En Madrid, si algo hay, son bares. Abren, cambian, se mudan, amplían, cierran y llegan otros. Y entre tanta efervescencia de barra, a veces cuesta decidir. Por eso, hemos recorrido la capital acodándonos con un vino y un tapeo para elegir las 12 mejores barras de Madrid con sus platos imprescindibles. De una tortilla de patata a un taco de gallinejas, pasando por gildas, empanadas, sashimis de ventresca y tartas de queso (querrás tomarla aunque estés en barra).
Calle de Arbalán, 7. Tel.: 915937507
En este restaurante, cuya casa madre es alicantina, se puede disfrutar de una excelente carne. Las chuletas de vacuno son el plato estrella de la carta.
Sin embargo, en la pequeña barra de la entrada, es más cómodo disfrutar de su otra especialidad: el steak tartar. Aquí se puede pedir en montadito al precio de 5 euros y es imposible tomarse solo uno. Además, tiene otros platos ideales para tapear, como las patatas bravas, la ensaladilla rusa y las croquetas. También un buen jamón ibérico de bellota recién cortado.
Corta pero buena selección de vinos por copas, saliéndose del tradicional “Ribera o Rioja”. Escondido en una pequeña calle, muy cerca de la Gran Vía, es una de las barras más atractivas del centro de Madrid.
Calle General Pardiñas, 56. Tel.: 914013580
El fantástico restaurante Santerra, en la planta de abajo de General Pardiñas 56, se ha consolidado como uno de los mejores de la capital y goza de una gran fama. Lo que no tanta gente conoce es que también tiene una zona de mesas y barra, en la planta de arriba, donde se pueden probar algunos pinchos y raciones.
Para beber hay una variada oferta de vinos por copas. Y para comer es imprescindible probar sus premiadas croquetas de jamón. Cremosas, crujientes y con taquitos. Lo mejor es su sabor, que las hace adictivas y obliga a repetir.
También se pueden probar sus torreznos, entre los mejores de Madrid. Ensaladilla, gilda, bravas, empanada de bacalao y anchoas de Santoña completan una oferta corta, pero de muy buena calidad. Y de postre, otra de croquetas.
Calle de Ponzano, 41. Tel.: 913992150
Probablemente la calle con más barras de Madrid sea la de Ponzano. Algunas merecen la pena y otras no, pero entre las primeras está una de las sucursales de La Máquina. Como es característica diferencial del grupo, la calidad del producto en sus restaurantes es muy buena.
La zona de barra es bastante grande, pero eso no evita que suela estar a reventar, especialmente los fines de semana. EL servicio no está al mismo nivel que la materia prima y se torna algo lento. Aun así, merece la pena esperar si se está disfrutando del buen ambiente.
La carta de barra incluye pinchos, como el de tartar de atún o el de solomillo ibérico, hamburguesas y bocatines, como el de calamares fritos. También hay pequeñas tapas como la de pulpo a feira o la de albóndigas. Todo está rico y a precios razonables, salvo que uno se decida a pedir marisco, en cuyo caso se paga un precio acorde a la calidad del producto.
Calle Ponzano, 59. Tel.: 910338863
En la concurrida calle Ponzano destaca un local dedicado casi en exclusiva al atún rojo. DeAtún es un negocio consolidado hace años, con una barra muy interesante. En ella se pueden pedir prácticamente todos los platos de la carta.
Morrillo, ventresca y otras partes del atún son habituales en la carta. Su plato más popular es el divertido “tomatún”. También es original el taco de atún o los huevos fritos con patatas y atún picante. Aunque puestos a elegir están más ricos el tartar de descargamento, el sashimi de ventresca y el morrillo a la plancha.
Oferta de vinos por copas muy limitada pero buen ambiente en una barra que se llena los fines de semana. Precios comedidos. Eso sí, que nadie se espere la calidad de atún de El Campero.
Calle Menorca, 4. Tel.: 912141682
Salino tiene una de las barras más atractivas y diferentes de la zona del Retiro. Es el tercero de los restaurantes de los hermanos Aparicio, tras Cachivache y La Raquetista. Aquí, sirven las famosas bravas del primero y los estupendos torreznos del segundo.
Gilda, ensaladilla, pipirrana y croquetas de centolla son algunas de sus tapas más habituales. Es muy popular el taco de gallinejas, fusionando México DF y Madrid en un bocado. También funcionan, sin llegar a emocionar, los arroces, de pato o de gambas rojas.
Ofrecen al menos diez opciones de vinos por copas entre blancos, rosados y tintos. Ideal para salirse de los rutinarios vinos de la casa. Para terminar la degustación no duden en pedir la tarta de queso, que tiene un particular toque de torta del Casar, con un vino dulce.
Calle Ponzano, 11. Tel.: 916354681
Sala de Despiece es una original barra ubicada en la calle Ponzano. Los fines de semana es imprescindible reservar sitio a través de su web. Su éxito ha sido tal, que han tenido que abrir dos locales más en Madrid, en este caso con mesas y reservas.
Lo más característico del local original siempre fue lo divertido de sus presentaciones. Algunos platos llevan en la carta desde su apertura y son los más demandados. Es el caso del “Rolex” que lleva foie, trufa y una yema de huevo que se envuelve en panceta dándole forma de reloj. Otros clásicos son el rossini o el chuletón cenital, que es un carpaccio de vaca con tomate natural y tartufata.
