Ahora que el precio medio del cubierto está por las nubes, volvemos a recorrer y repasar los locales de la capital y su periferia para encontrar 35 restaurantes de Madrid para comer por 35 euros. Un presupuesto más que razonable que se logra sin caer en excesos ni con la bebida, ni con las cantidades. Para tirar la casa por la ventana ya están los momentos especiales. Esta es una selección de establecimientos para ir a comer habitualmente con la familia, los amigos o los compañeros de trabajo sin dejar la tarjeta tiritando.
Carretera. Madrid – Toledo, A-42, Km 24. Torrejón de la Calzada. Teléfono: 918 60 91 00. Precio desde: 20 euros. Cerrado domingos.
Pocos lugares más insólitos para comer que un desguace de coches. En la parte superior de la cafetería del desguace más grande del mundo (800.000 metros cuadrados de chatarra clasificada) ofrecen un menú del día por 14 euros y un menú degustación por 35. El responsable es el cocinero Alex Rey, de paladar fino y técnica depurada se formó con Jesús del Cerro, Andoni L. Aduriz y Pepe Rodríguez Rey. Para probar: arroz de liebre, judiones, lentejas con curry… Los miércoles preparan cocido. Un espacio austero, pero con mantelería en las mesas y copas dignas para beber vinos que no están nada mal.
Calle Blanca de Navarra, 9 . Teléfono: 910 58 89 56. Precio desde: 30 euros. Cierra domingos noche y lunes.
Es un pedacito de Galicia en Madrid, o mejor dicho de Betanzos. En este minúsculo local muy cercano a la calle Génova (ahora han abierto sucursal en la Galería Canalejas) preparan una de las tortillas más ricas de Madrid (sin cebolla y con el huevo líquido, como manda la tradición betancera). Pero también empanada, unas deliciosas zamburiñas, ternera guisada, marisco (aunque eso sube la cuenta) y una de las mejores tartas de queso de Madrid. Buenos vinos, cervezas bien tiradas y un personal siempre sonriente con el que da gusto tratar.
Av de España, 70. Majadahonda. Teléfono: 916 68 39 21. Precio desde: 25 euros. Cerrado domingos noche y lunes.
La pandemia les hizo replantearse sus dimensiones y gracias a eso han mejorado. Un lugar siempre concurrido, lleno de grupos de amigos, de familias, mesas grandes y bulliciosas, sobre todo los fines de semana. Merece la pena probar su menú del día. De la carta casi todo está rico: las croquetas, la ensaladilla risa, el brioche con albóndigas (al que le sobra la gamba), los callos… Recetas de corte casero que se resuelven con acierto. Las carnes son de La finca y ofrecen diferentes maduraciones. De postre tarta ¡la leche!, que así se llama: bizcocho empapado en crema de leche condensada, leche evaporada y nata. Las raciones son abundantes y se pueden compartir.
Calle de Velázquez, 9. Teléfono: 911 08 88 08. Precio desde: 20 euros. No cierra
De que comas en la barra o te sientes en una mesa; piques o te remangues con cuchillo y tenedor, dependerá el importe de la factura, pero en ningún caso será excesivo. En esta taberna de nuevo cuño (del grupo Carbón Negro) que recupera las formas y el espíritu de las antiguas, se come bastante bien a un precio razonable. En la cocina dos jóvenes cocineras: Cris Martín e Inés López. A las recetas madrileñas como la pepitoria, las patatas bravas, los boquerones en vinagre con patatas fritas (chips) o el rabo de toro se suma un mollete de pringá que está delicioso, una buena tortilla de patata y unas dignas croquetas de jamón. De postre torrija.
Calle de Zorrilla, 9. Teléfono: 910 59 55 70. Precio desde: 35 euros. Cerrado domingo y lunes
El cocinero Pedro Gallego apuesta por la cocina tradicional española, por esas recetas de toda la vida que forman la memoria gustativa común: croquetas, torreznos, platos de cuchara, salsas para mojar pan… Todo en un espacio austero pero cálido que recupera el espíritu de las viejas casas de comidas. Platos de temporada, que siguen el ritmo de las estaciones y algunos clásicos que nunca faltan como los callos, las patatas a la importancia, la molleja o los escabeches.
Calle Orellana, 6. Teléfono: 915 02 41 82. Precio desde: 30 euros. No cierra.
