La campaña del mango empezó a finales de agosto y se prolongará hasta noviembre. También el aguacate se está recogiendo. Las plantaciones de mangos y aguacates de calidad están cercanas a las costas malagueña y granadina. Un ir y venir de camiones marca la temporada. En medio de tanta actividad, Enrique Colilles, director general de Trops, encuentra tiempo para explicarnos cómo funciona esta organización fundada hace 40 años que agrupa a 3.000 agricultores y que garantiza al consumidor la calidad de las frutas subtropicales que comercializa. Un modelo a seguir.
“No es aceptable que en los supermercados haya aguacates o mangos con la pulpa negra. La tecnología permite recolectarlos en el momento óptimo. En Trops utilizamos infrarrojos y ultrasonidos. Llegan hasta el hueso, rebotan y nos dan información precisa de cuál es el estado del fruto. La fruta no se toca, son tecnologías no invasivas. Eso nos permite dar al consumidor lo que busca. Comprar aguacates y mangos no tiene porqué ser una lotería. Nuestro producto está garantizado” explica Enrique Colilles mientras recorremos la planta de envasado de Vélez Málaga. “Los productores a veces aliados de poner en el mercado productos que no valen y engañar al consumidor. Es una mala estrategia: hay que apostar por el sabor y dar garantías”.
Según apuntan fuentes del sector, el freno para llegar con garantías al consumidor es la gran distribución. A la gran distribución no le interesa que el consumidor sepa, lo hemos visto cuando hemos realizado reportajes sobre otros productos: café, carne, tomates… “Si el consumidor sabe que puede exigir mangos y aguacates perfectamente madurados y sabrosos, la gran distribución pierde poder de negociación y eso le obliga a trabajar solo con proveedores que garanticen la calidad del producto. En las grandes superficies cobran la fruta estuviera garantizada cuando no lo está. Por eso el consumidor se queja de que el mango y los aguacates son caros. Si siempre estuvieran en su punto nadie discutiría el precio. El gran freno para el desarrollo de muchas frutas de calidad es la cadena. El consumidor tiene que saber, por eso confiamos en la publicidad en televisión”, afirma Colilles.
Hace años, una empresa holandesa prometió a Trops comprarle varios cientos de toneladas anuales si le garantizaban que todas las piezas eran buenas. “Al principio pensamos que era imposible, pero nos pusimos a trabajar y ahora tenemos el resultado. Explicamos a los agricultores cómo tienen que abonar, hemos cambiado los sistemas de abonado, tanto para los ecológicos como para el resto. Analizamos los árboles en cinco meses antes de que florezcan y en función de determinadas reacciones químicas sabemos si la fruta que va a producir es buena. Si no es buena, no vale. Cuando el agricultor lo hace bien el resultado siempre es óptimo. Si abonan mal tal vez produzcan más kilos, pero la calidad de los frutos no será la que nosotros buscamos. En ese caso no le compramos. Hay que desterrar la cultura de poner lo bueno arriba y lo malo abajo, eso es pan para hoy y hambre para mañana. Tenemos que garantizar el sabor y el buen producto.
“Cuando el mango está en su punto de recolección se marcan las lenticelas y se ensanchan los hombros, nosotros los agrónomos -explica una de las ingenieras de la compañía a pie de plantación- vamos visitando las fincas y diciendo al agricultor cuando tiene que recolectar y cómo. No pueden empezar a recoger hasta que no tienen nuestro visto bueno: más de 7 grados brix. Con menos el fruto se arruga, es un error muy fácil de detectar”.
“No todas las fincas maduran a la vez, las hay más tempranas y más tardías. Tampoco se recoge todo el árbol de una vez, solo los frutos que están en su punto. El agricultor no puede llevar toda la cosecha de una vez, tiene un periodo de entrega que le obliga a recolectar día a día en función de la madurez de los frutos. Somos muy estrictos con las normas. Buscamos calidad y esta es la única forma de conseguirla. El que no está conforme puede trabajar en otras organizaciones”, apostilla Colilles.
Andalucía es la única zona productora dentro del continente europeo que ha desarrollado la fruticultura tropical. Hace dos décadas, la finca La Mayora, dependiente del CSIC, situada en Algarrobo, fue la primera en introducir frutas exóticas como el aguacate y el mango en buena parte de la Axarquía y de la costa occidental granadina. Hoy toda la zona es un vergel de plantaciones subtropicales. En España se consume un kilo de aguacate por persona al año. Madrid, Barcelona y la costa suben la media. Hay zonas del país donde apenas se conocen. En los países nórdicos consumen tres kilos por habitante y año.
Según recoge un estudio realizado por la Junta de Andalucía “Desde el inicio de las primeras plantaciones comerciales hacia el año 1985, el mango ha mantenido unos niveles de precios muy rentables, que han resultado muy atractivos para los agricultores. La expansión comercial del sector ha ido absorbiendo toda la producción de las nuevas plantaciones, manteniendo altos niveles de precios”.
