Tras dos años de parón debido a la pandemia, ayer por la tarde por fin pudimos celebrar la entrega de los V Premios GastroActitud Compromiso con la Tierra. El cocinero Rodrigo de la Calle ejerció de padrino en esta edición. Y contamos con el apoyo de #alimentosdeEspaña.
Como cada año, el acto se celebró el lunes más próximo al solsticio de verano. En esta ocasión, las instalaciones de Mom Culinary Institute de Madrid, la nueva escuela de hostelería en Madrid, acogió esta cita donde los productores, la artesanía y la innovación respetuosa se convirtieron en los protagonistas de una velada deliciosa. El galardón era un plato creado por el ceramista Pedro León.
Puedes leer el reportaje que ha escrito el equipo de GastroActitud o escuchar el podcast que ha grabado Pedro Ramírez a quien los premiados contaron su proyecto y el porqué del premio.
Los premiados de este año 2022 son, como en pasadas ediciones, proyectos singulares liderados por pequeños productores que han contribuido a mejorar un producto, recuperar una raza, repoblar una zona o sostener un sistema de producción antiguo. Todos tienen un componente de investigación unido a la pasión necesaria para sacar adelante proyectos únicos.
Se premia a Vicente Todolí por su la labor de difusión de los cítricos y su uso en cocina. Vicente ha reunido más de 400 variedades de cítricos diferentes, procedentes de todo el mundo en el huerto familiar de la localidad valenciana de Palmera. Hectáreas dedicadas al estudio de plantas y frutos y su adaptación al clima de Valencia para después profundizar en su consumo.
La familia Cabrera ha tenido el acierto y la osadía de relanzar una de las zonas de huerta de las vegas de Madrid, abandonadas en los últimos 40 años contribuyendo a mantener un paisaje característico de la zona y los trabajos ligados a las tareas agrícolas. En total 15 hectáreas de huerta que se han ido construyendo en los últimos 12 años. Además por su trabajo de investigación sobre el tomate, con una plantación de más de 90.000 tomateras, de semillas seleccionadas de 12 últimas campañas.
A Eduardo Chapero por dar rango gastronómico al hojaldre de Cantabria, al elaborar los mejores hojaldres caramelizados de la comunidad y por ende de España. Una especialidad difícil que requiere de pericia y que si no fuera por Eduardo y algunos pequeños artesanos más ya habría desaparecido sepultada por la producción industrial.
Rafael López procede de una familia de salazoneros valencianos, sin embargo, su aportación al trabajo familiar han sido las anchoas. Las compra en el Cantábrico a los mejores pescadores y las procesa siguiendo el método tradicional pero ajustando tiempos. El resultado son anchoas carnosas, delicadas y sin espinas. Una salazón perfecta. Con el líquido que resulta de la maceración de las anchoas en sal elabora la salmuera Latern para Ricard Camarena.
Miguel Ángel Alonso y María José Galera propietarios y el equipo de enólogos Marta Ramas y Miguel Fisac por construir un proyecto que no solo habla de vino, también de territorio, de población rural y en definitiva de sostenibilidad. Ellos podrían haber construido su bodega en otro sitio, pero eligieron León para recuperar toda una comarca rural. Con ellos han llegado los niños y la vida a esta zona que se creía perdida.
A José Ignacio Jáuregui por recuperar el euskal txerri, o pío negro, raza de cerdo autóctona de Navarra y el País Vasco que se cría en libertad en el monte alimentándose de bellotas, castañas y matorrales. Cerdo de carne finísima con grasa infiltrada pero apenas visible, de sabor limpio y textura excelente.
A los hermanos Eduardo y Antonio Torres por aplicar a la elaboración del arroz criterios gastronómicos. Procesan en el molino familiar arroces de variedades autóctonas valencianas y otras foráneas siguiendo estándares de pulido poco usuales lo que les permiten conseguir granos de gran pureza, al estilo del trabajo que se hace en Japón. También apuestan por maduración de los granos algo que pueden hacer ya que su molino no está en la albufera sino en Segorbe. Una cruzada en solitario ya que sus arroces no están acogidos a la D.O Arroz de Valencia.
A David Sueiro por su trabajo de recuperación del Galo celta, un gallo del año casi desaparecido, pero también por haber sabido adaptarse a los tiempos introduciendo el Galo Celta en la alta restauración. A veces de nada sirve recuperar un prodcuto si no tiene salida comercial. El mérito de David y su equipo ha sido criar los gallos y llevarlos a las mejores mesas. Ahora su continuidad está asegurada.
Premio a la innovación a este grupo de jóvenes emprendedores, que trabaja en favor de los pequeños productores. Antonio Tripiana, Natalia Valle, Petros Kartsimadakis, Santiago Corral, Sergi Roca, Ulises Vidal, Alejandro Wonenburger y Antonio Parody han hecho de sus sueños su trabajo. Su meta: conseguir que los pequeños agricultores planten lo que se vaya a consumir y que se consuma lo que se planta. Un reto a largo plazo en el que ponen todo su esfuerzo. De momento construyen mercados online a medida de los productores.
Un proyecto social y gastronómico impulsado por Paco García desde Frutas Eladio para conservar la actividad hortofrutícola de pequeños productores al borde del abandono en los fértiles valles de la provincia de Málaga. Pensado para que la hostelería pueda abastecerse de con productos de proximidad, garantizando la calidad de los mismos y un precio justo para los agricultores al prescindir de la red de intermediarios.
Los jardines del MOM Culinary acogieron la entrega de premios y el cóctel de después, en el que pudimos catar algunos de los productos premiados. Una oportunidad fantástica para que todos los invitados pudieran probar estos ingredientes que nos ayudan a mantener la esencia de la gastronomía española.
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