que se sustenta el modelo americano.
En su libro Esto no es normal (Editorial Diente de León) traza las líneas maestras de su pensamiento. Señala los puntos calientes del debate y aporta soluciones. Parte de la premisa de que «imitar a la naturaleza es el futuro de un sistema agrario realmente ecológico y eficiente», por eso es un defensor incondicional de las pequeñas granjas y de la venta directa. «Las normativas están diseñadas con el objetivo de dificultar el acceso al mercado, no de regular la calidad o la salubridad de la comida. Solo entran en juego cuando la comida se vende».
Polyface, su granja de Virginia (Estados Unidos) es un símbolo para millares de granjeros de todo el mundo. En ella se producen grandes cantidades de alimentos nutritivos de manera respetuosa con las personas, el ganado y el medio ambiente. Hace unos meses pasó por España para impartir un curso en la finca Dehesa El Milagro y tuvimos oportunidad de conversar con él.
No es una conspiración; es una confluencia de ideas. La gente tiende a mantener políticas que protegen sus interesas. Los intereses de la industria alimentaria internacional son contrarios a los intereses que buscan mostrar la verdad. Eso no impide que las granjas sean rentables. La mayoría de las granjas no rentables simplemente no toman decisiones comerciales sensatas.
La diferencia es que mis molinos de viento son reales, la alimentación es un problema real. Y los que piensan como yo saldremos vencedores porque la verdad está a nuestro favor. Sí, me considero un ecologista, y todos intuitivamente sabemos que los al final de todo lo que importa es la Naturaleza.
Si no se puede producir en allí, sí. Piensa en el cacao, el café. Si puede ser producido allí, es cuestionable.
Ingredientes y peso. Lo importante es conocer a tu granjero, conocer tu comida. Los consumidores necesitan profundizar en el tema de la comida, tener curiosidad e investigar. Las etiquetas son palabrería con esteroides
Por lo general, están equivocados a cerca de casi todo y son bastante deshonestos. Devalúan el dinero, nos roban. Toman la riqueza de la gente productiva y la dan a quienes nada producen. Nos dijeron que dejáramos de comer mantequilla y manteca de cerdo; para comer aceite vegetal hidrogenado en su lugar. Nos animaron para que usáramos fertilizantes químicos, pesticidas y herbicidas. Se nos dijo que diéramos vacas muertas a las vacas y acabamos en la enfermedad de las vacas locas. Nos empujan a que usemos organismos genéticamente modificados para alimentar al mundo. Mañana nos dirán que usemos nanopartículas en todo y que las nanopartículas que circulan por nuestras venas no nos perjudiquen. Nos dicen que saquemos animales de los pastos y los pongamos en fábricas. Nos dicen que la leche cruda es tóxica. Nada de lo que dicen tiene sentido.
Creo que los niños deberían estar expuestos al círculo natural de la vida lo antes posible. El ciclo de vida, muerte, descomposición, regeneración es fundamental para la ecología y la vida; cuanto antes lo entienda un niño, mejor. Esto no es un juego. La muerte es la muerte; es el final, definitiva. El juego no reemplaza el icono.
Pueden crecer muchas otras cosas además del trigo. Te desafío a nombrar todo lo que pueda crecer allí: verduras, frutas, vides, hierba, árboles. Las lagunas estratégicas para atrapar la escorrentía superficiales durante las épocas de lluvia y luego regar durante los períodos de sequía contribuirían en gran medida a acariciar el paisaje y aumentar la productividad.
Es aplicable en todas partes. Incluso, el mundo en vías de desarrollo probablemente pueda aplicarlo más rápidamente que los países desarrollados porque allí no tiene tantas infraestructuras que abandonar. Están más cerca del modelo, aunque parezca una paradoja.
Nadie en el mundo pasa hambre debido a la falta de comida. Nunca antes en la historia hemos desechado casi la mitad de toda la comida comestible humana. Nunca el mundo ha estado tan sobreabastecido como ahora. La gente pasa hambre debido a problemas de infraestructura, problemas socioeconómicos, guerra y política. Todos los países del mundo pueden alimentarse a sí mismos.
Imitando cómo se manejan los herbívoros en la naturaleza: movimiento, aprovechándolos en la siega, en el abonado, dejando que coman en libertad… como se hacía antes. En la ganadería actual, el ganado no se mueve, no se amontona y no siega (se pone en comederos, feedlots etc.). Con biomimetismo podemos restaurar los pastizales destruidos, en un tiempo fueron campos gloriosos.
Sí. Una economía de carbono es la que funciona.
No de ninguna manera. Lo que quiero que la gente se dé cuenta es que vivimos en un momento preciso de la historia. Nunca antes el grano ha sido barato, el combustible ha sido barato, los animales han sido amontonados en las fábricas como ahora… y los alimentos han sido impronunciables. Los burócratas prohibieron el comercio de alimentos de vecino a vecino, y la gente de clase media, al menos en Estados Unidos, es completamente ignorante a cerca de la comida. Vivimos un momento nuevo en la historia de la humanidad, literalmente un experimento no probado. No tiene nada que ver con el 1800. Tiene todo que ver con los patrones de civilización, y aquellos no tienen un período de tiempo excepto pre-ahora.
América lidera el movimiento de alimentos tóxicos. El Mediterráneo está detrás, pero tratando de ponerse al día, desafortunadamente.
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