Ruta gastro por el Pirineo aragonés

Un recorrido por los restaurantes del Pirineo aragonés de la mano del cocinero Carmelo Bosque. Un paseo por los valles más hermosos de la provincia de Huesca: desfiladeros sobrecogedores, picos imponentes, ríos furiosos, glaciares y neveros, pueblos medievales… Una ruta para que los que aprecian la buena cocina puedan combinarla con las rutas de senderismo, los paisajes que de te dejan con la boca abierta y el placer de disfrutar de la Naturaleza y el arte porque las iglesias románicas y las torres de defensa salpican un territorio donde se escucha el agua y el silencio, mientras los buitres y los quebrantahuesos te vigilan.

 

 

Valle del Aragón

La cocina casa de comidas

Zocotín, 11. Jaca Tel.: 974 36 12 21. Precio: 30-45 euros. Cierra: domingos noche y lunes.

Muy cerquita de la hermosa catedral de Jaca, esta casa de comidas mantiene la esencia de la cocina tradicional aragonesa aunque se permite alguna innovación. Pepe Pérez Chaparro y Maider Abós cocinan con producto local, salvo los pescados que llegan del Cantábrico. Prestan especial atención a las trufas negras y a las piezas de caza en temporada. Su cocina se despliega en tres espacios: bar, restaurante y terraza. En la carta sugerencias tan apetecibles como los torreznos o la cazuelita de longaniza. Como plato fuerte la olla jacetana, el crujiente de manitas con caracoles, los daditos de merluza a la romana o el jabalí estofado. Entre las innovaciones salsas exóticas como el kimchi o el chutney y ténicas sofisticadas como el cansino «capuccino de lentejas» con espuma de gildas y polvo de torreznos o el omnipresente bao en este caso de ternasco y cebolla roja.

Chipirones encebollados

 

Valle del Tena

La era de los Nogales

C. Baja Sardas, 2. Sardas. Sabiñanigo. Tel.: 693 01 94 79. Precio: Cierra: viernes y sábados.

Tel vez Toño Rodríguez sea el cocinero más potente que hay en este momento en los valles del pirineo aragonés. Lleva años curtiéndose en los fogones y como es competitivo por naturaleza ha librado mil batallas. Ahora con muchas lecciones aprendidas y el título de Cocinero del año (2024) bajo el brazo, atiende feliz y sereno su elegante restaurante en las inmediaciones de Sabiñánigo. Un espacio confortable donde disfrutar un ambicioso menú degustación con platos moderadamente creativos, no vanguardistas, que se resuelven de manera impecable.  Ofrece tres menús: E-volución (38€) R-ecuerdos (53€) y A-mbición (68€). En la terraza se puede comer a la carta; no faltan el ternasco ni el ajoarriero. La bodega y el servicio, cuidadísimo, contribuyen a que la experiencia sea completa: apetece a largar la sobremesa con unas buenas copas mirando los montes.

 

Lavedán

Navero, 19. Tramacastilla de Tena. Tel.: 682 93 30 20. Precio: 40-70 euros. Cierra los martes.

Que una joven pareja (Sergio Sainz y Carla Frigolé) elija un pueblo del Pirineo para sacar adelante un proyecto de vida ligado a la hostelería y se haga cargo de un antiguo restaurante es una excelente noticia. Si además se esfuerzan por recuperar la cocina tradicional de montaña y trabajar con productores de la zona, es motivo de alegría. Que estén dispuestos a seguir cocinando migas con huevo frito -plato que ha dado fama a este precioso pueblo pirenaico- y a servirlas de desayuno si así lo solicita el público, es una demostración de su compromiso y sus valores. No obstante no hay que perder de vista la carta (14 platos más postres) y su estupendo menú degustación (60 €) que este verano incluye platos tan sugerentes como una sopa fría de lechuga y naranja, paté francés de tres carnes o pimientos del piquillo rellenos de gallo del Sobrarbe. También ofrecen embutidos caseros, de estupendo nivel y pan hecho en casa, porque el de las panaderías de la zona deja mucho que desear.

