Hoy llega llega a los cines españoles la película La Brigada de la cocina, una emotiva comedia social con trasfondo gastronómico que ya ha cautivado en Francia. ¿Los ingredientes de esta receta de éxito? La seguridad de Audrey Lamy en el papel protagonista de Cathy Marie -con quien repite el director y guionista del film-, el papel como director de Louis-Julien Petit, la aparición de François Cluzet, un elenco de menores extranjeros contando sus emotivas historias reales y un hilo conductor en torno a la gastronomía que atrapa.
Según cuenta la sinopsis, con La brigada de la cocina vivimos la historia de Cathy Marie. La protagonista es una talentosa chef de 40 años que cuando intenta abrir su propio restaurante se ve en la necesidad de aceptar un trabajo en la cafetería de un centro para jóvenes inmigrantes. Poco a poco, las habilidades de Cathy y su pasión por la cocina comienzan a cambiar la vida de los chicos, que también tienen mucho que enseñarle a ella: humildad, resiliencia… y los sabores de sus respectivos orígenes, las recetas de sus familias. A cambio, ella les lleva a su infancia a través del olor del romero, de palpar la tierra cultivando sus propios ingredientes, y de alimentos tan simples como la remolacha, con la que es capaz de hacer un plato de alta gastronomía. La cocina aquí no es solo el escenario principal, es un personaje más.
El director, Louis-Julien Petit, y su equipo de producción, guión y documentación, querían tratar un tema tan sensible en Francia como es el de los MENA (menores extranjeros no acompañados), jóvenes que llegan en busca de un futuro mejor y que si no logran una titulación antes de los 18, son repatriados. Tal es el trasfondo social de la película La brigada de la cocina, que no son actores profesionales, sino una representación de los 300 menores que fueron entrevistados para la cinta. Sus relatos y sus miradas ponen el punto emotivo a la vez que sus sonrisas iluminan cada minuto de esta comedia social donde veremos a una reputada chef perder los papeles al pedir a sus improvisados stagiers que troceen una cebolla.
La actriz Audrey Lamy también fue aprendiz durante la preparación de su personaje: pasó varios meses en las cocinas de Apicius y Divellec, a las órdenes de Mathieu Pacaud y Christophe Villermet, y acabó siendo una más entre sus equipos profesionales -además de incapaz de quitarse el olor de pescado de las manos de tanto desespinar caballa…-. Su preparación, le ha ayudado a mostrar mucha seguridad en el terreno gastronómico. Quienes la han visto aseguran que el resultado es un menú de cine que merece la pena disfrutar.
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