Casa de comidas con decoración retro. Platos sencillos de buena factura. Propuestas tradicionales que abundan en las recetas de cuchara y los sabores familiares. De la carta concisa apetece probarlo casi todo: ensaladilla de centollo, croquetas de rabo de vaca, carrilleras guisadas al palo cortado con patata fritas en daditos o unos deliciosos calamares en su tinta. En la barra chacinas de Carrasco. De postre, torrija.
Calle Marqués de Monasterio, 6. Teléfono: 918 70 85 93. Precio desde: 25 euros. Cerrado domingos y lunes.
Pequeño local en el barrio de Justicia con varias mesas pequeñas y una comunal. Propuesta de cocina casera, no exclusivamente española, sino un poco más internacional, que se enmarca dentro del movimiento de la comida real (real food). Ana y Elena ponen en práctica todo lo que explicaban en su blog de recetas. La propuesta tiene un marcado acento dulce: la repostería es uno de los puntos fuertes de la casa. Todo muy healthy, muy slow, muy real y bastante rico, que al final es lo que importa. Abierto para desayunar, comer y cenar.
Augusto Figueroa, 47. Teléfono: 918 53 24 34. Precio desde 35 euros. Abierto todos los días.
Es la meca de los torreznos con champán, una nueva interpretación del glamour en clave castiza. Un bistró chulo, elegantón, donde las pizzas en horno de leña y el pollo campero a la parrilla son indiscutibles: sí o sí hay que probarlos. Es perfecto para ir con amigos, reirse y pasarlo bien. Ambiente informal y buena cocina, con productos de gran calidad que proceden de las propias fincas de los propietarios. Lo torreznos, que son adictivos, se cocinan en el horno de leña, primero lentamente y después a alta temperatura, antes de lonchearlos.
Velázquez, 54. Teléfono: 91 781 49 69. Precio desde: 25 euros. Abierto todos los días.
Los llenos diarios no son casualidad. El secreto de su éxito la regularidad. Raciones generosas que permiten comer incluso por 20 euros si se bebe cerveza. Cocina tradicional con acento cántabro. En la carta no faltan las rabas, las croquetas, la tortilla de patata, los pimientos de Isla y algún que otro guisito. Imprescindible reservar incluso entre semana. Los fines de semana hacen turnos lo que en ocasiones obliga a comer a las 13.30h o pasadas las 15.00h. De postre tarta de queso ¡claro! pero también leche frita, muy buena. Ideal para ir con los abuelos, los amigos, los jefes o la novia, siempre que no se trate de una cita romántica. El local más informal del grupo La Bien Aparecida, que muy pronto tendrá sucursales. Estad atentos.
Calle Apolonio Morales, 3. Teléfono: 910 73 28 92. Precio: desde 30 euros. Abierto todos los días.
Esta casa de comidas contemporánea se ha hecho un hueco no solo en el barrio de Chamartín, sino en toda la ciudad. Es el sueño de unos jóvenes cocineros hecho realidad. Tras formarse en algunas de las mejores cocinas del país, Carlos Griffo y Miguel Ángel García, apostaron por su propio local. Cocina de calidad marcada por la temporada, netamente española. Una carta para sentirse como en casa, a precios más que razonables cuyas especialidades puede pedirse por medias raciones. Anchoas en salazón, croquetas (estupendas), verdinas con berberechos, pisto, fabada, rabo de toro, tortilla de merluza… De postre arroz con leche al estilo asturiano con el azúcar recién quemado. Servicio informal, amabilísimo y eficaz. Carta de vinos corta pero suficiente a precios tan moderados como la cocina.
Calle de José Ortega y Gasset, 67. Teléfono: +34 914 53 14 25 Precio: desde 25 euros. Abierto todos los días.
Desayuno, comida y cena: la cocina no cierra, siempre está on fire. Sabores de siempre ejecutados con técnicas de hoy: el mismo sabor, pero menos grasa y tiempos de cocción más cortos. Platos de regusto casero en un ambiente informal, donde te cuidan sin atosigarte. La tortilla de patata está entre las mejores de Madrid (también se puede tomar en el desayuno). De la cocina salen croquetas fluidas, buenas verduras, platos de cuchara, chipirones rellenos, arroces, etc. No hay que perderse el escabeche de caballa. De postre, su famosa tarta de queso. Los hermanos Romero han logrado poner en el mapa su flamante casa de comidas contemporánea, sobre todo después de la última reforma. Para conseguir mesa los fines de semana conviene reservar con antelación.
