Vina Maris es una empresa reciente. Empezó su andadura en 2011 cuando su artífice, Israel Padrino (Madrid, 43 años), ingeniero informático e instructor de buceo se planteó que podía unir sus mayores aficiones –el mundo del vino y las inmersiones en el mar- y hacer de ello un negocio. La idea le surgió tras conocer que en 2010 unos buzos noruegos encontraron en el Báltico un barco hundido que contenía 70 botellas de champagne Veuve Cliquot de 1830, unos espumosos que, lejos de haberse echado a perder, eran perfectamente bebibles.
En estos cuatro años transcurridos han tenido que hacer muchos estudios, indagaciones y pruebas con vinos distintos. Antes hubo que buscar el emplazamiento de la bodega submarina, porque se requiere que las aguas estén a una temperatura constante (entre 12 y 16 grados), a cuatro atmósferas de presión, ausencia de luz y ruido, salinidad, y el movimiento suave y permanente de las corrientes marinas. Todas estas condiciones las encontró Padrino a 30 metros de profundidad, en la costa de Calpe. Y allí están instalada Vina Maris, con una concesión de fondo marino de cinco años prorrogables y la aquiescencia del MAGRAMA.
Aunque inicialmente Vina Maris empezó afinando fondillones –los históricos vinos dulces de Alicante- , a día de hoy se crían dos vinos de la zona, un blanco y un tinto elaborados por la conocida bodega alicantina Enrique Mendoza. Semanalmente un equipo de buzos controla el estado de las botellas y extrae las necesarias para su comercialización, aunque si el cliente posee el preceptivo permiso de buceo es posible que sea él mismo el que baja a recolectarlos.
Los vinos que acaban de salir al mercado, recién “pescados” son el Vina Maris chardonnay 2013, con tres meses de crianza submarina (precio, 60 euros), un vino con muy buena acidez y volumen en boca, y el Vina Maris Monastrell 2011, con 14 meses de crianza tradicional en barricas de roble francés y posteriormente tres meses de envejecimiento en bodega submarina (120 euros), un tinto redondo, equilibrado, de nariz madura, que se bebe con mucho gusto. En ambos casos los vinos parecen llevar mucho más tiempo envejeciéndose del que realmente tienen. Misterios de Baco y Neptuno.
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