La cultura de barrio vuelve a estar de moda entre los más jóvenes. Resurgen las tabernas “de toda la vida”, auténticas o recreadas, y el aperitivo dominguero. Las cañitas, las latas, las tapas, el marisquito… Madrid: aperitivo y vermut. Recorremos la ciudad apuntando locales que nos gustan en cada barrio.
Calle Jorge Juan, 50. Teléfono: 910 64 45 98. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Más que una taberna, parece por la decoración un restaurante parisino con cocina de mercado y esencia castiza. A su entrada está situada su gran barra central, sus mesas altas y su bodega a la vista con más de 100 referencias entre españolas, francesas y alemanas. La materia prima y de temporada es la esencia de la carta. Y, para el vermuteo, conservas de pescado de todo tipo, salazones, quesos provenientes de Quesería Cultivo o jamón ibérico.
Calle Recoletos, 4. Teléfono: 913 42 82 40. Precio medio del aperitivo: 15 euros.
Santiago Pedraza y Carmen Carro llevan cinco años trabajando el recetario tradicional castizo. En Taberna Pedraza uno de sus platos estrella es la tortilla de patata al estilo Betanzos, un acompañamiento ideal para cualquier vermut a media mañana. Como curiosidad, cada tortilla que emplatan la apuntan y llevan la cuenta, solo hay que acercarse a su contador de la puerta. También ofrecen una estupenda selección de quesos y latas de sardinas con añada de la firma portuguesa La góndola, chacinas de Arturo Sánchez, anchoas San Filippo y unos cuantos productos más de marcas punteras muy bien seleccionados.
Calle de Jorge Juan, 33. Teléfono: 917 81 61 97. Precio medio del aperitivo: 15 euros.
Álbora es una larga barra rodeada de mesas altas donde todo está pensado para compartir, desde las raciones a los surtidos de chacinas (ojo a la coppa, especialidad italiana que Joselito elabora con cerdo ibérico) También aquí producto es el que manda. Hay que probar las croquetas caseras de jamón Joselito, la tortilla de bacalao y puerro confitado, los raviolis ibéricos con salsa de chorizo, la trilogía de jamón Joselito, degustación de tres añadas de jamón ibérico (una lección de la que se extraen siempre interesantes conclusiones), la ensaladilla rusa y si aún queda hueco unas tajaditas de merluza rebozada servidas con salsa tártara.
Calle de Lagasca, 32. Teléfono: 910 83 00 07. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Lo interesante de este local es su pasión por la naturaleza y por el sabor de las verduras. La Huerta de Carabaña trae todos sus productos directamente de la huerta al plato. Todos ellos se pueden probar en su restaurante, en el bistro y en su gastrobar. Éste último ideal para un aperitivo de fin de semana enfocado al producto de temporada: alcachofas, espárragos, ensalada de tomate, pero también croquetas, ensaladilla rusa o tortilla de patata. Todo bastante conseguido.
Narváez, 68. Teléfono: 915 73 10 87. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Clásico entre los clásicos, es una de la pocas marisquerías de Madrid que ha sobrevivido a todo. Su barra está pensada para el aperitivo ictiófago: caña de cerveza y marisco. Quisquillas, percebes, ostras, langostinos, gamba blanca… Pero también una de las mejores ensaladillas rusas de la ciudad. No faltan los vinos ni los vermuts.Una suerte para la ciudad que siga en plena forma.
Menorca, 14. Teléfono: 915 74 26 15. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Una de las barras que han cogido más fuerza en el barrio en los últimos años. Para tomar el aperitivo, tapear o comer. Buen producto a buen precio. Miguel Ángel Jiménez y su equipo no defraudan. Chacinas, latas, pincho de tortilla, callos y las famosas croquetas de patata y trufa.
Avda. Menéndez Pelayo, 13. Tel.: 91 409 56 61. Precio medio del aperitivo: 15 euros.
Las croquetas elaboradas con leche de oveja lanzaron esta barra a la fama hace ya unos cuantos años. Siempre animada y bulliciosa es uno de los favoritos del barrio para tomar el aperitivo frente al parque de El Retiro. Las burbujas no faltan, ya sean de champagne o de cerveza. También vinos por copas y vermut. Laterío del bueno y raciones para compartir. Como te descuides ya no comes. Barato no es… pero no importa.
Calle de Colón, 13. Teléfono: 915 21 49 79. Precio medio del aperitivo: 6 euros.
Es una de las tabernas más castizas y de las que más solera tienen de la capital. Se fundó, como bodega y casa de comidas, en 1892 por un propietario vitivinícola cuya comarca da nombre al local. Su objetivo era comercializar sus vinos en Madrid a través de sus bodegas, las cuales llegaron a sobrepasar la treintena de establecimientos. Tomar el aperitivo en La Ardosa es volver al pasado por unos minutos y descubrir toda la historia que se esconde entre sus cuatro paredes. No hay que dejar de probar la tortilla de patata, una de las mejores de la ciudad, la berenjena rebozada (en tempura aparece en la carta), el bonito escabechado casero, los mejillones en escabeche con patatas chips y el resto del laterío.
Calle de Gravina, 11. Teléfono: 915 31 01 26. Precio medio del aperitivo: 6 euros.
Es una de las tabernas más antiguas de Madrid. Con más de 100 años de antigüedad, este castizo local de la plaza de Chueca es uno de los espacios ideales para disfrutar del vermut de grifo, reconocido como uno de los mejores de la capital. Allí el aperitivo es como los de antes: berenjenas de almagro, conservas de mejillones, escabeche, anchoas o navajas, montaditos y empanadillas.
