Casi un 82% de los hogares españoles consideran el pan como uno de sus alimentos preferidos durante las comidas. Durante los últimos años el pan se ha colado entre las tendencias en alimentación y suscita un interés renovado entre importantes segmentos de consumidores que apuestan por productos saludables, sostenibles y de proximidad. Que no contengan grasas o aditivos. Sobre sus propiedades nutricionales podréis saber más a través de la iniciativa Pan Cada Día. Ligado a la dieta mediterránea y a nuestra tradición gastronómica más antigua, hacemos un recorrido por algunos de los panes tradicionales más famosos de España, donde hay registradas más de 300 variedades.
Es la pieza urbana por excelencia, emparentada con la baguette francesa y que en algunas zonas (Madrid) recibe el nombre de pistola. Alargada y estrecha, con varios cortes longitudinales y los extremos redondeados. Puede elaborarse con masas duras, bregadas, tipo candeal (barra de picos) o con masas esponjosas y ligereas (barra de flama).
Hogaza de miga esponjosa y oscura típica de la localidad de Porriño, cuya fama la ha hecho extenderse por buena parte de Galicia. La corteza dura suele espolvorearse con harina, en el interior grandes alveolos propios de una masa bien hidratada que ha fermentado lentamente. Presenta una ligera acidez al paladar. En Bembibre (León) recibe ese nombre un pan ritual del día de San Antón, que se ofrece para proteger a los animales de enfermedades.
Todos estos nombres recibe la pieza de masa prieta más popular en toda la cornisa cantábrica. De tamaño y forma variables, se elabora con harina de maíz, por eso la miga es amarillenta y la corteza oscura y dura. Por extensión, en algunas zonas de Galicia, las hogazas de centeno también se denominan bronas. En su origen era una pan de mijo (millo, maíz) al que se añadían harinas de trigo o centeno.
Es el pan blanco más popular de Castilla. Se elabora con harina de trigo candeal y se presenta en diferentes formas y pesos. Se caracteriza por tener la miga muy prieta (bregada) y blanca. Su sabor es suave, nunca ácido, con las notas de cereal (trigo) muy marcadas.
Pan típico de Málaga, hogaza de masa prieta capaz de aguantar varios días sin deteriorarse. Este mismo pan recibe otros nombres según las diferentes zonas geográficas, en Canarias se conoce como pan de campo, y en Zafra como pan de garrrucha, por poner dos ejemplos. Es el que se utiliza, entre otras cosas, para preparar el salmorejo.
En Madrid es una barrita individual de masa de trigo. Con forma redondeada pero ligeramente oblonga, se caracteriza por un profundo corte longitudinal. Fue muy popular aunque ahora no es tan fácil encontrarla. Es similar al llonguet catalán.
Resume la quinta esencia del pan español. Está presente en la literatura y la pintura, sobre todo en el Siglo de Oro, lo que le otorga cierto valor simbólico. Se trata de una pieza de pan rústico de gran tamaño y forma generalmente redonda. Se puede elaborar con harina de centeno o de trigo o con mezclas. Ahora también se le añaden semillas, algo inusual en la tradición panadera española. El nombre deriva del latín focaccia (también en italiano pan horneado) que significa cocido al fuego.
Indispensables en el desayuno andaluz. Son panecillos individuales, redondos y pesados, que se elaboran con una masa tan hidratada que se vierte con cazo sobre las bandejas de hornear. Se sacan ligeramente crudos del horno para terminar tostándolos enteros justo antes de consumirlos. De esta forma se disfruta de sus dos texturas, corteza crujiente y miga esponjosa.
Hogaza grande que alcanza más de kilo y medio, típica de las zonas rurales de Cataluña, que se cuece en hornos de leña. Masa hidratada y bien leudada. Miga esponjosa, ligeramente oscura y corteza gruesa, crujiente y sin brillo. El redondo de Lérida y Tarragona es una versión urbana.
Pieza típica valenciana, que se elabora con harinas diferentes en múltiples versiones. La original era una pieza aplastada, alargada con un lateral hendido. En la actualidad ha perdido miga y se amasan con forma casi rectangular y las esquinas redondeadas.
Piezas planas, casi siempre redondas, en cuya masa se agrega aceite de oliva. Al hornearlas suflan ligeramente por lo que presentan una superficie irregular. Son tan sabrosas que incitan a seguir comiendo. Se encuentran repartidas por toda la geografía española. Las de Aranda de Duero han alcanzado enorme popularidad.
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