1.- Carla Frigolé y Sergio Sainz. 2.- Interior de Lavedán. 3.- Migas con huevo frito

 

Vidocq

Edificio Jacetania, Av. de Huesca, bajos. Formigal. Tel.:  974 49 04 72. Precio: 75-90. Cierra martes y miércoles.

No es habitual encontrar restaurantes de cocina creativa en las estaciones de esquí, apegadas a la pizza, la hamburguesa y, en el mejor de los casos, el asado y el guisote, no siempre de calidad. Por eso Vidocq es una sorpresa. El trabajo que hacen Diego Herrero y Amaya Sarasa en la estación más marchosa del Pirineo, es encomiable. Su inquietud les lleva a ofrecer bocados de aquí y de allá, a no autolimitarse en lo cercano y tradicional. Utilizan productos aragoneses pero los visten con ropajes exóticos y en el plato aparecen Tailandia, México, Perú. Un recorrido sabroso con luces y sombras en el que destacan una maravillosa croqueta de leche -así de simple-, un delicioso caldo de gallina y una tarta de queso que no lo es, pero que está imponente. Solo sirven menú degustación (69 euros).

1.- Interior del restaurante. 2.- Carbonara de judías verdes. 3.- Arroz con trufa de verano. 4.- Tarta de queso Radiquero

 

Para dormir

La abadía del Pirineo (Calle Zacalera 1. Tramacastilla de Tena. Tel.: 629345793. Desde 170€). Elegante casa de piedra en el precioso pueblo de Tramacastilla. Dispone de dos habitaciones y dos suites, con paredes de piedra, vigas de madera y mobiliario montañés. Espacios amplios y confortables. Un alojamiento muy acogedor en el que uno se siente como en casa. 

 

Valle de Broto (Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido)

El balcón del Pirineo

 C. Vita, 48. Buesa. Tel.: 689 56 54 24. Cierra los martes.

En la planta baja de los apartamentos del mismo nombre y propiedad, se encuentra el restaurante especializado en carnes de ternera la brasa. El menú se compone de entrantes, carne y postre. Las carnes se las compran a los ganaderos locales y logran darles el punto adecuado en la parrilla. El personal se afana por que todo esté al gusto de los clientes, aunque no siempre lo logren. Un restaurantes sin pretensiones del que es muy fácil salir satisfecho. Estupenda terraza con magníficas vistas del valle.

 

Valle del Cinca

El Callizo

Pl. Mayor, s/n. Aínsa. Tel.: 974 50 03 85. Precio: más de 130€. Cierra lunes.

Los veteranos cocineros Ramón Aso y Josetxo Souto han convertido el restaurante que regentan junto con sus mujeres en una referencia del Pirineo, por eso no extraña la presencia de numeroso público extranjero que llega atraído por la singularidad de su cocina.  También es cierto que está en uno de los pueblos más bonitos de estos valles: Ainsa. Los menús (120 y 135 euros) son un paseo por las técnicas desarrolladas por buena parte de los cocineros españoles de las últimas décadas. Fórmulas sofisticadas y llamativas que ellos recrean con acierto y precisión, aunque no las hayan inventado. La cena discurre en varios espacios del restaurante y en cada uno sucede algo diferente, una fórmula también importada que no deja indiferente. Producto escogido, mucho oficio y buen humor, todo con unas vistas maravillosas a las montañas. Servicio de alta escuela que atiende en varios idiomas y una excelente bodega. También cuentan con una tienda de productos locales que merece la pena visitar. Ojo con la selección de quesos.

               1.- La sala principal. 2.- Los cocineros. 3.- Plato de pepino de inspiración japonesa. 4.- Flor de calabacín.

 

Restaurante Merendero Garcés

 San Visorio, 10. San Vicente de Labuerda. Tel.: 616 69 70 75. Precio: 20-30€. No cierra nunca.