Sin embargo, la perspectiva de crecimiento plantea incertidumbres. “Por eso hay que apostar por la calidad. Siempre habrá un país capaz de vender más barato, pero si ofreces calidad y regularidad tienes mucho ganado. Nuestro mejor cliente es Francia. Allí solo vendemos a mercados mayoristas, tenemos un representante en cada uno. Es complicado logísticamente, pero funciona porque ellos son marquistas: piden Trops, saben que nuestra fruta está madura y no les falla. Todos los chefs japoneses de París compran Trops. Para trabajar con nosotros hay que planificar porque trabajamos casi bajo demanda. Tenemos que saber qué vamos a vender para saber lo que tenemos que producir. Eso implica compromiso por todas las partes” explica Colilles.
“El precio lo marca el mercado, es la ley de la oferta y la demanda -continúa. Tenemos competidores de otros países Israel, Colombia, México, si hay mucha fruta disponible el precio baja. Los supermercados quieren convertir la fruta en un comodity a precio fijo. Pero nosotros no tenemos precio fijo, ni acordamos nada con el agricultor. En términos generales, las mejores calidades subvencionan a las peores, y eso no puede ser. Aquí el que produce más calidad cobra más, para eso tenemos un proceso de selección muy cuidado. El productor produce y nosotros vendemos que es lo difícil. No nos interesa hacer promociones, ni bajar los precios, solo queremos vender productos con el punto de madurez justo”.
Trops es una de las primeras empresas agroalimentarias cooperativas en origen que se une al Pacto por la sostenibilidad de Naciones Unidas. “Tenemos acciones en 16 puntos de los 17 objetivos de desarrollo sostenible. Estamos involucrando a todo el personal. Ahora nos darán la medición de la huella de carbono y queremos llevarla hasta los productores. No queremos decir “soy sostenible” queremos serlo de verdad, ser coherentes. Sabemos que esto es algo que los mercados europeos que apuestan por la calidad van a tener muy en cuenta a la hora de hacer pedidos”, afirma Enrique Colilles que tiene las ideas muy claras.
El mango es originario de India donde se cultiva desde hace más de 4.000 años. Los frutos cuelgan como bolas de Navidad de las Mangifera indica. Solo hay diez variedades botánicas descritas. En el siglo XVI llegó a Europa a bordo de barcos portugueses. Los principales productores mundiales de esta fruta tropical de excelente sabor y probadas propiedades son India, Pakistán, Indonesia, Filipinas, México, Brasil y España. Los frutos son rojos y amarillos durante su maduración; el interior amarillo anaranjado. De sabor dulce con alguna nota ácida, según las variedades. La textura suave y jugosa que se puede volver fibrosa en alguna variedad o si el cultivo no ha sido el adecuado. Por lo general los mangos tiene un peso medio de 470 gramos. Son ricos en vitaminas A y C y contienen gran cantidad de flavonoides. Las variedades que mejor se han adaptado al clima y suelo españoles son:
Es el mango más producido en España, para muchos se trata de la variedad más rica en sabor y aroma. Está maduro entre septiembre y noviembre. Su piel es de color rojo púrpura y el interior amarillo anaranjado. Su sabor es muy dulce, con toques ácidos. Puede presentar fibra si no está bien tratado. Su peso aproximado es de 500 gr. Es una variedad muy productiva: cada árbol puede superar los 100 kilos de producción.
Es la variedad más delicada y apreciada por los amantes del mango. Su pulpa es excelente, muy dulce, aromática, suave y exenta de fibras. Su piel es de color rojo-amarillo y el peso ronda los 300-400 gr. Se cosecha desde finales de agosto hasta octubre. Es una variedad poco productiva, los árboles dan unos 30 kilos.
Su sabor tiene una acidez marcada y menos azúcar y aroma que otras variedades. En España su piel es de color rosado intenso (en otros países es verde), con tonalidades verdes y su peso ronda los 500-600 gr. Su época de maduración va de finales de octubre a diciembre.
Variedad de media temporada, desde mediados de septiembre hasta mediados de noviembre. Intensamente dulce, de pulpa jugosa y con muy poca fibra. Es más redondo que sus congéneres. Su peso medio ronda los 500 gr. De color rojo y amarillo en su maduración.
Es la variedad más común en los mercados, aunque no es la que más se produce en España. De tamaño grande (600 gr.) y de forma oblonga, oval, su piel es roja y de alta resistencia a daños mecánicos, muy importante para su transporte. Posee un alto contenido en ácidos orgánicos, y tiene un periodo más largo de conservación, pero no tiene las mejores características en cuanto a sabor y aroma, la pulpa es fibrosa y presenta poco sabor.
El color del mango no es el mejor indicador de su madurez, algunas variantes muy buenas permanecen siempre verdes. Para elegir un mango maduro, escoja uno que esté ligeramente blando al apretarlo y que desprenda un fuerte aroma. El proceso de maduración se acelera dejando el mango junto a otras frutas diferentes a temperatura ambiente.
Para servirlo, hay que cortar el mango en tres trozos. El mango tiene una semilla plana en el centro, por lo que hay que hacer dos cortes a lo largo y paralelo de las caras más planas del mango, intentando que queden a cada lado de la semilla.
Después, realice una serie de pequeños cortes a lo largo y ancho de la pulpa, como si fuese un damero, con cuidado de no cortar la piel. Sujete esa mitad del mango por la parte inferior y apriete con los dedos hasta que la piel se vuelva cóncava en lugar de convexa, de forma que los dados de pulpa se abran hacia el exterior. Así podrá comerlo fácilmente con una cuchara.
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