Plaza de Tirso de Molina, 5. Teléfono: 910 88 85 02. Precio medio del aperitivo: 15 euros.
Acaba de inaugurarse y es un local que recupera el espíritu de las tascas castizas de toda la vida. El 5 de Tirso es el espacio ideal para los que se confiesan apasionados de las tapas. Aquí puedes encontrar la típica Gilda con anchoa de Santoña, torreznos, pincho de tortilla o boquerones fritos. Pequeños bocaditos que para acompañar cualquier vermut, caña o vino en fin de semana son toda una delicia.
Calle Relatores, 20. Teléfono: 910 81 30 31. Precio medio del aperitivo: 15 euros.
En el corazón de Tirso de Molina es una parada ideal para disfrutar de un vermut de camino o de vuelta de El Rastro. Su barra es toda de madera y está llena de barricas de vino. Por eso su punto fuerte son los vinos: más de 50 referencias. Para acompañar, al vermut o al vino, cuentan con una carta de raciones para tomar en barra, además de que con cada consumición te ponen una tapa de ensaladilla rusa, salchichón ibérico o queso, entre muchas otras. En el interior, un comedor con cocina andaluza reinventada.
Calle Gran Vía, 1. Teléfono: 910 52 06 20. Precio medio del aperitivo: 15 euros.
Su tortilla de patata (una de las mejores de Madrid), las croquetas de lacón y huevo cocido, la ensaladilla rusa, las anchoas de Santoña y las rabas son algunos de los platos de su carta que hay que probar si se va a tomar el vermut a La Primera. Su nombre hace referencia a la playa primera del Sardinero y a su privilegiada ubicación, en el primer número de Gran Vía. Un lugar accesible para descubrir cada una de sus tapas y, quizá, salir “comido”.
Calle Amaniel, 25. Teléfono: 915 48 39 35. Precio medio del aperitivo: 6 euros.
Una de las cervezas mejor tiradas de Madrid y fantásticos mejillones en escabeche para acompañarla. Esto sí que es un plan de aperitivo tota. Si no te gustan los mejillones puedes elegir entre berberechos, navajas, almejas y todo el laterío que puedas imaginar. A dos pasos de Centro Cultural de Conde Duque y a uno de la Gran Vía. Una barra mítica que sigue de actualidad.
Calle Botoneras, 5, Plaza Mayor, 1. Teléfono: 913 66 30 28. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Visita obligada en el recorrido del aperitivo madrileño por el casco histórico de la capital. Los Galayos es un restaurante centenario, fundado en 1894. Entre sus platos estrella figuran el cochinillo asado o el cocido madrileño. Pero en la barra se tapea bien y es perfecta para tomar el aperitivo en la Plaza Mayor. Ensaladilla, croquetas, chacinas, calamares… Un clásico en toda regla.
Calle Cava Alta, 17. Teléfono: 913 65 82 37. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
En el corazón de La Latina es un esapacio al que se llega sin problemas. Su bodega cuenta con 400 referencias (algunas muy desconocidas), y para acompañarla tiene una carta con un montón de propuestas para un picoteo informal en su zona de barra y mesas altas. Platos como las croquetas líquidas de suquet de carabinero, los dumplings de trinchat de butifarra o una tapita de queso acompañada de buen pan. Una oferta joven y desenfadada que el público entiende muy bien.
Calle Santiago, 9. Teléfono: 915 42 21 60. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Kenji Morita, natural de Japón, es el chef de este local situado en el Madrid de los Austrias. La estética castiza de Taberneros guarda en su interior una imponente bodega a la vista de los clientes. Seleccionada por Xavier Saludes, los jereces mandan en una colección que recoge auténticas joyas. Su carta, tanto en barra como en mesa, es castiza y viajera. Croquetas de cocido, tigres o callos, y también carrilleras estilo thai o uno de sus platos estrella: Ojos de Dragón.
Calle Tutor, 1. Teléfono: 915 41 98 80 Precio medio del aperitivo: 8 euros
Esta vermutería está localizada en el Hotel Mercure Madrid de Plaza de España, concretamente en su lobby. Es un espacio bien iluminado que se ha centrado en el vermut en toda su esencia. Aquí puedes encontrar más de 75 referencias diferentes de vermuts y acompañarlo de todo tipo de embutido italiano, quesos y jamón serrano.
Calle Ponzano, 12. Teléfono: 914 48 68 80. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Ponzano es una taberna de siempre, un clásico que ya estaba en su calle homónima antes de que se pusiera de moda. Aquí destaca su barra súper grande, con carta propia y diferente a la del restaurante y mesas para sentarse de manera informal. Su cocina está basada en los “platos de toda la vida” y en su barra destacan las croquetas caseras de jamón, los escabeches de ventresca, las tortillas de patata y los huevos rotos con picadillo, setas, morcilla y pimientos asados.
Calle de Ponzano, 51. Teléfono: 911 09 15 99. Precio medio del aperitivo: 10 euros.
Es una casa de comidas, coctelería y vermutería con diversas opciones traídas de diferentes provincias españolas. Su alma vasca llena su barra de pinchos perfectos para la hora del aperitivo. Desde la típica Gilda o la tosta del piquillo con ventresca hasta las croquetas de trufa, el txangurro donostiarra o las mollejas fritas con puré de coliflor y crema de zanahoria.
Crianza en dehesas y curación artesanal son la seña de identidad de este producto inigualable.
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