Un local de toda la vida, regentado por una familia de agricultores y ganaderos que decidieron montar un restaurante en el que ofrecen parte de sus propios productos. La carta es sencilla. En ella brillan la carne a la parrilla, las patatas y las ensaladas en un espacio modesto donde lo importante es el paisaje. Un solo menú que consta de entrantes (embutidos de la zona, queso, calamares a la romana), en salada y carnes a la parrilla (ternasco, ternera, longaniza…) más postres caseros.

 

Restaurante Lamiana

Ordesa – Tella, s/n. Lamiana. Tel.: 974 34 10 66. Precio: desde 20 euros. No cierra nunca.

Este refugio de montaña donde la piedra y la madera marcan carácter es un pequeño santuario de la cocina casera de los valles y la logrado entre otras cosas la supervivencia de productos autóctonas como el cordero de  razachurra tensina. En la carta jabalí, cordero, longaniza… además de postres caseros como la cuajada elaborada con leche de la zona. Dispone también de alojamientos rurales. Ofrecen un menú del día  por 18 euros, pero también se puede comer a la carta.

 

Para dormir

Hotel y apartamentos Dos ríos (Av. Central 2 y 4. Ainsa. Tel.:  974500961. Precio: desde 130 euros). Modernas instalaciones tanto en el hostal como en los apartamentos que son muy amplios y confortables. Impecable servicio de desayuno bufet (9 euros) con algunos embutidos de la zona, fruta fresca, etc. En el centro de la parte moderna de Aínsa con aparcamiento y servicio de excursiones, alquiler de bicis, etc.

 

Valle de Benasque

Ansils

Calle Gral. Ferraz, n°6. Anciles. Tel.: 974 55 11 50. Cierra martes y miércoles.

Un golpe de aire fresco en los valles. Los hermanos Bruno e Iris Jordán han tomado las riendas del local familiar en el pequeño y maravilloso pueblo de Anciles a pocos metros del animado Benasque. Cocina comprometida con el territorio – cocina de kilometro-metro, dice Iris porque la huerta está justo frente al local- que en ocasiones tiene dificultades para expresarse con soltura. Haber ganado el concurso de Tapas en Madrid Fusión 2024 y quedar finalistas en la competición de Cocinero Revelación son muy buenas credenciales, pero no basta, el trabajo se hace día a día porque los ingredientes cambian con las estaciones y hay que amoldarse y agudizar el ingenio. El verano es un momento esplendido para cocinar verduras en el Pirineo, sin dejar de lado los platos de caza que Iris borda. No hay que dejar de probar su magnífica molleja con puré de apionabo de la huerta. Bruno se ocupa de la bodega y de preparar combuchas muy imaginativas para los que no quieran beber alcohol. Estupendo servicio de sala. Una experiencia singular en un pequeño rincón de las montañas.

1.- Interior del restaurante. 2.- Molleja con puré de apionabo. 3.- Bruno e Iris Jordá.

 

Chongastán

Calle Carretera, s/n.  Chía. Tel.: 974 55 32 00. Precio: 40-50€. 

Ganaderos desde hace generaciones, presumen de la calidad de sus materias primas, sobre todo las carnes. Aunque una de sus especialidades es el «recau» del valle de Benasque: suculento guiso de verduras. Un lugar para disfrutar de un delicioso ambiente de montaña, carnes a la brasa y guisos con sabor antiguo como el civet de jabalí, los callos de ternera o las albóndigas con una excelente relación calidad precio. Bonito edificio de estilo pirenaico donde la madera y la piedra lo dicen todo, además de una buena chimenea.

 

Valle de Chistau

La Capilleta

Ctra. San Juan de Plan, 7, 22367 Plan. Tel: 974 94 14 10. Precio: 20-30€. No cierra nunca.

A la entrada de San Juan de Plan, en el encantador Valle de Chistau se encuentra este pequeño restaurante de montaña con aire de bistró francés, decorado en madera y tonos claros con guiños de estilo vintage. Cocina actual elaborada con productos de temporada que convive con platos tradicionales y un pequeño apartado de arroces a la brasa que se sirven en raciones individuales. Entre semana ofrecen un menú diario a 25 euros y uno de fin de semana por 35 euros. Personal muy atento que trata de agradar a los comensales.

