Texto escrito por Tomás Galdo (@tgaldo)
Nunca se sabe dónde crecen las grandes ideas. Probablemente en las cabezas de las personas brillantes. Difícil adivinar los ingredientes que hacen falta para que una semilla de un proyecto germine y más difícil aún para que llegue a buen puerto. Nadie conoce la fórmula del éxito.
Apple nació en un garaje. Steve Jobs trabajaba en el bajo de la casa de sus padres para desarrollar una de las marcas más valoradas del mundo. En esa época, años 80, resultaban comunes este tipo de coworkings en garajes, bajos de edificios, trasteros o cualquier otro espacio donde reunirse y que el fruto de las buenas ideas y la pasión de los que las llevaban acabo tuviesen su lugar de expresión.
En el siglo XXI las cosas han cambiado de forma espectacular con aceleradores de empresas, programas específicos para emprendedores y todo tipo de fórmulas para potenciar el desarrollo de nuevos proyectos.
Sin embargo, las buenas ideas germinan en cualquier entorno o caldo de cultivo. Hasta en una pulpeira de Lugo.
Uno bodeguero, el otro gran conocedor del mundo del vino y Nariz de Oro. Simplemente querían tomar una ginebra después de comer y que les recordase de dónde son. Galicia es tierra de destilados, quién sabe si por el duro invierno en el interior de la comunidad o por su gran producción vinícola, pero no existía una ginebra gallega, hasta el momento. Así que sumaron al carro a Pepe Albela, maestro destilador, y se pusieron manos a la obra. Tres ingredientes que bien mezclados podían crear una fórmula de éxito.
Buscaban ratos libres para desarrollarlo, a escondidas, porque nadie a su alrededor consideraba que aquel proyecto tuviese futuro. Ellos sí.
El envase se antojaba fundamental así que se inspiraron en la clásica cerámica gallega de Sargadelos para diseñar la botella. El resultado destaca en los lineales de los supermercados y en cualquier barra de bar. Azul y rojo sobre blanco dejando atrás la obsesión por ver el contenido de la botella.
El tipo de ginebra lo tenían claro en sus cabezas. Querían huir del Dry Gin que poblaba los expositores de los pubs y discotecas y crear un nuevo concepto, el Atlantic Gin, una ginebra vínica, de Albariño, con aromas de hierbas gallegas pensada para los no consumidores de esta bebida. “Una ginebra fácil de beber y que guste a los que no les gusta la ginebra” repetían como un mantra.
La moda de las ginebras parecía perder fuerza, el mercado estaba ya inundado con este tipo de bebidas con innumerables muestras de colores, sabores y campañas de marketing muy potentes que saturaban al consumidor.
Todos los emprendedores guardan un cementerio de proyectos fracasados en su memoria y en su cartera, lo difícil en estas situaciones es vencer esos miedos para continuar adelante con las ideas que creemos acertadas.
Nordés nació casi como un pasatiempo. Sin que sus creadores centrasen sus vidas profesionales en ello. Como una segunda ocupación a la que dedicarle los ratos libres y sin contárselo a nadie, casi como un secreto. Un secreto que en poco tiempo pasó a estar en boca de todos porque la ginebra triunfó.
En análisis posteriores vieron que los consumidores tenían cosas que contar de la ginebra. Les resultaba cercana y todo el mundo conocía algo de su historia. Crearon un universo alrededor del producto para que cualquiera pudiese hacerlo suyo. En un mercado saturado de marcas el hecho diferencial residía en conocer detalles que hacían más cercana la experiencia de probar la bebida.
El producto creció tanto que ya no eran capaces de competir con los demás grandes nombres así que escucharon ofertas y aceptaron la de una empresa que pudiese garantizar la continuidad con éxito de la marca, el Grupo Osborne.
Pero estos druidas modernos han seguido creando.
Después de la ginebra fue un vodka de patata, un vermú de vino y ahora se han inventado una bebida espirituosa picante, Dr. Zas. Hecha con pimientos de padrón picantes que cultivan ellos mismos en un terreno al lado de la destilería. La creencia popular dice que si riegas los pimientos por las tardes saldrán picantes y si los riegas por las mañanas no picarán. Siguiendo esa tradición encienden el riego antes de que caiga el sol para lograr ese picor deseado. Recientemente una señora vecina del pueblo se acercó hasta la destilería para avisarles de que si seguían regando así ¡¡¡los pimientos iban a picar todos!!! Clara diferencia de objetivos.
Su último invento, Burla Negra, es un ron del Caribe mezclado con agua del Atlántico recogida en las inmediaciones de las Islas Cíes en la Ría de Vigo y macerado en barricas que fueron utilizadas previamente para la producción de vino Albariño. Cuenta la leyenda que las Cíes servían de abrigo a los barcos pirata que navegaban por esas aguas y que en días de tormenta la ría se convertía en un hervidero de buques con bandera negra y calavera blanca. Quizá estos tres alquimistas gallegos han recogido sin saberlo una tradición presente en sus genes.
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