Estas son algunas de las mejores terrazas de Barcelona y alrededores, en las que disfrutar de un ambiente agradable y un buen plato, combinación de éxito, que, aunque pueda parecer obvia, no siempre es tan sencilla de encontrar. Volver a la rutina no tiene por qué ser un dolor de cabeza si sacamos más momentos para disfrutar de los amigos y seguir aprovechando el buen tiempo se alarga.
Aunque hayan llegado las primeras tormentas, nos resistimos a dejar atrás el buen tiempo y el terraceo. No saquemos las chaquetas del armario tan rápidamente, que, si tenemos un poco de paciencia, y dejamos pasar alguna de las borrascas típicas de la época, aún podemos disfrutar de una buena comida al aire libre, sin las extremas temperaturas que nos han azotado este verano.
Córcega 286. Barcelona. Tel.: 932 37 75 88. Precio medio: 60 euros. Cierra: domingo
Empezamos con un clásico. El Windsor es uno de esos restaurantes que no te cansas de recomendar y que, además de disponer de una excepcional cocina tradicional catalana con una mirada actualizada, dispone de un pequeño oasis rodeado de plantas en pleno ensanche de Barcelona.
Su cocina supone un éxito seguro para cualquier ocasión y la terraza te permite escapar del bullicio barcelonés y lograr que el tiempo se detenga. La carta está en constante evolución al estar muy ligada al producto y la temporada. Interesantes sus opciones de menú: el de Tradiciones, con oferta de platos del Corpus de la cocina catalana enriquecido con platos de
otras culturas; y los menús de temporada que van cambiando (el de escudella, de guisante de lágrima, de setas) que permiten cada temporada disfrutar de nuevos platos con propuestas de edición limitada.
La carta la cambian con las estaciones, y ahora, para estos meses otoño, proponen platazos como su carpaccio de alcachofas, con queso Reixagó y aceite de trufa con piñones, su canelón “de la yaya” de carne de cerdo y ternera con bechamel trufada y un lomo de ciervo al punto con arroz cremoso de calabaza que sin duda te dejarán con ganas de más. Su terraza está además climatizada todo el año y un moderno sistema de toldos te permite disfrutar de ella incluso con mal tiempo.
Hotel Kimpton Vividora, Carrer del Duc, 15. Tel.: 936 42 54 00. Precio medio: 40 euros. No cierra nunca.
La terraza de Vivi es lo más parecido a formar parte del grupo de Carry Bradshaw (Sarah Jessica Parker) en una de las escenas de la mítica serie televisiva de Sex and the City (Sexo en Nueva York), pero en versión gastro.
Se han especializado en “brunches” de mediodía con su versión más chic de barra libre de mimosa y bloody mary (que ellos llaman “free flow”, que es algo así como “flujo libre” de estos glamurosos cócteles durante 1 hora y media) con vistas 360 de la ciudad de Barcelona desde el centro de barrio gótico. Una maravilla.
No obstante, la casa de Vivi es mucho más que una terraza muy de foto, que lo es. El chef de la casa, Jordi Delfa ofrece en el restaurante Fauna, unos pisos más abajo, unas opciones de carta de alto nivel, que van desde un delicioso plato de Judía de Santa Pau con tortita crujiente de pies de cerdo, butifarra de Perol y cigalitas hasta un canelón de carne rustida y foie, salsa Soubise y queso Comté.
Cala, Port Ginesta. Castelldefels. Tel.: 619 50 05 69. Precio medio: 40 euros. No cierra nunca.
Visitar el restaurante Punta Roca en Cala Ginesta es como alargar el verano. Punta Roca es mucho más que un simple chiringuito, es un restaurante a pie de playa que te permite salir de la ciudad y pegarte un festival gastronómico en un ambiente playero, distendido, casual…vamos, que es como irse de vacaciones sin irse del todo, sin cogerse días y a tiro de piedra de Barcelona.