 

 

Huesca

Lillas Pastia

Calle del Parque, 3, 22002. Tel.: 974 21 16 91.  Precio: 65-100 euros. Cierra los lunes

El veterano cocinero Carmelo Bosque estrena ubicación en Huesca, la capital donde consiguió una estrella Michelin -que mantiene- hace más de 25 años. Movido por el amor a los productos de su tierra, su restaurante es uno de los grandes embajadores de la trufa -negra o de verano- en España. «Ahora en verano -reconoce- traemos la Tuber melanosporum de Australia donde está en temporada y tiene una calidad excepcional. La de verano (Tuber aestivum) es de Huesca y está muy bien, pero es otra cosa».

La decoración del local se inspira en la ópera Carmen, en la que el tabernero llevaba por nombre Lilas Pastia (el restaurante cambia la grafía a Lillas Pastia). En la carta dos menús de cocina elaborada, en la que se hace gala de muchas técnicas aprendidas durante el esplendor de la cocina española de vanguardia -o Nueva Nouvelle Cuisine, como la llamó el New York Yimes-. Además, una oferta de pescados del día y algunos mariscos que se preparan en una pequeña parrilla japonesa (robata). Durante el mes de agosto y en honor a San Lorenzo, patrón de la ciudad, pollo al chilidrón, una de las recetas aragonesas más famosas. Solo por probar este pollo merece la pena acercarse a esta casa.

Tatau

Azara, s/n, 22002. Tel.: 974 04 20 78. Precio medio: Cierra lunes y domingo.

Clasicismo e innovación se dan la mano en este local oscense, tal vez el más completo de la provincia donde la pareja formada por el cocinero Tonino Valiente y Arancha Sainz (en la sala) logran hacer alta cocina sin perder el alma de bar que desde el comienzo inspiró su propuesta. Una gran cocina vista da servicio a una sala dinámica muy bien llevada. Platos elegantes, de sabores potentes pero muy equilibrados que son un homenaje a la alta cocina clásica que valiente aprendió con maestros como Carles Gaig. Salsas que invitan a mojar pan.

Ofrecen dos menús «Du jour» (74 €) y «Saison» (precio según temporada) cuyas propuestas varían con mucha frecuencia en función de lo que ofrece el mercado. Para asegurarse de que todo es correcto, unos días antes de la fecha de la reserva envían el menú al los comensales para que den su aprobación. Estupenda carta de vinos y buena coctelería que permite alargar la sobremesa en una zona muy confortable. Una dirección que no falla.

 

Ravioli de crustáceos

El Origen

Pl. del Justicia, 4, 22001. Tel.: 974 22 97 45. Precio: 25-40 €. Cierra los miércoles. 

Lo mejor de este restaurante es el menú de producto aragonés que preparan, aunque haya que reservarlo con antelación y solo se sirva para mesas completas. Restaurantes de cocina pretendidamente creativa hay muchos, pero cada vez es más difícil encontrar buenos platos de cocina tradicional, por ello los que se esfuerzan en seguir este camino, como la cocinera Beatriz Allué, merecen reconocimiento y aplauso. Aquí es posible tomarse un ajoarriero tradicional, un buen ternasco de Aragón o una tabla de los excelentes quesos de la provincia. En temporada no falta la Tuber melanosporum.

 

Huevo trufado frito 

Brrrutal

C. San José de Calasanz, 3, 22002 Huesca. Precio: 3-20 euros. Cierra los martes

Como los de Bilbao nacen y viven donde quieren, Víctor Santolaria, bilbaino de pro, se vino por amor a Huesca y montó  una vermutería con dos amigos maños. Un insólito y diminuto bar dedicado al vermut, bebida de la que cuenta con decenas de referencias. Pero no se asusten, también hay cerveza bien tirada y algún que otro vino para acompañar unas tapas sencillas y deliciosas como las gildas o el taco de atún en conserva. Perfecto para una cena ligera a base de laterío o para abrir boca antes de ir a cenar a otro local. El interior de la vermutería es un poco ruidoso, pero la terraza es muy agradable al anochecer. La idea, que todo el mundo salga diciendo que este sitio es «brrrrrutal», de ahí el nombre.