Calle Ramón de Santillán, 15. Teléfono: +34 912 32 22 04. Precio: desde 25 euros. Cerrado los domingos
El cocinero Iván Sáez quiere ocuparse de que la gente coma bien todos los días. Por eso nace esta casa de comidas contemporánea de aspecto industrial. Una carta informal con especialidades tradicionales muy bien hechas. Croquetas de jamón, buñuelos de bacalao, torreznos, pisto, ensaladilla rusa, boquerones en vinagre y magníficos arroces además de una selección de platos de cuchara que cambian a diario. Buena selección de vinos.
Calle Bernardo López García, 11 Teléfono: 911 110 669. Precio desde 30 euros. Abierto todos los días.
En este singular local se rinde culto al queso, pero también se cocina. Marité Madrid prepara platos caseros con toques originales. Pero sin duda las tablas de queso armonizadas con sugerentes surtidos de panes son el gancho del local. Organizan eventos especiales dedicados a gastronomías concretas, ahora le toca el turno a Italia. Buena repostería y notable surtido de bebidas: vinos, whiskies, rones, ginebras…
Calle Menorca, 14. Teléfono: 915 74 26 15. Precio desde 35 euros. Cerrado los domingos y lunes.
Con el paso del tiempo esta tabernita castiza, donde reinan las tapas, ha ido tomando hechuras de restaurante, aunque casi todo lo que se come sea para compartir. Ruidosa y siempre abarrotada es uno de los destinos favoritos de los madrileños en el barrio de Retiro. Las croquetas de patata y trufa y la ensaladilla (un un fuerte punto de vinagre debido al escabeche) están entre los superventas del local. Pero platos con más enjundia como el bacalao al pilpil o las mollejas de cordero tampoco desmerecen. Un sitio perfecto para ir con los amigos y pasarlo bien, si se reserva con tiempo.
Calle Jorge Juan, 29 (y sucursales). Teléfono: 918 26 91 64. Precio desde 20 euros. Abierto todos los días.
Esta taberna gallega de nuevo cuño no para de clonarse, cada vez tiene más sucursales debido al éxito de su fórmula. Aquí se viene a comer su famosa tortilla de Betanzos, una de las mejores de Madrid. Otras elaboraciones buenas y baratas son las croquetas, el caldo gallego y la empanada del día. Muy rico también su pulpo, mejor con patatas, que llena más y evitará tener que seguir pidiendo. El marisco es de buena calidad, pero se sale del presupuesto. Ruidoso e informal, con un servicio que va por rachas, depende de quién te toque.
Montesa, 9. Teléfono: 915 654 557. Precio desde 30 euros. Cierra lunes.
Alex Marugán trasladó su restaurante hace algo más de un año del mercado de Torrijos a un emplazamiento más cómodo y confortable sin salir del barrio de Salamanca.
Ofrece una carta con platos fijos, los más famosos del cocinero: callos, torreznos, oreja frita… Y un repertorio que va cambiando con la temporada y la inspiración. Por ejemplo, carpaccio de presa ibérica Joselito, merluza de pincho con salsa holandesa o sándwich de cabeza de jabalí.
Gabriel Lobo, 26. Teléfono: 910 66 46 66. Precio desde: 15 euros. Cierra lunes.
Madrid ya tiene su propio rey del sandwich de pastrami y, casualidades de la vida, se llama Katz. No tiene nada que ver con el mítico local neoyorkino, donde Sally encontró a Harry, simplemente, David, el propietario se apellida Katz. Es un local pequeño pero encantador escondido donde López de Hoyos se cruza con Príncipe de Vergara, que está a punto de inaugurar terraza. Especializado en carnes ahumadas, no solo prepara las piezas, sino que también elabora su pan y una bollería espectacular, como el famoso babka, una trenza de chocolate que se come sin sentir. También tienen una estupenda panadería sin gluten y servicio a domicilio.
Calle Rosario Pino, 6. Teléfono: 914 41 58 52. Precio desde: 30 euros. Cierra domingos noche y lunes.
