El jurado del que formaban parte Albert Adrià, Ricardo Vélez (Moulin Chocolat), Abraham Balaguer y José Carlos Capel lo eligió por sus cualidades. Para definir el ganador el jurado tuvo en cuenta, color, sabor, albeolado, hojaldrado, formato y acabado. Los cruasanes teneían que tener un peso comprendido entre 45 y 65 gramos, no se admitían cruasanes rellenos ni decorados.
El pastelero que elaboró las piezas ganadoras fue Jordi Morelló que trabaja en esta conocida Pastelería barcelonesa. El propio japonés Takashi Ochiai que tiene dos líneas golosas perfectamente definidas (japonesa y occidental) confesó que el galardón ha sido fruto de su perseverancia. Lleva mejorando las piezas más de 4 años y presentandose al concurso de forma anónima.
Este galardón supondrá para la pastelería un incremento desmesurado de las ventas, según confesaba el ganador del año anterior Abraham Balaguer, hermano del famoso Oriol Balaguer que tiene su propia pastelería en Girona.
En estos establecimientos se comen piezas antológicas, en parrilla o en sartén.
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