Hasta finales de octubre puedes visitar este restaurante que te sorprenderá por su oferta con base en producto de calidad y brasa en directo. Elegid las sardinas brasa, la berenjena con stracciatella y salsa hoisin (¡deliciosa!), unas tallarinas salteadas, y un tomahawk para recordar y compartir. El restaurante tiene además servicio de hamacas, masajes, y DJ por a partir de media tarde que te permite alargar la sensación estival. De los mismos dueños, también con espléndidas terrazas y vistas al mar, puedes también probar el Solraig y el Tiburón de Castelldefels. Será por opciones.
C/ del Comte Borrell, 133. Barcelona. Tel.: 930 32 67 20.P recio medio: 25-30 euros. No cierra nunca.
Nunca un bar eligió mejor el nombre. Alegría, según la RAE es ese “sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores” y que, añado yo, si se acompaña de la tortilla trufada marca de la casa o una ensaladilla con pan feo (plato de temporada), ya, ni te cuento.
En esta casa de comidas de 1899, que desde 2019 se ha renovado y revolucionado bajo la batuta del restaurador Tomás Abellan, la terraza es uno de esos rincones por los que parece que no ha pasado el tiempo, con clientela de siempre, de barrio, y conversaciones trascendentales vespertinas para cambiar el mundo. Sin pretensiones más allá de mantener viva el alma de un bar de barrio de toda la vida, de esos en los que siempre se ha comido, se come y se comerá de maravilla.
El joven Abellan tiene además otra terraza que merece la pena visitar y que podría hacerte sentir en un escenario de película, se trata de la de Casa Luz, en Plaza Universidad. Misma excelencia en cocina, algunos clásicos del Alegría que replican y una oferta adicional de platos más sofisticados, pero con base de producto y calidad. Otro “must” de Barcelona.
Pg. de la Bonanova, 105-107. Barcelona. Tel.: 938 58 84 17. Precio medio: 40-50 euros. Cierra: lunes y domingo.
El “gastrobar” Lorenzo, es lo que te esperas con ese nombre de bar de siempre, pero con una terraza preciosa localizada en plena zona alta de Barcelona y un nivel gastronómico muy por encima de lo que entendemos como bares al uso. Platos tradicionales como sus croquetas de jamón o su tortilla “vaga” de gamba roja, ajos tiernos y yema ahumada se entremezclan con sugerencias de temporada como sus guisantes lágrima o setas (solo cuando se pueden encontrar frescos en el mercado).
Es un restaurante pequeño, chic y de proximidad, con un servicio informal pero atento y profesional. El interiorismo está cuidado hasta al más pequeño detalle y con la voluntad de recordar a los míticos locales barceloneses de los años 70. Un lugar en el que encontrarse con amistades o reencontrarse con uno mismo, que salir a comer y cenar solo está en desuso, pero puede ser un placer no poco cargado de “mindfulness”. Qué vivan los momentos presentes que van acompañados de un buen plato.
Hotel Gallery. C/ del Rosselló, 249. Barcelona. Tel.: 934 15 88 94. Precio medio: 50 euros. No cierra nunca.
El nombre nos puede decir mucho de este restaurante donde el cocinero Pablo Tomás ha consolidado varios platos como “de la casa” y que bien merecen una visita. Situado en el hotel Gallery, pero con entrada independiente, Sintonía no es para nada el restaurante de un hotel, sino un espacio gastronómico donde la mesa y el producto son los grandes protagonistas.
Su terraza, que prácticamente se cuela dentro de los jardines del Palau Robert del Paseo de Gràcia, es un lugar encantador donde relajarse y poder degustar, por ejemplo, uno de los mejores steak tartar de vaca madurada de Barcelona – elaborado en su platillo especial que representa una cabeza de toro – que se ha fotografiado hasta la saciedad y que ha llegado a convertirse en sello del establecimiento. Puedes acompañarlo del canelón de relleno tradicional con salsa de ‘foie’, y el cruasán ahumado con haba tonka, que son algunos de sus imprescindibles.
