Porque no toda la vida gastronómica está en la capital, recorremos municipios de la comunidad buscando restaurantes de la periferia de Madrid para comer bien sin salirse del presupuesto. Unos son más clásicos, otros más modernos, los hay vistosos y hasta alguno chocante. El denominador común de todos ellos es una cocina que no defrauda.
Torrejón de la calzada
Carretera De Madrid a Toledo, A42, KM 24. Tel.: 646 65 77 64. Precio: desde 30 euros. Cierra domingos.
Un desguace de coches no es un lugar habitual para hacer una buena comida, pero La Torre es una excepción. En la parte superior de la cafetería del desguace más grande del mundo (800.000 metros cuadrados de chatarra clasificada) ofrecen un menú del día por 20 euros (30 euros los fines de semana, bebida aparte), para el que no se admiten reservas, y un menú de temporada que tiene las hechuras de un degustación. El responsable es el cocinero Alex Rey, de paladar fino y técnica depurada se formó con Jesús del Cerro, Andoni L. Aduriz y Pepe Rodríguez Rey. Para probar: arroz de liebre, judiones, lentejas con curry… Los miércoles preparan cocido. Un espacio austero, pero con mantelería en las mesas y copas dignas para beber vinos que no están nada mal. El servicio correctísimo y amable.
Majadahonda
Av. España, 70. Tel.: 916 68 39 21. Cierra: lunes. Precio: desde 40 euros.
Restaurante siempre concurrido, que dispone de una zona de barra con mesas altas, más enfocada al tapeo. Local bullicioso donde se dan cita grupos de amigos y familias, por lo que predominan las mesas grandes, sobre todo los fines de semana. Merece la pena probar su menú del día. De la carta casi todo está rico: las croquetas, la ensaladilla rusa, el brioche con albóndigas, los callos, los torreznos… Recetas de corte casero, en raciones abundantes, que se resuelven con acierto. Ahora que es temporada, tomate «del bueno» -así lo llaman en la carta- con escabeche. Las carnes son de La finca y ofrecen diferentes maduraciones. De postre tarta ¡la leche!, que así se llama: bizcocho empapado en crema de leche condensada, leche evaporada y nata. En el Plantío tienen otro restaurante que se llama Toque, además de una taberna en Majadahonda.
Pozuelo de Alarcón
Calle Oslo,1. Tel.: 912 54 20 96. Cierra domingo y lunes. Precio: desde 40 euros.
Comer en este pedacito de Perú en Madrid siempre es un placer. La comida del joven Jonathan Ordoñez es sabrosa y ligera y la atención del equipo de sala excelente. Por eso desde que se inauguró no ha dejado de ganar adeptos. Se puede comer a la carta, elegir el menú degustación (70€) y entre semana, al medio día optar por menú express (35€). Los cebiches y tiraditos no fallan, pero otros platos como el chaufa chili crab merecen una oportunidad y el ají de gallina es indispensable. Buena coctelería.
Boadilla del Monte
P.º de Madrid, 3. Tel.: 606 33 81 20. Cierra: lunes. Precio: desde 40 euros.
Los jardines que rodean el restaurante son preciosos y comer allí resulta muy agradable, pero no solo el entorno merece la pena también la comida. Una carta de temporada con productos bien elegidos y elaborados con acierto. Unas de las mejores croquetas de Madrid. El mismo mimo con que tratan la bechamel, se aplica al resto de la carta en la que hay un poco de todo, para que nadie se vaya sin comer. Estupendos buñuelos de bacalao, rica ensaladilla de merluza, gamba blanca, atún rojo, sapito y buenas carnes a la brasa. De martes a viernes ofrece un interesante menú por 28 euros. También tienen una zona de eventos, perfecta para cumpleaños, comuniones, etc.
Alcobendas
Estafeta, 2. La Moraleja. Tel.: 916 25 05 05. No cierra. Precio: desde 20 euros.
Acaba de cumplir 20 años y sigue como el primer día. El veterano Miguel Arias (Las Cuatro Estaciones, Flanigan) convirtió este local en el punto de encuentro de los residentes de La Moraleja, pero también de cuantos quisieran acercarse a sentarse en una de sus mesas. Abierto desde el desayuno a la cena, ofrece una carta informal con la que cada cual puede componerse el menú a su gusto. Las pastas y las pizzas componen el grueso de la oferta, pero no faltan las hamburguesas, las croquetas o una buena milanesa. Desayunos, meriendas y a cualquier hora del día molletes, sandwiches y bocadillos. Todo un acierto.