Trattoria familiar, de ambiente agradable y decoración moderna en la que también en la que también preparan pizzas. Unas pizzas ovaladas, de masa fina, más cercanas a las romanas que a las napolitanas, según dice el pizzaiolo son “estilo Manzzoni”. Pero lo mejor es que las coberturas son abundantes y jugosas, con una buena mozzarella. Se puede pedir media pizza con una cobertura y media con otra, una ventaja. Es notable el vitello tonnato, excelente la cotoletta milanesa y no tan ricos los gniocchi, aliñados con ¡Oh horror! aceite de trufa.
Calle de Alcalá, 12. Galería Canalejas. Teléfono: : 918 96 37 71. Precio desde: 20 euros. No cierra
Especializado en dimsum, es el último local de la empresaria china afincada en España María Li Bao. Para ofrecer giao-zi de calidad ha traído a un experto que ha trabajado en los mejores hoteles de Pekín y Shanghai. Aunque la carta abarca más, lo mejor es centrarse en las empanadillas, sobre todo las que se preparan al vapor ya sean con masas de arroz o de trigo
Calle del Almirante, 20. Teléfono: 914 45 69 45. Precio desde: 35 euros. No cierra.
Ponja, o Japón al revés. O Japón pasado por el filtro Nikkei peruano. Un local elegante pero desenfadado en el barro de Justicia. En los platillos, de una carta no muy larga, destaca la frescura de los aliños, la chispa de la acidez y el picante; por eso los tiraditos y los cebiches son las estrellas del menú. Lástima que un arroz no demasiado logrado desfigure los nigiris. Sin embargo, los sanguches y las gyozas merecen la pena: de nuevo las salsas levantan los paltos
Espartinas, 5. Teléfono: 910 33 43 79 . Precio desde: 30 euros. Cerrado domingos y lunes.
En esta pequeña tabernita siempre se come rico. Cocina ecléctica y viajera que recoge múltiples influencias y las convierte en bocados originales, sabrosos y casi siempre convincentes, como su famoso brécol que gusta incluso a los que odian esta verdura. También desde el principio se mantiene el postre con la torta de aceite de Inés Rosales. La oferta cambia con la temporada, el mercado y la inspiración del cocinero. Carta de vinos corta, pero muy bien adaptada a la oferta de comida. Servicio informal pero muy agradable ¡Da gusto repetir!
Calle de Espronceda, 34. Teléfono: 667 97 45 99. Precio desde: 25 euros. No cierra.
No se admite dinero, son hijos de la pandemia. Tampoco se cobra el agua que es filtrada. Dos gestos que resumen una mirada nueva y anticipan que una hostelería diferente es posible si quienes la desarrollan piensan en términos de sostenibilidad, integración y responsabilidad social, además de rentabilidad. El modelo, que funciona con éxito desde hace dos años, vincula a productores y consumidores. Destacan sus pizzas elaboradas en hornos de leña, los buñuelos de calabacín, el salmorejo o el pollo de pastoreo asado. De postre tarta de chocolate.
Calle de la Redondilla, 7. Teléfono: 635 09 20 69. Precio desde: 18 euros. Cerrado lunes, martes, miércoles y jueves.
Es el ramen de moda en Madrid, por eso es difícil encontrar mesa los fines de semana. Una tasca japo-castiza, o japo-cañí, en la que se comen fideos, pero no los del cocido madrileño, sino los largos que se sirven en tazón y se sorben haciendo mucho ruido, sí, eso es lo correcto en Japón. El nombre significa «abuela asesina» y si es la abuela la que prepara el ramen, pues uno no sabe qué pensar. Espacio pequeño y modesto, pero divertido, donde además de los tazones de fideos sirven otras especialidades como el torrezno aderezado chile dulce y cilantro y un bao de rabo de toro.
Calle Javier Ferrero, 8. Teléfono: 911 99 65 02. Precio desde: 35 euros. Cerrado los domingos y los lunes.
El cocinero de origen sueco Andy Boman, ya sorprendió en Ginger Boy. En este local discreto pero agradable, a trasmano de todos los circuitos gastronómico, riza el rizo y registra llenos diarios. Una carta sugerente cargada de recetas asiáticas. Aunque la cocina se declara tailandesa encontramos guiños a Vietnam, Korea, Japón o China, sin olvidar España o Suecia. Cocina viajera y mestiza, cargada de platos fragantes y tentadores con una buena dosis de picante que no defraudan. Deliciosos el satay de pollo con salsa de cacahuete, el bao de panceta confitada en caldo cantonés, los rollitos vietnamitas con mango y el curry tailandés. Magníficas salsas y aderezos.