1.- Exterior del bar Brrrutal. 2.- Interior del bar brrrutal. 3.- Tapas del bar Brrrutal.

 

Pastelería Ascaso

C. Coso Alto, 9, 22002 Huesca. Tel.: 974 22 50 50. Precio: 10-20€. No cierra nunca.

Las  hermanas Ascaso son herederas de una tradición pastelera que comenzó con su abuelo y que ellas mantienen viva. El establecimiento es famoso en toda España por su incomparable pastel ruso (no hay que confundir con el que se elabora en Bilbao). Un dulce de harina de almendra, clara de huevo y crema de avellana (apto para celiacos), tan etéreo y sutil que no se puede dejar de comer: crea adicción. En los últimos años se han añadido especialidades propias y foráneas como el panettone (francamente bueno) que se prepara todo el año, o la corona de Catalina de Aragón, ideada para una colaboración con el Museo Thyssen de Madrid, inspirada en recetas renacentistas, o el delicioso pan de chocolate un bizcocho de cacao absolutamente excepcional.  Destacan también los bombones y el «chocolate aragonés» otra  creación al hilo de recetas históricas. Aunque en Huesca, es tradicional llevarse los dulces a casa, En Ascaso han habilitado un pequeño espacio de degustación ideal para desayunos y meriendas.

Las hermanas Ascaso con su famoso pastel ruso

 

Cafetería LaPaca

 C. Alcalde Emilio Miravé, 14, 22004. Tel.: 974 35 29 59. Precio:1-10€.  Cierra los lunes y martes.

El joven chocolatero Raúl Bernal saltó a la fama por elaborar el mejor bombón de España en 2023, pero más allá de eso, es un sólido profesional que domina también en mundo de la bollería. Tal vez por eso su local de Huesca solo abre para los desayunos. «La gente ya no compra pasteles, es el momento de los bollos: croasanes, palmeras, napolitanas…» afirma el maestro pastelero. Los desayunos gourmet de Lapaca se han hecho famosos, a pesar de no estar en el centro de la ciudad, y la gente hace cola para no quedarse sin su pieza de bollería favorita.

1.- Raúl Bernal. 2.- Surtido de Cruasanes. 3.- Palmera de Chocolate.

 

Barbastro

Trasiego

Conjunto de San Julián y Santa Lucía.  Consejo Regulador D.O. Somontano. Av. de la Merced, 64. Tel.: 974 31 27 00. Precio: 40-65 euros. Cierra domingos y lunes.

No es raro que sea uno de los restaurantes más populares de la comarca porque se come muy bien, tanto en la zona más informal como en el restaurante propiamente dicho. Recetas que conservan los sabores de la memoria comparten escenario con otras más modernas que llaman la atención de los comensales al leer la carta, aunque a veces se compliquen sin necesidad. Producto de proximidad y de temporada que se convierte en una sorpresa como el imbatible tartar de tomate de Barbastro al que incluso sobran las anchoas y el helado de mejillones en escabeche de tan bueno que está. Cocina cuidada, de presentaciones elegantes con un servicio acorde en un espacio agradable que ocupa la planta baja del Consejo Regulador de la D.O. Somontano, así que por el vino no hay que preocuparse, la bodega es amplia. Pero también el aceite es de calidad, las conservas, la trufa… todo está muy bien medido por Javi Matinero (en la cocina) y Natalia García (en la sala) que ejercen de perfectos anfitriones.

1.- Interior del local. 2.- Tartar de tomate de Barbastro. 3.- Natalia García y Javi Matinero.

 

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Julia Pérez Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.

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