Más reciente es la evolución de Miami Norte, en especial la explosión del barrio de Wynwood y el novísimo Miami Design District. Así lo apuntábamos en el artículo que publicamos en Gastroactitud sobre Miami Beach.
Hace no tantos años Wynwood era un barrio despoblado y peligroso. En la actualidad es el epicentro de la movida de Miami, donde se mezclan diversas tribus urbanas que quieren disfrutar de buena gastronomía y ocio nocturno. Se trata de un barrio abierto y multicultural, sin importar la procedencia. Listamos aquí unas cuantas buenas opciones en el barrio, siempre empezando por los más asequibles y terminando con las más lujosas.
Se trata de un minúsculo bar que esconde dos grandes secretos. El primero, un animado patio trasero que comparte con el Wood Tavern, en el que hay colas enormes para entrar. Aquí, sin embargo, se accede sin esperar. El segundo, que sirven una buena hamburguesa por 8 dólares en un pequeño mostrador. Ideal para reponer fuerzas entre trago y trago mientras se ve algo de deporte en las televisiones de la barra.
Uno de los lugares más populares entre la juventud que frecuenta la zona. En este barato local de “fast food” mejicana encontramos tacos y burritos. Se preparan al gusto del comensal con ingredientes de buena calidad. Mesas compartidas en el interior y una agradable y solicitada terraza en la arteria principal de Wynwood. Abre hasta muy tarde los fines de semana, como el resto de locales del barrio, adaptándose al ritmo de su vida nocturna.
Estupenda cervecería artesanal que permite probar muchas de sus excelentes producciones en degustaciones de 4 ó 7 mini vasos. En la terraza exterior siempre hay un food truck, que va cambiando cada mes. Se puede encontrar, por ejemplo, el de los chicos de Baja Bao House. Allí preparan los ya típicos panecillos al vapor orientales rellenos de camarones al pastor o el “korean bbq steak”. Además algunos burritos y guacamole hecho al momento.
Buen restaurante de comida coreana, muy informal. Mesas de madera en las que se sirven bowls de arroz con diferentes combinaciones al gusto del cliente. Cuidado con los que llevan kimchi porque el grado de picante no será agradable para todos los gustos. También sirven los inevitables baos, entre los que destaca el clásico de “pork belly” (panceta) cocinada a baja temperatura. De entrante lo mejor son las alitas de pollo fritas al estilo Kentucky con salsa picante. Muy barato.
Se trata de un pequeño “food court” de cocina oriental con varios puestos de comida y una barra de bebidas. En el de sushi hacen unos nigiris estupendos. Además destacan los baos y el pato pekinés del puesto de comida china. No están mal los ramen del puesto japonés ni los bocadillos del vietnamita. Y merecen la pena los dim sum variados. Para los amantes de la comida sana no falta un puesto especializado en poke, con unos saludables bowls de arroz y sus diferentes acompañamientos. Salvo el pato y los nigiris los precios son muy asequibles.
Se trata de una tienda de vinos que esconde una enorme y agradable terraza interior. Allí se pueden consumir todos los vinos sin cargo extra. En el mostrador de la entrada se pueden seleccionar embutidos y quesos para diseñar unas tablas que preparan en su pequeña cocina. También tienen una parrilla donde hacen entrecots, pollo o salmón a la plancha. El interés gastronómico del lugar es pequeño pero el ambiente es estupendo. Y la posibilidad de consumir vinos a precios razonables bien vale que esté en esta lista. Por las noches música en directo en la parte interior del local.
En el norte del barrio de Wynwood, ya pegado al Design District, encontramos este estupendo restaurante chino. Destaca por la calidad y variedad de dim sum hechos a mano. También salen de su cocina vista su demandado pollo “Kung Pao”, con cacahuetes y jalapeños, y unas estupendas chuletitas de cordero con comino y alioli de cilantro. Interminables colas los fines de semana para conseguir una de sus mesas. Servicio informal y precios muy comedidos.
Uno de los últimos restaurantes en llegar y ya se ha convertido en uno de los que está más de moda en el barrio. Los motivos son dos. Uno, el estupendo ambiente que se respira con música agradable y mucha de la denominada “gente guapa”. Y dos, la calidad de sus estupendas hamburguesas gourmet. Decoración moderna y cocina vista de la que salen algunos entrantes que sorprenden, como los huevos rellenos con un toque de trufa fresca. Buenos cocktails.