Arturo Soria, 51 (y sucursales). Teléfono: 91 831 01 49. Precio desde 25 euros. Abierto todos los días.
Comida callejera oriental adaptada a los salones de diseño de la capital. A aquellos que han viajado por Asia les traerá gratos recuerdos (aunque las comparaciones son odiosas) y a los que no… les invitara a hacerlo.
En la carta, el arroz Ku Bak crujiente; el pato Shanghai mama; la sopa agripicante con marisco; los dumplings con masa casera como el Shaomai Black relleno de langostinos con perlas negras de calamar. Una opción asequible de acercarse a los nuevos gustos orientales, que cala hondo entre los más jóvenes.
Paseo de la Castellana 115. Teléfono: 915559333. Precio desde 35 euros. Cerrado los domingos.
Desenfadada oferta de cocina fusión, con influencias de Latinoamérica y Asia, de ahí el nombre combinado de” Latasia”. En concreto, juega con sabores de Perú y de diferentes partes de Asia: India, Filipinas, Japón, China, Tailandia o Singapur, integrados en muchos casos con la cocina española, casi siempre de forma acertada. Así podemos encontrar, unos callos a la madrileña con curry rojo tailandés, un tiradito peruano de zamburiñas gallegas, un ramen japonés de cocido madrileño o unas gyozas de morcilla de Burgos.
Calle Antonio Acuña, 8. Teléfono: 910 64 90 13. (También en Isaac Peral, 2). Precio desde: 18 euros. Abre todos los días.
Amplísimo local que apenas se vislumbra desde la entrada, luminoso y bien decorado. El horno especial para las pizzas se encuentra a la vista en el lado izquierdo. Pizzas artesanales, que están buenísimas, y obligan a reservar con antelación sobre todo los fines de semana. Mozzarella de verdad y una masa fina y crujiente, muy al estilo de las pizzerías del Trastevere en Roma. Son individuales, aunque fácilmente pueden servir para compartir entre dos. Muy buenas las gourmet como la “Ibérica”. Algunos entrantes, ensaladas y pastas completan la oferta. De postre, cheesecake o la tarta de chocolate belga.
Calle del Conde de Aranda, 11. Teléfono: 915 78 41 91. (También en Felix Boix). Precio desde 30 euros. Abre todos los días.
Su nombre es una declaración de intenciones: aquí se viene a comer entrecot. Un menú único (24 euros) compuesto por ensalada verde, entrecot con salsa y patatas fritas para comer cuantas se quiera, no cobran por repetir de patatas. De postre hojaldre de manzana con helado de vainilla o créme brulèe. Todo en un ambiente de bistró parisino, clásico y encantador, que contribuye a reforzar la gloriosa historia de este local que nació en la capital francesa hace en 1930. Buena carta de vinos.
Calle de Don Ramón de la Cruz, 83. Teléfono: 910 57 77 28. Precio desde: 30 euros. Cerrado los lunes.
En Perú, el nombre de este local hace referencia a un horno tradicional de fabricación casera en el que se asa la carne al carbón. Mucho tiene que ver este concepto con la propuesta de Mario Céspedes y el juego que él hace de las carnes y los ahumados. Él hace suya la cocina peruana fusionándola con especialidades asturianas: torto de maíz relleno de rabo de toro o lengua con salsa de mote, hierbabuena y rocoto. No falta el ceviche con salsa de huacatay y mango, la navaja templada con leche de tigre y ají limo o el rollito asturiano con estofado chifa. De postre mochi de lúcuma.
Luchana, 7. Teléfono: 686 97 49 16. Precio desde: 18 euros. No cierra.
En un local modesto, cocina inspirada en las recetas de las abuelas del cocinero Leo Araujo: las hallacas, los tequeños, las arepas o el pabellón criollo son las estrellas de la carta. Emplea productos 100% venezolanos lo que le ha llevado a convertirse en uno de los restaurantes favoritos de la cada vez más numerosa colonia venezolana de Madrid. De postre bizcocho de tres leches. Para beber, papelón con limón o zumo de maracuyá.