C. d’Enric Granados, 147. Barcelona. Tel.: 932 00 22 14. Precio medio: 35 euros. No cierra nunca.
En Punta de autodefinen como “maestros de la harina… pero de la buena”. Y no nos extraña, este básico ingrediente es sin duda esencial para que algunos de los emblemas de la cocina italiana que allí sirven, como sus pizzas y pastas, sean sublimes diferenciándose de los del montón. Desde Napoli y en el corazón de Barcelona, elaboran pizzas con masas de más de 48 horas de fermentación, pero también otras delicias italianas y mediterráneas tales su calamar a la plancha con crema de guisantes y puerros o su Tonno scottato, un atún rojo sobre Parmentier de apio nabo y chips de yuka. Y todo eso te lo puedes tomar, bien regado de vinos y cócteles italianos, en una agradable terraza en la milla de oro del terraceo de Barcelona, la calle Enrique Granados.
Carrer de Minerva, 2. Barcelona. Tel.: 937 87 99 69. Precio medio: 45 euros. No cierra nunca.
Esta terraza escondida, ubicada sin embargo a escasos metros del cruce de la Diagonal con Rambla Cataluña, puedes tener una sensación de oasis y de jardín que trepa por las paredes sin salir del centro. La oferta allí es de platos saludables y bonitos, y por supuesto – aunque a veces no sea obvio – repletos de sabor. Sus promotoras, la escocesa Tamsin Wright y la colombiana Paula Ospina, querían crear el restaurante al que ellas mismas irían y que no encontraban en la oferta Barcelonesa. La historia, y la oferta, me recuerdan mucho a la de los promotores de la cadena Honest Greens, solo que en este caso se trata un local único, no solo porque no es una cadena de restauración sino porque la puesta en escena de esta terraza es difícil de superar. Si vas, no te pierdas su labneh, su rigatone y su curry verde Thai.
C/ Palau de la Música, 6. Altos. Barcelona. Tel: 933 10 56 23. Precio medio: 40 euros. Cierra: lunes
Aunque el nombre puede engañar Pizzicato no es una pizzería, ni siquiera se trata de un restaurante italiano. Este restaurante, ubicado en el Palau de la Música Catalana, con una espléndida terraza en el centro de esta joya modernista, ofrece una cocina Mediterránea y de brasa, en la que el pescado de temporada juega un papel central que les caracteriza, pero que no les limita, ya que su carta está en constante evolución. En los fogones el griego Stefanos Balis y la argentina Luciana Russo, se encargan de que el local sea mucho más que un sitio donde tomar algo antes, en el entreacto o después de la función. Dejarse aconsejar u optar por su menú de mercado (entre semana) y el degustación (fines de semana) siempre es una buena opción.
Passeig Marítim, 57. Cunit. Tarragona. Tel.: 977 16 02 91. Precio medio: 40 euros. No cierra nunca.
Y para finalizar, volvemos a escaparnos de Barcelona, pero con motivos más que justificados. Se puede ir a comer arroz a muchos sitios. Pero arroces con alma, con estilo propio, como los de L’Arrosseria de Cunit de Andreu Ruiz y Carme García no se encuentran en la Barceloneta. Ambos llevan años haciendo de este restaurante un lugar gastronómico de referencia en la costa de Tarragona – a menos de 1 hora de Barcelona-, tanto es así que un buen grupo de los mejores cocineros de Barcelona, se escapan a probar algunas de sus propuestas clásicas, como su arroz Parellada de gambeta blanca de Vilanova a l’all cremat; y otras más atrevidas y con firma propia del local, como su arroz de sobrasada.
Si vas, pide la carta de sugerencias, en la que hay entrantes de nivel como su carpaccio de gamba de Vilanova o la burrata sobre vinagreta de dos tomates frescos y un toque de albahaca. Abren todo el año y los días de solazo puedes reservar en su terraza, que ellos han denominado La Peixera (La pecera), porque está rodeada de cristal y a pie de paseo marítimo y arena. ¡Un planazo!.
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