Siempre manejan algún buen producto fuera de carta, especialmente mariscos. Y para completar tienen una amplísima oferta de vinos nacionales e internacionales por copas.
Calle del Doctor Castelo, 30. Tel.: 915733061
Los hermanos David y Miguel Laredo, cocinero y sumiller respectivamente, llevan muchos años consolidados entre los mejores taberneros de Madrid. Desde su casa original, el Mítulo, pasando por el local de Menorca 14, que ahora ocupa La Catapa, y acabando en este de Doctor Castelo, más amplio y moderno.
Los precios han ido subiendo, quizás más que la inflación, pero no han perdido su esencia. En su concurrida barra la calidad está garantizada y la selección de vinos por parte de Miguel es excelente, como siempre.
Son míticos, entre otros, su salmorejo, sus ensaladas, sus revueltos y sus chuletas de conejo. La buena mano del equipo de cocina garantiza, además, que pescados y carnes salgan en su punto. Otra barra en la que no se falla, apuesta segura que hay que pagar.
Calle de Ibiza, 38. Tel.: 910607230
Uno de sus platos estrella es la tortilla Capel, elaborada con manteca de cerdo, muy rica. La bautizaron con el nombre del prestigioso crítico gastronómico, que fue el que tuvo la idea de rescatar esta antigua receta.
También están buenas la ensalada de tomates con lubina y la alcachofa con salsa romesco. Otros imprescindibles de la carta son las croquetas, la ensaladilla y la oreja.
Platos de tasca, de toda la vida, ejecutados con mimo, en la calle Ibiza de Madrid. Además de la barra, tienen salón y terraza en el bulevar que llaman Bullbiza.
Calle de Menorca, 14. Tel.: 915742615
Considerada por muchos la mejor barra de Madrid, hay que reconocerle muchos méritos. El primero, el de atender bien incluso cuando el local está abarrotado, algo bastante habitual. El segundo manejar un buen producto a precios razonables.
Y el tercero y fundamental, que la comida esta muy buena. La carta de barra es muy amplia e incluye ensaladas, chacinas, croquetas y tortillas. Pero también platos de mayor enjundia como los arroces, algún marisco, pescados y guisos de carne, que son su especialidad. Callos, rabo de toro y carrilleras destacan en la carta, aunque no desmerecen el steak tartar o las mollejas.
Los vinos son otro punto fuerte de la casa, con una completa oferta de vinos por copas y botellas de diferentes países y denominaciones de origen españolas. No faltan ni los vinos de Jerez ni los champagnes franceses.
Calle de Montalbán 3. Tel.: 915233647
El prestigioso sumiller Luis García de la Navarra está al frente de esta taberna ubicada a espaldas del Ayuntamiento de Madrid. Además de un amplio salón y una terraza cubierta, tienen una de las mejores barras de Madrid para tomar vinos por copas, cuidadosamente seleccionados por Luis.
Su hermano Pedro está al mando de la sólida cocina de producto que hacen en esta casa. Destacan las verduras de temporada y los guisos, que demuestran que aquí hay un cocinero de los de verdad. Setas, atún rojo y trufa de temporada son algunas de sus especialidades.
Honestidad y sencillez en los platos, que se pueden maridar con vinos para todos los gustos y bolsillos.
Plaza del Descubridor Diego de Ordaz 1. Tel.: 915338715
El local se divide en tres espacios. Al entrar, a mano izquierda, se encuentra una pequeña barra, que es la que nos ocupa hoy, con mesas altas enfrente. El cocinero César Martín, es el alma máter del proyecto y dirige la cocina. La selección del mejor producto de temporada y la buena técnica en su tratamiento le caracterizan.
La carta reducida de la barra tiene varias medias raciones. Se puede empezar con sus populares buñuelos de queso Idiazábal, que desde hace 25 años han acompañado a César en su profesión. Otros destacados son el fiambre de callos con pipas de calabaza, que elaboran ellos mismos, o la fantástica cecina que traen de Astorga.
Entre los principales, los de caza son los mejores platos de Lakasa. Podemos encontrar en temporada pato azulón, becada, grouse o pichón. También, según temporada, tartar de gamo, un jugoso pato asado con tomatillo verde o una sabrosa royal de liebre.
La carta de vinos tiene mucho interés y múltiples opciones, por botella y por copas. Un abanico de diferentes denominaciones y países, con especial atención a los franceses.
Calle Conde de Peñalver 86. Tel.: 912819192
Cañadío, cuya casa madre está en Santander, se ubica en la calle Conde de Peñalver. La barra es pequeña y algo incómoda, pero la calidad del producto que sirven merecen la pena. Además está alejada de barrios de moda, por lo que no es tan frecuente encontrarla llena a rebosar.
La fantástica tortilla de patata del grupo justifica por sí sola la visita a cualquiera de sus barras. Se puede degustar en sus barras de Cañadío, La Maruca o La Primera. En todas muestran una notable regularidad. Será por eso que tienen un montón de “fieles” que llenan sus restaurantes.
También destacan las rabas, muy bien fritas, y las croquetas de chorizo, un clásico de la casa. Como en todo buen restaurante cántabro, no pueden faltar las anchoas de Santoña. Para terminar nada mejor que la tarta de queso, cuya fama está más que justificada.
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