Calle San Bernardo, 5, galería. Teléfono: 91 878 52 01 Precio desde: 15 euros. Cerrado los lunes.
Al estilo de las modernas taquerías mexicanas, trata de explorar lo contemporáneo: fusiona el mejor producto español con ingredientes del país azteca. Su carta está llena de elaboraciones originales pero no faltan los huevos rancheros, los tacos de cochinita pibil y los platos con casquería como los tacos de oreja y sepia con salsa de chile habanero o las mollejas de ternera salteadas y enchipotladas. Local sencillo, informal y colorido que hace las delicias de los más jóvenes.
Mercado de Vallehermoso. Puestos 60-61-62. Calle de Vallehermoso, 36. Teléfono: 91 138 99 95. Precio desde 20 euros. Otro local La Virgen 154 Abascal en la Calle José Abascal, 11. Abre todos los días.
Mejor reservar para no quedarse con las ganas. Si no gusta el picante mejor abstenerse porque aquí lo utilizan con poca moderación. Estupendos dumplings caseros de butifarra y ternera con kimchi, las alitas (de pollos camperos que les suministra Higinio que tiene su puesto justo enfrente) con chile dulce y el potente curry thai de gambones. Su salsa barbacoa koreana ha tenido tanta fama que la venden en botellas: no tiene glutamato. En barra o en mesa, el servicio es amigable e informal y aconseja bien a la hora de pedir. La cerveza es la mejor opción para acompañar esta sabrosa comida.
Paseo de la Castellana, 89. Teléfono: 919 05 79 75. Precio desde: 25€. Abierto todos los días.
Otro catalán que desembarca en Madrid. Siguiendo la filosofía de alimentación saludable por la que se rige la empresa familiar que Teresa Carles fundó hace ya 40 años, Flax & Kale es el gran abanderado de la cocina flexiteriana: una propuesta prácticamente vegetariana, que en contadas ocasiones admite proteínas animales, como huevos y pescados. Estrena su nuevo formato, Street, y una de las categorías culinarias con más éxito en el sector: la proteína 100% plant-based, desarrollada por su propio equipo de I+D, que imita la textura de la carne de vacuno y pollo. Nos encantan sus boles y sus zumos cold press.
Paseo de la Castellana, 89. Teléfono: 914 21 50 11. Precio desde: 15 euros. Abierto todos los días.
Concepto original y divertido para comer sano en un local animado e informal. Arrasa entre los más jóvenes. El cliente puede elegir entre los market plates (platos de mercado) o los garden bowls (boles del jardín). En los primeros, para los vegetariano proteínas como el tofu o los felafel de legumbres); para el resto: tataki de atún de aleta amarilla, ternera, marinada o guisada, o pechuga de pollo con salsa chipotle (chiles picantes y ahumados típicos de México). Todo aliñado con diferentes salsas y enriquecido con guarniciones variadas. No admiten reservas.
Calle de Manuela Malasaña, 11 Teléfono: 910 23 27 06. Precio desde: 20 euros. Abierto todos los días.
Un espacio lleno de color con una propuesta diferente salida de la cabecita loca -pero muy bien amueblada- de Rebeca Toribio, su propietaria, una joven con las ideas muy claras. Se trata de alimentar a gente alegre con cocina alegre, creativa y orgánica. Productos de temporada y proteínas vegetales en platos mayoritariamente crudos (raw food). Humus, guacamole, batata asada rellena, pasta con verduras… son algunas de las propuestas de este restaurante que registra llenos diarios desde que abrió en 2015.
Calle Trafalgar, 22. Tel.: 91 447 41 38. Precio desde: 25 euros. Cerrado los domingos.
Mirando los jardines de la plaza de Olavide, llaman la atención los esportones (persianas de esparto estilo andaluz) que en verano protegen del sol el interior. Decoración cuidada, rústica y chic en un local animado que en verano se vacía para dar vidilla a la terraza. Ecológicos, convencidos y militantes, los propietarios defienden esta filosofía culinaria desde el restaurante y también a través de la tienda de alimentación contigua. Platos del recetario tradicional con alguna innovación, elaborados con productos certificados eco.
Crianza en dehesas y curación artesanal son la seña de identidad de este producto inigualable.
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