Receta de de Cebolla asada con quinoa y yemas de huevo con ingredientes y elaboración para cuatro raciones.
Precalentar el horno a 190 °C unos minutos. Mientras, lavar bien las cebollas sin quitarles la piel. Secarlas con un papel o con un trapo, envolverlas con papel de aluminio, de manera que no queden cámaras de aire. Hornearlas durante unos 40 o 50 minutos, según su tamaño. Pasado ese tiempo, dejarlas enfriar fuera del horno, a temperatura ambiente. Una vez frías, quitar el papel y quedará a la vista una fina capa: es el azúcar que ha caramelizado casi todo el exterior de la cebolla, dándole un alucinante perfume torrefactado.
Hacerles un corte transversal, como si se les quitara el sombrero. El interior de la carne de la cebolla estará casi traslúcida. Si se presiona ligeramente, el centro de la cebolla saldrá hacia fuera, dejando solo un par de capas de cebolla hueca. Trocear en lascas cada capa de cebolla. Puede que cueste un poco, ya que las láminas son escurridizas. Reservarlas para el último momento, antes de servirlas con unas gotas de aceite de oliva y unas escamas de sal.
Poner a hervir el caldo de verduras, y añadir la quinoa previamente lavada (además de por higiene, es muy importante lavar siempre la quinoa, ya que posee una sustancia indigesta que se evita con un simple lavado).
Dejar cocer unos 20 minutos, en función de si la quinoa es de ese año. Si es vieja, tardará unos minutos más (se sabe si la quinoa es vieja si, al lavarla, el agua que deja está muy sucia). Una vez cocida, colarla y reservarla.
Por otro lado, poner en una placa de horno los tuétanos con el ajo, el tomillo y la pimienta verde. Asarlos a 195 °C durante 30 minutos. Pasado ese tiempo, sacar la placa de horno y ponerlo todo en un colador para que decante la grasa resultante, que ha debido de quedar perfumada por los aderezos que se han puesto. Rescatar esa grasa del tuétano colada y recolada para que no queden impurezas.
Preparar unos recipientes del tamaño de una taza de café con la mitad de su contenido lleno de aceite de girasol. Introducir una yema de huevo de codorniz en cada uno y reservar a temperatura ambiente hasta el momento de terminar el plato.
Precalentar el horno a 140 °C. En un cuenco, mezclar los pétalos de cebolla, la quinoa, la grasa del tuétano y la salsa de tamari. Rellenar las cebollas con esta mezcla y meterlas en el horno durante unos 8 minutos. Sacarlas y empatarlas de manera que parezca que el contenido se ha volcado. Disponer encima las yemas escurridas y sazonar ligeramente con sal y el jugo de la placa del horno. Servir muy caliente para que la yema se atempere y dé textura y sabor a los pétalos de cebolla.
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