Quienes empiezan a salir de casa constatan que la «nueva normalidad» (término horroroso que ya se ha instalado en las conversaciones) es una gymkana en la que se mezclan las ganas de volver a ser nosotros mismos y el miedo a hacer lo que no se debe. La situación genera nerviosismo por afianzar gestos a los que no estábamos acostumbrados: la mascarilla, la distancia social, el miedo a tocar pomos, grifos, superficies… Sentimos la necesidad de crear nuevas rutinas para mantenernos a salvo, pero nos angustia no ser capaces de llevarlas a cabo correctamente y caer en las garras del bicho, que no se vé pero que ahí está. Muchos se preguntan si las terrazas son seguras, si no hay posibilidad de contagiarse mientras tomamos una cerveza. Según todos los expertos, si se siguen las normas, las terrazas son espacios seguros, aunque nadie puede asegurarlo al 100%.
Las imágenes de las primeras terrazas con la gente disfrutando del sol y de una cervecita bien fría nos han producido cierta tranquilidad. Un efecto bálsamo que todos necesitábamos, porque nos devolvía a la normalidad, a la de verdad, a la de antes. Sin embargo, siguen siendo muchas las personas que sienten temor, por eso hemos hablado con varios expertos para ver cuales son las medidas esenciales para disfrutar de una terraza en tiempos de la #covid19
Según los expertos, si nos mantenemos a dos metros de distancia del resto de los mortales mantenemos el virus a raya. Por eso los hosteleros, preocupados por la seguridad de sus clientes, se han apresurado a separar las mesas poner marcas indicativas en el suelo y delimitar zonas. El objetivo es que no se produzcan aglomeraciones y que los clientes disfruten. Para ello algunos bares y restaurantes han habilitado turnos y no permiten permanecer sentado más de una hora, la rotación es buena para todos: más clientes satisfechos y más caja.
Sobre las mesas no debe haber nada, tal y como recomienda Hostelería de España siguiendo las normas dictadas tras su acuerdo con el Gobierno. «Tal vez un bote de gel hidroalcohólico -sugería el doctor Miguel Marcos, médico internista del Hospital Universitario de Salamanca, en la mesa redonda que celebramos hace dos semanas- en cada mesa sería una buena medida. Así los clientes podrían limpiarse cuantas veces consideraran. Eso da seguridad». Se acabaron los ceniceros, los servilleteros y palilleros, también las cartas en forma de díptico. Nada que haya podido tocar alguien previamente. Las cartas deben ser cantadas o digitales: que a través de un código te llegue directamente al móvil. Servilletas y manteles, mejor de un solo uso.
«Es imprescindible -explica nuestra colaboradora Gemma del Caño, farmacéutica y experta en seguridad alimentaria- desinfectar mesas y sillas cada vez que el cliente se vaya. Pero no con una bayeta, sino con papel de cocina y un producto desinfectante anti virucida (lejía) para estar seguros de que se matan los virus que pudiera haber». Hay que tener en cuenta que debemos establecer confianzas mutuas entre clientes y hosteleros.»Los clientes deben ser responsables y si ven que algo no es conforme a la ley, no entrar, más allá de que el local esté abierto. En caso de que se produjera un contagio sería muy difícil de probar por lo que cualquier reclamación legal está prácticamente fuera de lugar. No creo que se puedan producir reclamaciones penales contra los establecimientos.»
Ahora ya sabemos que el uso de las mascarillas es obligatorio, también en las terrazas, pero no podemos comer con ellas. «Aunque lo ideal es no tocarla ni quitarla una vez que te la pones -explica Gemma del Caño, farmacéutica experta en seguridad alimentaria- siendo realistas sabemos que esto no va a suceder. Si te sientas en una terraza y te quitas la mascarilla para comer o beber, lo mejor es guardarla en un sobre, siempre con las manos limpias y sin tocar el interior, y volver a ponértela una vez hayas terminado».
Cuantas menos superficies se toquen mejor y sobre todo lo importante es no tocarse la cara (ojos, boca, nariz) si las manos no han sido desinfectadas. Lo ideal lavarse las manos al entrar en el baño, utilizar papel para tocar grifos, pomos, pestillos, etc y volvérselas a lavar al salir. No utilizar los secadores de aire, que esparcen los virus en caso de haberlos, mejor papel y tirarlo a una papelera de pedal. «Los guantes no protegen, aunque parezca lo contrario, en ellos queda adherido lo mismo que en las manos -explica el doctor Miguel Marcos. Lo importante es lavarse las manos constantemente con agua y jabón o con una solución hidroalcohólica si estás en la calle«.
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