La música en directo, de miércoles a sábado, es uno de los grandes reclamos de este oscuro local. Ambiente del denominado “canalla”, con muchos noctámbulos y parejas que quieren cenar en la intimidad. La comida no desentona, con algunas especialidades clásicas americanas. Los macarrones con quesos, langosta y trufa son un ejemplo de los estrambóticos gustos estadounidenses. Mejor elegir las albóndigas con salsa picante o al sencillo pero sabroso pollo asado.
Este tranquilo restaurante se encuentra algo alejado de la zona de más concentración nocturna de Wynwood. Cocina de buena calidad entre los que destacan los pescados frescos, la crema de calabaza, las mini hamburguesas y el confit de pato con gofre y huevo frito. Además tiene una amplia selección de bebidas entre las que sobresalen una larga lista de rones de todas partes del mundo. Ideal para alargar la velada después de una buena torrija… nos referimos a la que viene con dulce de leche.
Restaurante muy bonito y con buen ambiente que, sin embargo, no destaca solo por eso. La cocina está a la altura y tiene algunos platos estupendos como la sencilla coliflor rostizada, al dente, con queso y crema de pimientos. Los arroces caldosos son sabrosos y contundentes, pero nos quedamos con el de cangrejo real (king crab). La costilla de wagyu, sabrosa y tierna, es uno de esos platos que no se olvidan fácilmente. Pide a gritos acompañarla con un buen vino tinto, pero ya sabemos que fuera de España los buenos caldos son un artículo de lujo. En la carta están a partir de 72 dólares los californianos, para los que se pueden permitir probar alguno.
Probablemente el mejor restaurante de Wynwood. Tiene la opción de menú degustación, pero también se pueden pedir a la carta. Las mesas son cómodas, el servicio formal y el ambiente relajado. Es un acierto sentarse en la barra y ver cómo funciona la cocina vista. Excelente tratamiento de los pescados, algo poco habitual en la ciudad. El pichón glaseado sobre un “dirty rice” con foie es uno de sus platos estrella. Se prepara a la brasa y queda en su punto, jugoso y rosado por dentro. Los precios son más que adecuados para la calidad que ofrecen.
Nos gustaba más antes, cuando tenían una carta con varias opciones. Ahora solo existe su apuesta por el menú degustación, que por otra parte es excelente. Cocina vista en un local pequeño y algo ruidoso. EL plato de “udon “ con conejo es excelente. Otro de sus platos estrella es el Soft Egg, que es un huevo cocinado a baja temperatura con espuma de vieiras, caviar y trufa. Para los que quieran probarlo fuera del menú degustación está la opción del aledaño Bar Alter. Allí sirven buenos cocktails y cuatro o cinco opciones de comida a precios más asequibles.
Está situado en el North River, uno de los enclaves más bonitos de la ciudad de Miami, y tiene terraza al lado del agua. Allí se puede disfrutar de un ambiente elegante y ver como algunos comensales llegan al restaurante en su yate. Buenos mariscos y pescados con recetas elaboradas, todo a unos precios disparatados. Igual le pasa a la carta de vinos, algo habitual en la ciudad. Además, el servicio no está a la altura. Aún con todo esto es ideal para una velada romántica.
Muy cerca del Seaspice pero con un servicio más informal, una decoración más clásica y una cocina menos elaborada. Lo cual, sinceramente, se agradece. La terraza es igual de bonita. Disponen de una pescadería donde se pueden elegir piezas frescas de diferentes tamaños. Los cocineros, si así se les pide, las harán simplemente a la plancha o al horno, respetando el producto. Precios algo más comedidos que en su vecino.
En plena zona de tiendas y restaurantes de lujo encontramos este pequeño oasis de comidas baratas e informales pero con una calidad más que aceptable. De los diferentes mostradores destacan los ramen de Yuzu y las pastas hechas a mano de Dal Plin. Otra buena opción son las los tacos y los ceviches de Hot Lime, además de un guacamole que se hace enfrente del cliente. Y para acabar nada mejor que un buen trozo de tarta de Chef Chloe.
El popular chef Michael Schwartz tiene varios restaurantes en la ciudad. A este le da nombre y sirve cocina típica norteamericana. Destacan el “Florida Stone Crab”, a precios disuasorios, y las costillas a baja temperatura. También está bueno el pargo, aunque una vez más el precio es disparatado. Es mejor optar por compartir entre dos un muy buen pollo asado, jugoso y con buen sabor. Ambiente informal en mesas de madera, algo oscuro en el interior pero con una agradable terraza en la zona de tiendas.
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