Tres Cantos
C. del Alba, 5. Tel.: 918 03 24 40. Precio desde 35 euros. Cierra: lunes.
Este establecimiento de Tres Cantos se ha labrado muy buena fama en parte gracias a su steak tartar: lo preparan en la sala, como mandan los cánones, con carne de calidad y buenos aderezos. El atún rojo, de la firma Balfegó, es otra de las estrellas de la carta. Además una apetecible selección de arroces. Por desgracia también encontramos algún plato con aceite de trufa, pero ¡no se puede ser perfecto! Cocina de corte tradicional, aunque con guiños modernos y algunas concesiones (tiraditos, ceviches, etc) elaborada con productos de temporada. Como las raciones son generosas, se pueden pedir medias. Una oferta pensada para gustar a la mayoría igual que la carta de vinos. El personal de sala es amable y eficiente, lo que invita a volver.
San Lorenzo del Escorial
C. Xavier Cabello Lapiedra, 2. Tel.: 915 46 63 52. Cierra: lunes y martes. Precio: desde 30 euros.
Hace ya varios años que Manuel Mecón y Juan Cuadra inauguraron este restaurante con alma de bistró moderno que pretende acercar la alta cocina y los productos de cercanía al gran público. Mecón, el cocinero, pasó por el famoso restaurante Noma de René Redzepi (Copenhague) y los parisinos Le Verre Volé y L’Amie Jean, lo que se traduce en una cocina sencilla, sabrosa, libre, imaginativa y perfectamente resuelta. Muy recomendable pedir el menú degustación (40 euros, sin vinos). Y en la bodega, vinos naturales y ecológicos. Servicio informal pero muy profesional. Siempre hay un ambiente agradable. Si hace buen tiempo disponen de una coqueta terraza donde es un placer comer.
Guadarrama
C. de la Sierra, 20. Tel.: 918 54 29 36. Abre jueves mediodía, viernes y sábado. Precio: desde 40 euros.
Este es otro de esos clásicos que nunca pasan de moda, un mesón serrano que se mantienen en forma a lo largo de los años. En una casa, en el centro del pueblo de Guadarrama, con vigas de madera en el techo del comedor, manteles de cuadros rojos y ¡claro está! Una chimenea, el tiempo parece haberse detenido entre sus paredes. Las croquetas de jamón, chorizo, queso azul, etc y las carnes a la parrilla siguen sumando adeptos. Poca innovación y productos de calidad es el lema de la casa. No falta la ensaladilla y otros entrantes para compartir. Trato familiar y agradable. En verano dispone de una gran terraza.
Puerto de Navacerrada. Cercedilla
C. de la Virgen de las Nieves, 7. Tel.: 918 52 14 30. Precio: 20-30 €. Cierra: lunes, martes, miércoles y jueves.
Este establecimiento que lleva abierto más de 70 años, solo abre los fines de semana. Mantiene la esencia de lo que siempre ha sido: una casa de comidas. El interior es austero, como los refugios de montaña, y fuera, entre los pinos se extiende una agradable terraza , ideal para los días de sol. Cocina de siempre, sin trampa ni cartón, con recetas clásicas que llevan cocinándose casi desde la inauguración: judiones de La Granja, las patatas con costillas, el chorizo de la olla, los huevos fritos con morcilla… Los buenos productos son la enseña de la casa. Manolo Ochoa, sigue al pie del cañón del restaurante que abrieron sus padres.
Mataelpino
C. de los Ganaderos, 7. Tel.: 918 57 33 33. No cierra nunca.
Los hermanos Santamaría dirigen un negocio que no decae. Cocina tradicional, que no pasa de moda, y que por eso gusta a la mayoría. Los fines de semana, familias y amigos se dan cita en este restaurante que es un clásico. Destacan los buenos productos que se trabajan en la cocina y también la selección de la bodega de la que se ocupa Pedro García, uno de los cuñados de la familia. El foie de pato se hace en casa, lo mismo que los buñuelos de bacalao, los calamares en su tinta, el gallo rebozado o el excelente guiso de pata y morro. El capítulo de cortes de carne roja del Guadarrama y de otras denominaciones es otro de los puntos fuertes. La terraza con vistas a la Sierra es perfecta para alargar el verano ahora que todavía el sol calienta.
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