Hay empresarios con visión comercial que saben aprovechar las coyunturas y ofrecer al público lo que pide. En este momento todo el mundo busca los restaurantes 3B: que sean bonitos, con buena comida y baratos.
El espacio
En este mismo local de la calle Velázquez, en el madrileño barrio de Salamanca, hubo una sucursal del Asador Frontón que no llegó a despuntar. Ahora, tras una hábil reforma y un inteligente trabajo de interiorismo el espacio resulta confortable y acogedor. A pesar de las muchedumbres el ruido no es excesivo y la distancia entre las mesas (salvo las que tienen sofás corridos) es prudencial.
Un pequeño atrio cubierto a la entrada da cabida a una terraza para fumadores. En el interior, una barra, una zona “de estar” con sofás y chimenea, mesas repartidas en dos plantas y un reservado. Increíble como han trasformado un sótano en un espacio luminoso, alegre y apacible, utilizando colores claros y elementos decorativos sencillos.
La carta
Pero la gracia no está solo en el continente, también en el contenido: una propuesta de cocina casera tradicional que no guarda secretos. Cocina sencilla, sin pretensiones. A una larga lista de entrantes pensados para compartir, se unen cinco carnes y tres pescados. Propuestas tan sugerentes como las delicadas las croquetas de carne de cocido (8€), las rabas de Santander (12€) único plato que también se sirve en Cañadío, las originales alcachofas a la plancha (12€) que simulan una flor o los huevos en sus varias versiones. Nos desilusionaron las patatas bravas (7,50€) con una salsa muy entomatada y la ensaladilla rusa (8.50€) que ni fu, ni fa. Pero nos gustaron los buñuelos de bacalao (10.75€) y sobre todo el asadillo de pimientos de Isla (fuera de carta) carnosos, dulces y delicados. También sopa de pescado (12.75€), tajada de merluza (13.50), tacos de bonito con piperrada (13.50), un poco ya fuera de temporada, albóndigas de ternera (10.50) y San Jacobo de lomo de Potes con patatas (11.50€). En la lista de postres (todos 6€) una leche frita antológica, que se sirve templada, recién salida de la sartén, un flan de queso muy interesante y una tarta de limón que hará las delicias de los más golosos.
El precio
Todo por un ticket medio de 25-30 euros por persona. Ahí está, en parte, el secreto de la buena acogida. “Estamos convencidos que se puede dar de comer bien por un precio muy razonable –dice Paco Quirós, propietario también de Cañadío- Se trata de buscar un producto que se ajuste y creo que lo hemos conseguido, no solo con el menú, sino también con los vinos”. Todavía en rodaje, quedan muchas cosas por ajustar, sobre todo en el servicio, la gestión de reservas, etc.
Velázquez, 54
Teléfono: 91 781 49 69 www. restaurantelamaruca.com
Precio medio: 25€ (sin vino)
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