Mucho se ha especulado sobre el potencial de envejecimiento de los buenos albariños. Hace algunos años la idea más extendida era la que aseguraba se trata de unos vinos que resultan fragantes y seductores durante su primer año en botella, pero que luego sus virtudes declinaban inevitablemente.
Tal es así que, cuando llegaba al mercado la añada nueva, muchos restauradores devolvían a la bodega los de la cosecha anterior.
Por suerte, algunas de las mejores bodegas de las Rias Baixas se han empecinado en demostrar lo contrario: que los blancos de albariño, si se elaboran con buen criterio, limitando los rendimientos del viñedo y vinificando los mostos con rigor, pueden ser vinos insospechadamente longevos.
Una de ellas es Pazo de Señorans, que en el año 1995 sacó de la chistera uno de los mejores blancos españoles, el Selección de Añada. Elaborado con uvas de la variedad albariño procedentes de un solo pago, es un blanco de crianza, pero sin madera: reposa hasta 36 meses en depósitos de acero inoxidable y luego madura en botella.
En todo caso, nada mejor que una cata vertical de los vinos del Pazo de Señorans –como la que tuvo lugar en la marisquería Casa Rafa de Madrid el pasado 10 de septiembre– para comprobar que la longevidad de los blancos de albariño es cosa seria.
Antes de que llegaran a la mesa el bogavante, las almejas, la lubina y demás manjares del mar, Marisol Bueno, propietaria del Pazo de Señorans, descorchó hasta nueve añadas de su vino: cinco de ellas correspondían al blanco genérico de la casa: 2012, 2011, 2010, 2009 y ¡2003! Este último, embotellado en magnum, sorprendió con una expresión que puede recordar a la de un buen riesling, con recuerdos de fruta blanca muy madura, textura glicérica y notas de gas o queroseno (lo que los resabidos del léxico vinícola definen como aromas empineumáticos)
El resto de las botellas correspondieron a la Selección de Añada: 2006 (la que está actualmente en el mercado), 2005, 2002 y 2001. Las dos últimas, también de formato magnum, revelaron un blanco grandísimo, con una amplia paleta de aromas y un paso por boca profundo y majestuoso.
De modo que ya sabe, amigo: si conserva una vieja botella de Pazo de Señorans –u otro albariño de altura– descórchela para sorprender a los amigos, o consérvela incluso unos años más, para sorprenderse a si mismo.
Pazo de Señorans.Vilanoviña. Meis (Pontevedra). Tel.: +34 986 71 53 73. www.pazodesenorans.com
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